Beatriz Luengo: «Soy una guerrera de la vida»

ACTUALIDAD

Miguel "M.i.G." Martinez

No tiene nada de «Caprichosa», el último hit que oímos de su propia voz. Este es el momento de Beatriz Luengo, que por fin saborea el triunfo de su música en España. En el amor, hace mucho que tomó la decisión correcta. «Cuando vi a Yotuel con 18 años dije: «Es el amor de mi vida», cuenta de una historia en la que, al principio, nadie confiaba: «Podía haber salido supermal, pero ya pasaron quince años»

21 ago 2018 . Actualizado a las 00:59 h.

Se lo ha ganado a pulso. Después de muchos años y de unas cuantas mudanzas, Beatriz Luengo triunfa con su eterna sonrisa en su país y con su propia voz. Sus letras ya formaban parte de las listas de éxitos de todo el mundo. Temas como Fiebre y La Mordidita, de Ricky Martin, son prueba de ello, y estrellas como Shakira y Jennifer López ya arrasaron con sus canciones. Después de su gira en Latinoamérica, iniciará en septiembre otro tour por todo el territorio nacional con su nuevo disco, Cuerpo y Alma. Después de muchos años y de mucho pelear, este es su momento: «No soné en la radio la mayor parte de las veces porque siempre luché por mi libertad»

Miguel "M.i.G." Martinez

-Beatriz, estás hecha una «Caprichosa».

-Totalmente, ja, ja, ja. Aunque Caprichosa es un mensaje un poco sarcástico, porque dice que soy caprichosa por decidir lo que quiero y cómo hacer las cosas, que en realidad no debería ser un capricho, tendría que ser algo que se nos debería dar de manera natural. Hago un doble sentido.

-Hasta Lara Álvarez colgó un vídeo en Instagram bailándola desde «Supervivientes». Ya que os hicisteis virales cantando juntas en otra ocasión, ¿veremos una colaboración con ella?

-Pues mira, yo creo mucho en que las canciones tienen que reflejar situaciones reales y honestas. Y Lara es una de las personas que más quiero en mi vida. Es una ayuda impresionante, una compañera generosa. Es una chica que he conocido a través de las redes y luego en persona, y tiene todos los valores más bonitos que puede tener alguien como ella, que es tan líder. No es competitiva, siempre está dispuesta a ayudar, tiene un gran sentimiento de apoyo a la mujer. Tiene ganas de hacer las cosas bien, cuida mucho cómo prepararse, porque está absolutamente preparada, y además es guapa, pero tampoco se esconde. Es como: ‘Vale, soy guapa, pero no por eso voy a dejar de estar absolutamente preparada’. Es muy seria, muy cuidadosa con todo lo que representa y con su trabajo. Una colaboración con Lara sería de una honestidad tremenda por mi parte, escribir una canción para cantar con ella, porque siento que tengo muchas cosas que decir arriba de un papel, con lo que sería una conversación con ella llevada a música.

 -La tuya es una caprichosa feminista.

-Sí, a ver, yo soy una feminista que disfruta del feminismo, no que lucha contra él. Me parece que el feminismo tenemos que plasmarlo de muchísimas maneras. La prensa seria ya lo hace estupendamente, igual que los libros, la televisión o los políticos haciendo leyes. Pero también tenemos que estar las personas contando el empoderamiento de la mujer desde diferentes puntos. Toda mi experiencia como compositora dentro del género urbano me hacía darme cuenta de que faltaban mensajes así dentro de la música urbana, que es lo que está consumiendo la gente hoy en día en Spotify y en las discotecas. Y pensé que tenía que buscarle un mensaje coqueto, divertido y escrito con un poquito de doble sentido y sin excluir a los hombres, porque al final los necesitamos para el cambio. No se trata de excluirles, sino que los dos juntos vamos a decidir lo que queremos hacer.

-La música urbana, que es tu género desde hace muchos años, ahora está viviendo una explosión.

-Sí, yo vengo haciendo urbano dentro de mi música desde siempre, desde que me fui a Francia con Hit Lerele, con una base rítmica de hip hop y un sonido un poco flamenco. Y siempre busco el rapeo en mis canciones. Yo escucho rap, y mi disco anterior era todo reggae, superurbano, lo hicimos en Jamaica con el hijo de Bob Marley. El urbano forma parte de mí.

