Compra un libro de segunda mano, encuentra 8.000 euros dentro y los entrega en la policía

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

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PACO RODRÍGUEZ

Quien haya perdido el dinero tiene dos años para recuperarlo. Si no lo hace, serán para el que lo encontró

28 jun 2018 . Actualizado a las 13:11 h.

Que todavía quedan personas honradas lo demuestra lo ocurrido recientemente en Vigo. Un vecino apareció en la oficina de objetos perdidos de la Policía Local con un sobre y 8.000 euros en su interior. Los billetes se los había encontrado dentro de un libro adquirido en un anticuario. El hallazgo se hizo esperar ya que el vecino, una vez comprada la obra literaria, la llevó a casa y estuvo meses sin abrirla.

Aunque en la oficina policial llega gente con todo tipo de objetos perdidos, este es uno de los más peculiares que han tenido en los últimos tiempos, al menos por la historia que tiene detrás. Desde el mismo momento que el vecino dio parte, a finales de mayo, se puso en marcha todo el procedimiento oficial para este tipo de casos. Lo primero que hizo el Concello fue publicar un anuncio. Al no surtir efecto este primer intento, tuvo que poner un segundo aviso en el plazo de dos o tres semanas. Ahora los agentes están a la espera de que aparezca el dueño de la suculenta cantidad para lo que se concede un plazo de dos años.

El propietario tendrá que demostrarlo muy bien para evitar la aparición de timadores dispuestos a hacerse con el botín. «Es difícil que aparezca alguien y además, no es fácil demostrarlo. Tendrá que justificarlo con algún documento que lo acredite: cheque, pagaré...», indican fuentes municipales.

Si en esos dos años de plazo no aparece el propietario del dinero, se entregará a la persona que lo halló y se lo entregó a la policía, quien prefiere permanecer en el anonimato.

A la oficina de objetos perdidos de Balaídos llegan artículos de todo tipo. Unos han sido olvidados y otros sustraídos. Los robos tiene lugar, sobre todo, en los mercadillos semanales y en verano, en las playas. Entre los clásicos figuran llaves de casa y de vehículos, gafas graduadas y de sol, carteras, bolsos, documentos de identidad, agendas, ropa, calzado y hasta bolsas con la compra. En los últimos años se han sumado a los anteriores ordenadores, tabletas y, sobre todo, teléfonos móviles.