El uribismo vuelve al poder en Colombia

héctor estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

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Mauricio Dueñas Castañeda | efe

Iván Duque ganó las primeras elecciones tras la desmovilización de las FARC

18 jun 2018 . Actualizado a las 07:40 h.

El derechista Iván Duque ganó ayer las elecciones colombianas y dirigirá al país durante los próximos cuatro años. Su victoria supone la vuelta al poder del uribismo, en las primeras presidenciales tras la desmovilización de las FARC. Duque contabilizó el 54 % de los votos, por el 41,8 % que registró su rival en las urnas, el exguerrillero del M19 Gustavo Petro, que deberá esperar cuatro años más para volver a intentar conseguir su objetivo de convertirse en el primer presidente de izquierda de la historia de Colombia.

Las elecciones han vuelto a poner a prueba el pacto de paz con las FARC, ya convertidas en partido político. Volvió a ser rechazado por los ciudadanos, como ya sucedió en el plebiscito de octubre de 2016. Iván Duque plantea modificar los acuerdos. Ha asegurado que no quiere «hacer trizas» el pacto, pero sí introducir importantes cambios. Impediría que aquellos guerrilleros que hayan sido condenados por crímenes de lesa humanidad puedan sentarse en el Congreso. Quiere también que el delito de narcotráfico deje de ser considerado como conexo al delito político, lo que, de facto, lo amnistía. «Es un delito grave y hay que separarlo para que no siga siendo un vehículo a través del cual se financie más armamento y más terrorismo», dijo el candidato derechista.

Cree también que la erradicación de cultivos ilícitos, como la coca, debe ser obligatoria, y no voluntaria. Propone, además, que los cabecillas deberían perder sus beneficios en el caso de que las autoridades encuentren armas y dinero no entregados por la guerrilla para su destrucción o para la reparación de víctimas.

Aunque han sido varios los temas de fricción entre ambos candidatos, el acuerdo con las FARC ha centrado parte de la campaña.

«Hay que votar por Colombia, por un renacer de nuestro país, por una nueva generación que quiere pasar la página de la politiquería y la corrupción», dijo Duque ayer, al emitir su voto. «Venimos a ratificar que queremos un país de emprendimiento, donde haya micro, pequeñas y medianas empresas que generen empleo de calidad, que permita derrotar la pobreza y expandir la clase media», agregó el candidato uribista.

Los apoyos a su campaña

Duque consiguió grandes apoyos en la campaña desde su victoria en la primera ronda de las presidenciales, celebrada el 27 de mayo. Destaca el patrocinio del Cambio Radical del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, una de las fuerzas políticas más importantes en el Congreso.

Otro apoyo importante fue el del Partido Liberal. La decisión de la histórica agrupación fue muy cuestionada por parte de las bases, ya que, hasta ahora, había defendido a ultranza el proceso de paz. Algunos de sus líderes más jóvenes decidieron apoyar a Petro.

El movimiento político del expresidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) vuelve, con la victoria de Duque, a gobernar el país, demostrando su fortaleza entre los electores colombianos más conservadores. Muchos se preguntan hasta qué punto el ganador ayer mantendrá autonomía con respecto a su padrino político.

Sale del poder el Premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos, quien fue designado por Uribe como su sucesor en el 2010, pero que se alejó pronto del expresidente. Santos defendió ayer el legado de su Gobierno. «En la última elección, en la primera vuelta, por primera vez, un excomandante de las FARC votó en democracia, ya sin armas, y como líder de un partido político», señaló, en referencia a Rodrigo Londoño, alias Timochenko.

El presidente deja el poder con un índice de popularidad que no supera el 20 %, pero defiende su mandato. «La democracia colombiana es hoy más inclusiva, más plural, y ahí está la muestra, los dos colombianos que hoy se disputan la presidencia vienen de vertientes bastante opuestas», dijo ayer Santos.

Duque deberá ahora certificar los apoyos políticos en el dividido Congreso que le permitan gobernar con solvencia.