Miguel "M.i.G." Martinez

-Hasta ahora no te escuchamos demasiadas veces en España.

-Me acuerdo de que en España me decían: ‘Para sonar en la radio tienes que quitarle el rap’, y yo nunca lo quité, aunque tampoco soné en la radio la mayor parte de las veces. Siempre luché por mi libertad. Ahora, como es el nuevo pop y reúne al consumo mayoritario, pues digamos como que el urbano está más de moda y todo el mundo habla de eso. Pero yo siempre aposté por ese estilo, incluso como compositora, porque he compuesto para Ozuna, Daddy Yankee, Wisin, Yandel, Sensato, que es un rapero superalternativo de República Dominicana...

-¿Cómo haces para que todo lo que tocas se convierta en hit?

-Para nada, ojalá, ¡ojalá fuese así! ja, ja. Tengo mis momentos, mis canciones que me han funcionado, mis canciones medias, mis canciones pequeñas. Lo que soy es muy curranta, llevo cinco años de sesión diaria de composición. De cincuenta temas que compongo coloco cinco, y de esos cinco funciona uno y otros cuatro se quedan como parte de álbumes o hits en algunos países, y en otros no. Eso es una lotería, lo que sí es cierto es que muchas canciones que son éxitos para la gente, a lo mejor hay otras pequeñas que no son tan conocidas, pero que me siento muy orgullosa de haberlas hecho. El éxito está ahí, en cómo tú misma gestionas el éxito real, que a veces no está en los resultados de venta, sino en lo que a uno le emociona.

-Tú eres una artista generosa, escribes bombazos para los demás. Lo mismo compones «Fiebre» y «La Mordidita» para Ricky Martin que compones para Shakira o Jennifer López.

-Sí, Ricky Martin está en el número uno en Estados Unidos con Fiebre. He encontrado en la composición un lugar donde evolucionar y aprender, porque imagínate, los artistas tenemos oportunidad de editar un disco, normalmente, en una media de tres años. Yo tengo la oportunidad de estar sacando música todo el tiempo, no hay un mes que no saque dos singles, no solo en este caso con Ricky, también en México con Cristian Castro, Thalía... Eso me mantiene todo el día en el estudio con mi libreta, y es una manera de investigar a lo bestia.

-¿Qué te aporta el cuerpo y qué te aporta el alma? Dividiste en esas dos partes tu disco.

-Bueno, somos cincuenta por ciento de cada cosa me parece. A mí siempre me viene al pensamiento, sobre todo en estas épocas de promoción, que te preguntan mucho sobre cómo cuidas tu piel y lo que comes, pero nunca te preguntan cómo cuidas tu alma, porque el alma se cuida también. A mí me gusta mucho leer, mantener una buena conversación, cambiar de opinión, que me hagan cambiar de opinión, pelear por las mías también. Me gusta según van pasando los años encontrar caminos cortos para encontrar la tranquilidad, estar relajada... Las conversaciones sobre cómo ayudar a gestionar mejor las emociones.

-Pero en ti el cuerpo es fundamental.

-Sí, porque por otro lado bailo, bailo mucho. El baile siempre ha formado parte de mi ADN desde niña, tanto a modo de estudiarlo como carrera como después, que lo he mantenido. Entonces mi cuerpo es importante. Por ejemplo, cuando tengo un mal día y me levanto de bajón, me activo y me voy a mi escuela de baile que tengo en Madrid, me doy unas clases y me cambia todo. Creo que es una unión de los dos. Yo no podría ser de esas personas que están todo el día en el gimnasio y después tienen una conversación con una amiga y solo habla de proteínas, y tampoco podría estar todo el día leyendo mientras como bollería industrial y pensando que no estoy cuidando el cuerpo, que es muy importante para la salud.

-Eres equilibrada, por lo que veo.

-Bueno, lo intento, ja, ja, ja.

-Y vuelves muy bien acompañada. Alejandro Sanz, la Mala Rodríguez, Orishas, Carlos Rivera... ¿Colaborar con Alejandro ha sido un sueño cumplido?

