La UE eleva la protección del consumidor al prohibir los recargos por pagar con tarjeta

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

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Xoan C. Gil

España está en el furgón de cola en la trasposición de la directiva de servicios de pago

10 jun 2018 . Actualizado a las 09:02 h.

El pasado 13 de enero entró en vigor la directiva europea de servicios de pago, conocida como PSD2, que tiene como objetivo elevar la protección del consumidor y de las empresas modernizando las fórmulas de pago en la UE. España acaba de iniciar el proceso de trasposición para incorporarla a la normativa nacional con la aprobación -por parte del Ejecutivo de Rajoy- del anteproyecto de Ley de Servicios de Pago, que traerá novedades importantes para los consumidores, aunque el cambio de Gobierno puede dilatar algo la conclusión de la tramitación.

Alternativas al efectivo

Opciones de pago distintas a partir de 30 euros. Uno de los principales cambios es que todos los negocios estarán obligados a ofrecer al consumidor un medio de pago alternativo al efectivo a partir de 30 euros. Actualmente la ley no exige a los comercios que acepten el cobro con tarjeta de crédito o de débito. Disponer de terminal de punto de venta (TPV) es opcional. 

Información

El modo de pago aceptado deberá anunciarse en lugar visible. Con la ley en vigor, si el establecimiento no dispone de datáfono no tiene que indicarlo de forma visible, algo que sin embargo tiene que hacer si solo acepta el pago electrónico a partir de una cantidad mínima. Entonces tiene que anunciarlo en algún lugar visible, una obligación que se extenderá con la entrada en vigor de la nueva normativa. 

Pagos electrónicos

No solo tarjetas físicas. Según los últimos datos de Visa, más de la mitad de las compras hoy en día (concretamente el 54 %) se realizan con tarjeta y el 84 % de los consumidores aseguran que no salen de su casa prácticamente nunca sin este medio de pago. Sin embargo, la directiva europea y, en consecuencia, la futura Ley de Servicios de Pago -en tramitación- incluye alternativas a las tarjetas físicas. Así, los comercios no tendrán por qué disponer de un TPV tradicional y podrán decantarse por cualquier otro nuevo medio, como los conocidos como servicios de iniciación de pagos, una categoría en la que se incluyen las nuevas herramientas desarrolladas por las fintech.

Tarjetas

Adiós a los recargos. Otra de las novedades de las nuevas reglas europeas es que ponen fin a los recargos o cargos adicionales que se le imponían al consumidor al abonar compras con tarjeta de crédito o débito. La Comisión Europea calcula que la eliminación de dichos recargos podría ahorrar más de 550 millones de euros al año a los consumidores europeos. 

Más protección

Se reduce la pérdida máxima por el uso de una tarjeta robada. La responsabilidad máxima que tendrán que asumir quienes hayan sufrido el robo, extravío o uso fraudulento de su tarjeta se reducirá de los 150 euros actuales a 50, es decir, a una tercera parte. También se reforzará la seguridad de los pagos online al tener el usuario que validar su identidad de dos formas distintas, como con la huella y el código PIN, por ejemplo. 

También se eleva la protección del cliente ante el bloqueo del dinero en una cuenta. El comparador Kelisto.es pone como ejemplo una empresa de alquiler de coches: «Si quiere retener cierta cantidad en la cuenta de un cliente, este tendrá que dar su consentimiento a la congelación de una cifra exacta». 

Rapidez

Resoluciones más rápidas a las reclamaciones de los clientes. Igualmente, el plazo del que los proveedores de servicios de pago dispondrán para dar respuesta a las reclamaciones de sus clientes se rebaja a 15 días. En la actualidad disponen de dos meses para hacerlo. Del mismo modo, el consumidor tendrá derecho a solicitar la devolución de cualquier pago durante un período de ocho semanas, sin condiciones. 

Las compras con plástico casi cuadruplican las retiradas de efectivo en cajeros

Buscar billetes y monedas a la hora de pagar compras -incluso las de menor importe- es un gesto habitual que, paulatinamente, le está cediendo terreno al de sacar la tarjeta. Que no salimos de casa sin nuestro plástico, ya sea físico o virtual (como las tarjetas guardadas en el teléfono móvil), lo confirma el Banco de España. Y es que su última estadística, con datos al cierre del 2017, muestra no solo un récord del número de tarjetas en circulación, sino que los españoles las usamos casi cuatro veces más para pagar directamente compras en los comercios que para sacar efectivo en los cajeros.

Actualmente hay casi 80 millones de tarjetas en circulación, una cifra que el pasado año creció el 6,4 %, y que supone prácticamente el doble de las del 2000. De ellas, algo más de 52 millones son de crédito (7,4 % más) y casi 27 de débito (4,6 %).

«El comercio se está adaptando bien a los nuevos retos»

España ha iniciado con retraso el proceso para trasladar la directiva europea PSD2 a su ordenamiento jurídico. De hecho, está en el furgón de cola de la trasposición, junto con otros seis países (Croacia, Letonia, Luxemburgo, Holanda, Portugal y Rumanía), lo que ha provocado que Bruselas le haya abierto un procedimiento de infracción. Pero, al margen de la demora -se espera que la trasposición, cuya tramitación durará unos meses, se complete antes de final de año, aunque el cambio de Gobierno puede retrasarla-, los cambios legales que se avecinan en materia de medios de pago no inquietan en absoluto al sector del comercio, que está «preparado».

Así lo sostiene el presidente de la Federación Galega de Comercio y vicepresidente de la confederación española del ramo, José María Seijas, que no considera hándicap alguno que próximamente todos los negocios estén obligados a admitir el pago electrónico para importes superiores a 30 euros. «La mayoría de los comercios gallegos hoy ya aceptan cualquier medio de pago. Es un porcentaje insignificante el de los que no admiten tarjetas. Quizá en comercios rurales, por dificultades técnicas, pero es residual», explica.

Para Seijas «el sector se está adaptando bien a los nuevos retos. Cada día hay cambios, como el crecimiento de la venta on-line, y los comerciantes tenemos que estar ahí, atentos para que nuestra clientela no se desvíe a otros canales de distribución». 

Críticas a las comisiones

En lo que respecta a la rebaja de las comisiones que la banca cobra por el uso de datáfonos, Seijas recuerda que es una «lucha de años de la Confederación Española de Comercio», y aunque sigue siendo un terreno en el que avanzar -«aún estamos por encima de la media europea»-, su cuantía se ha rebajado mucho en los últimos años. «Antes eran inasumibles», añade.

Adicae comparte la preocupación por el hecho de que en el anteproyecto de ley no se establezcan limitaciones ni se regulen los costes por el uso de los servicios de pago electrónicos, ya que -explica- España está entre los países con las comisiones más caras por el uso de las tarjetas de crédito.