Kurz anuncia una lucha sin cuartel para «proteger» Europa

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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Georg Hochmuth | DPA

El joven líder conservador anticipó que la UE, bajo su batuta, dará un golpe de timón hacia posturas más duras los próximos seis meses

04 jul 2018 . Actualizado a las 07:53 h.

«Una Europa que protege, ese es nuestro lema». Así arrancó este martes Sebastian Kurz su comparecencia ante la Eurocámara a la que expuso sin complejos sus planes para contener a cualquier precio los flujos migratorios hacia Europa. El joven líder conservador anticipó que la UE, bajo su batuta, dará un golpe de timón hacia posturas más duras los próximos seis meses: «La protección de los europeos es una prioridad absoluta, necesitamos un cambio de paradigma en la política migratoria», sostuvo.

Kurz gobierna su país de la mano del partido ultraderechista del FPÖ. Las consignas xenófobas de sus socios han contaminado a su partido que no ha dudado en aliarse con los postulados de Visegrado (Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría) para sabotear cualquier avance sobre un nuevo sistema de asilo que incluya la reubicación obligatoria de refugiados.

Lejos de buscar excusas que justifiquen el blindaje fronterizo, aseguró que utilizarán la presidencia de la UE para librar una batalla sin tregua a la «inmigración ilegal» para poder preservar el Estado de derecho, las libertades y la convivencia en el Viejo Continente. «Es un regalo ser europeo», manifestó antes de explicar a los eurodiputados que no puede existir una Europa sin fronteras internas si los países del sur no mantienen unas fronteras externas fuertes. ¿Qué solución propone para evitar los cruces en el Mediterráneo? «Solo el comercio legal y justo con África y el apoyo a las inversiones allí pueden garantizar su sostenibilidad», subrayó para ganarse el aplauso del hemiciclo, pero sin resolver el problema más urgente: ¿Qué hacer con los que se adentran en el mar?

La presidencia austríaca propone reforzar a la guarda costera libia para no tener que interferir en los rescates, desplegar grandes centros de detención en terceros países de África y devoluciones masivas de los demandantes de asilo sin derecho a protección internacional. Eso sí, es incapaz de dar garantías o plazos en torno a la reforma del sistema común de asilo, que cría malvas en los cajones del Consejo Europeo por la división radical entre las cancillerías europeas.

Los postulados anti inmigración no han cogido por sorpresa a Bruselas. Kurz ganó las legislativas del pasado octubre con un programa de rechazo frontal a los migrantes. Su retórica ultra le permitió aplacar el avance de sus socios del FPÖ. El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, no ve que los valores europeos estén amenazados bajo la dirección de Kurz. «El Gobierno austríaco es proeuropeísta y no hay ningún motivo para preocuparse», insistió cuando salió a colación la amenaza de suspensión de voto que pendió en el 2000 sobre Austria por permitir la llegada de la ultraderecha al poder. Esta vez, asegura Juncker, es distinto.