Juncker convoca una cumbre para desbloquear la crisis migratoria

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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Cita a los ocho países más afectados para buscar una solución y salvar a Merkel

21 jun 2018 . Actualizado a las 07:23 h.

Bruselas mueve ficha a diez días de que expire el plazo concedido por los socios bávaros de Angela Merkel para acordar un nuevo rumbo para la política migratoria. El Gobierno germano se tambalea y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, salió ayer a su rescate convocando una cumbre de urgencia para el domingo, solo cuatro días antes de que los Veintiocho líderes de la UE se citen en Bruselas.

El luxemburgués quiere desatascar el debate sobre qué hacer en materia de migración y asilo con los ocho países «interesados en encontrar soluciones europeas» a esta crisis: Grecia, Italia, España (Pedro Sánchez debutará en la arena europea como nuevo jefe de Gobierno), Francia, Alemania, Austria, Malta y Bulgaria. Lo quiere hacer de inmediato para evitar la eventual caída de Merkel y en vista de que el nuevo Gobierno italiano, dominado por la xenófoba Liga Norte, se niega a abrir sus puertos para desembarcar a los rescatados en el Mediterráneo.

La tarea será titánica. Los nuevos Gobiernos derechistas de Austria e Italia han dinamitado el equilibrio de fuerzas en la UE, inclinando la balanza en política migratoria hacia posiciones más reaccionarias, defendidas por líderes ultras como el húngaro Víktor Orbán, quien ha conseguido sabotear los esfuerzos de Bruselas por poner en marcha un sistema de cuotas para el reparto de refugiados, proyectado para aliviar la carga de los que se encuentran en primera línea de llegada. Ni solidaridad ni responsabilidad. Los países centroeuropeos y los del este quieren un cierre de puertas total, expulsiones masivas y centros de concentración de migrantes, rebautizados por el Consejo Europeo como «plataformas regionales de desembarco», en países de África. Hasta allí se llevarían a los migrantes rescatados en el mar para su posterior identificación y tramitación de sus demandas de asilo. 

Demasiadas dudas

Bruselas no lo ve viable. La idea genera serias dudas operativas y legales. El comisario de Migración, Dimitris Avramopoulos, criticó la falta de concreción del plan y señaló que hasta el momento no se conoce ningún país tercero dispuesto a albergar esos centros de retención que pretende poner en marcha el Consejo Europeo.

La polémica sobre el control migratorio y las normas de asilo arrecia en un momento de más desahogo para la UE, que sufrió su peor crisis en octubre del 2015 (1.822.180 cruces ilegales de frontera frente a los 204.720 del pasado año). Aunque las llegadas por el flanco del Mediterráneo oriental y central se han reducido dramáticamente desde el 2016, la UE sigue sin encontrar una solución a las sonrojantes condiciones de acogida en las que se encuentran miles de demandantes de asilo que malviven hacinados en campos de Grecia.

La crisis también asoma por el flanco occidental. España, que acogió a los 630 migrantes rescatados por el buque Aquarius, se enfrenta hoy a la mayor oleada migratoria (14.000 inmigrantes) desde la crisis de los cayucos en el 2006. Hay varios factores que están añadiendo presión a las costas ibéricas, desde el uso estratégico que hace Marruecos del control de la migración en la frontera para conseguir beneficios de la UE hasta la llegada del buen tiempo, las oleadas intermitentes de violencia en Libia, el aumento del control y la vigilancia en el Mediterráneo Central y el cierre de puertas decretado por Italia.

Tusk le dijo «nein» a la canciller

La mini cumbre sobre migración viene precedida de polémica. Según fuentes europeas, la canciller alemana, Angela Merkel, fue quien solicitó la convocatoria de la reunión en Bruselas ante la negativa de algunos de sus socios a trasladarse a Berlín para tratar los movimientos secundarios de migrantes dentro de la UE. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se negó a satisfacer los deseos de Merkel por considerar inadecuado organizar reuniones y negociaciones para un selecto grupo de países. En la lista de invitados no figuraba Holanda. Su primer ministro, Mark Rutte, se mostró enfadado por quedar excluido de la cumbre informal y anunció a modo de autoinvitación que estará presente en la cita.

Otros 60 muertos en un naufragio frente a la costa libia

Cinco cadáveres, varios chalecos salvavidas y restos de una barca de madera. Es el rastro de otra tragedia que el mar depositó ayer en la playa libia de Janzur, al oeste de Trípoli. Mohamad al Imam, de Cruz Roja, contó a la AFP que vieron al menos otros cinco cuerpos flotando en el mar que será difícil recuperar por la falta de medios. En Sicilia, los supervivientes de otro naufragio la semana pasada, esta vez de una lancha neumática, anunciaba la muerte de otros 60 inmigrantes. En el bote viajaban unas 100 personas y solo 41 sobrevivieron, indicó la cooperante Lucilla Garufi que los atendió a su llegada ayer de madrugada al puerto de Pozzallo a bordo de la patrullera de la Guarda Costera italiana Diciotti, que los había recogido del Trenton, el buque de EE.UU. que los rescató del mar el día 12.