Tailandia, estremecida y desesperada por 12 niños perdidos en una cueva

EFE BANGKOK

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Los pequeños, integrantes de de un equipo de fútbol, llevan una semana perdidos. Los buscan desesperadamente 1.300 personas

30 jun 2018 . Actualizado a las 16:40 h.

Toda Tailandia permanece pendiente de las tareas de rescate de 12 niños miembros de un equipo de fútbol y su entrenador, atrapados hoy hace una semana en una cueva del norte del país, mientras los equipos de emergencia trabajan desesperadamente por encontrarles con vida.

Desde que el pasado día 23 se diera la voz de alarma, unos 1.300 efectivos han participados en las tareas de búsqueda y rescate en la gruta del parque natural Tham Luang-Khun Nam Nang Non, en la norteña provincia de Chiang Rai.

Las esperanzas se depositan en una isleta, conocida como «la playa de Pattaya», en la cavidad central de la cueva y a la que los equipos de rescate aún no han logrado acceder.

El principal impedimento son los numerosos y estrechos pasadizos inundados a lo largo de la cueva, la cuarta más larga de Tailandia con unos 10 kilómetros de longitud y frecuentes cambios de nivel.

Buzos de los cuerpos militares de elite han realizado varios intentos sin lograr el objetivo de llegar a la cavidad y han descrito las aguas como «bucear en una taza de café», por la poca visibilidad a raíz de la acumulación de fango.

Los equipos han utilizando unas 20 bombas de extracción para reducir el nivel del agua en las partes más anegadas, unas tareas que se han visto dificultadas por el temporal de lluvia que continúa azotando la región y problemas mecánicos.

Según la versión oficial, los desaparecidos se internaron el pasado sábado en las galerías tras un entrenamiento de fútbol, cuando una súbita tormenta comenzó a inundar la cavidad e impidió su salida.

Ante la dificultad del acceso subterráneo, las autoridades también rastrean la densa jungla de la montaña en busca de entradas alternativas a la gruta por la cual descender.

En una de las tentativas, los miembros lograron bajar unos 40 metros de profundidad, pero no hallaron rastro ni de los menores -con edades comprendidas entre los 11 y los 16 años- ni del adulto -de 25 años-.

Drones con cámaras térmicas y perros entrenados para seguir rastros de olor también han sido desplegados, dentro y en los alrededores de la cueva, sin éxito.

El viernes, el operativo decidió lanzar desde los huecos encontrados por la montaña «paquetes de emergencia» con alimentos y objetos para la supervivencia, además de un mapa y cartas de familiares que pedían «devolver (a través de la corriente) el mapa con el lugar marcado donde se encuentra» el grupo.

El primer ministro de Tailandia, el general Prayut Chan-ocha, se trasladó ayer a la zona para dar ánimos a las familias de los afectados y moral para miembros de los equipos de rescate en labores.

«Son atletas, ellos son fuertes», dijo el mandatario, en referencia a los desaparecidos.

Las autoridades mantienen a los familiares resguardados en una zona protegida para evitar el acoso de las decenas de medios de comunicación que informa y retransmiten, algunos en directo, los operativos.

Grupos de monjes budistas también han organizado ceremonias religiosas en la entrada de la cueva, y en otras partes a lo largo del país, en las que se pronuncian plegarias con la esperanza de que sean rescatadas las 13 personas.

Este sábado, los equipos médicos realizaron un simulacro ante un hipotético traslado de las víctimas, en caso de que sean encontradas con vida.

Los guardabosques que activaron la misión de emergencia se toparon con bicicletas, calzado y otros enseres de los desaparecidos en la entrada de la cueva.

En esa primera exploración, en la que se internaron unos 3 kilómetros en la guarida y observando la súbita crecida de las aguas, los oficiales decidieron dar marcha atrás y avisar a los equipos de rescate.