-Bueno, es que imagínate. Alejandro es un poeta, un dios y yo no sé cuántas generaciones van a pasar hasta que alguien consiga hacer una carrera como la suya. Es impresionante y lo admiro tanto desde que era una niña, que para mí tenerle y que haya cantado una canción mía como compositora, es de lo que más orgullosa me siento. Siempre soñé con cantar con Alejandro, y cualquier escenario hubiese sido perfecto. Pero no es lo mismo que él me hubiese invitado a cantar una canción suya, que también hubiese sido maravilloso, que que él esté cantando mis palabras. No puedo describir lo que sentí el día que estábamos grabando en el estudio y le veía con el papel que yo le había impreso con palabras de mi puño y letra y que él las estaba leyendo y pasando por su voz. Era como... No sé, no sé lo que es levitar, pero lo más parecido a levitar lo sentía yo.

-Hay mucha música en tu vida, ¿pero ya no te volveremos a ver como actriz?

-Pues sí, mira, me han ofrecido algunas cosas, pero lo que me pasa es que la música es mi vocación absoluta. La actuación me gustaría, pero cuando veo que puedo tener un hueco no está el proyecto, y cuando tengo de todo le doy prioridad a la música. Lo que me ocurre con la interpretación es que, por mi personalidad, es una profesión que me resulta difícil de llevar porque hacer una prueba y quedarte en tu casa esperando para poder desarrollarla, a expensas de que alguien te llame, de que una productora de un okey... que haya que montar un decorado, unas cámaras, editarlo... Es una cadena de muchas cosas que tienen que pasar para tú poder expresarte. Y sin embargo, la música no es dependiente, tú haces un vídeo, te lo subes... Y hay una comunicación directa con la gente sin tener que pasar por tantos filtros.

-Ahora que eres madre, ¿tienes menos tiempo?

-Es que ahora mismo estoy como una niña pequeña, ¿sabes? He luchado tanto por llegar a este punto, que es el mejor momento de mi carrera, con disco número uno en ventas digitales, número uno en single, número cuatro en venta física, 33 millones de streams, seis millones del dance video en menos de un mes... Verdaderamente no lo digo como números, pero sí a nivel de superación. No sé cómo estaré mañana, pero hoy me está pasando esto y estoy alucinada porque esto nunca lo he tenido. Es mi mejor momento y quiero estar en todas partes para poder celebrarlo.

-O sea, que te notas querida.

-Sí, la gente pone los hashtag #Yonomerindo o #Guerreradelavida, porque han visto mi emoji-grafía. Me he hecho mi historia a través de emojis del teléfono y la he subido a YouTube. Termina con el hashtag #Guerreradelavida, y ahora la gente me lo pone y en las firmas me dicen: «Beatriz, te lo mereces».

Miguel "M.i.G." Martinez

-¿Por qué crees que no siempre te ha ido así de bien aquí?

-Yo he luchado por mi libertad, por proponer lo que yo quería. Pero he tenido la suerte, y la desgracia también, aunque quiero destacar lo de suerte porque luego cuando se sintetiza, queda muy mal... Yo estoy superagradecida con Un paso adelante, mucho. Ha sido la serie que hizo que la gente supiera quién era esta chica de barrio con muy pocas posibilidades de dedicarse a esto, porque nadie, absolutamente nadie de mi familia, me podía ayudar ni acortarme el camino. Lo que pasa que luego UPA Dance como fenómeno musical fue una etiqueta importante que me dificultó mucho dar después el siguiente paso, que era yo como cantautora con mi propuesta.

-Y eras muy joven.

-Sí, pero también tuvo una parte muy buena para mí, que es llenar estadios y vender un millón y medio de discos con 18 años y darme cuenta de que la felicidad que yo sentía en ese momento no era la que debía sentir. Y después me encontré al año siguiente con mi disco y llenando con 300 personas, pero me di cuenta de que así sí que era muy feliz, porque estaba contándole a la gente musicalmente lo que yo quería proponer, que era arriesgado. Porque yo no salí en mi primer disco con el apoyo de radios ni de nada, y eso me hizo darme cuenta de que mi felicidad a modo personal era luchar por lo que yo creía. Y eso es lo que he intentado hacer durante todos estos años.

-¿Puede ser que aquí en España Lola, tu personaje en «Un paso adelante», eclipsase un poquito a Beatriz?

-Si tú te pones a pensar, ahora mismo digo: ‘Hay grupos de música aquí que yo nunca he tenido un disco y voy a un concierto y resulta que me sé las dos horas de concierto, porque las radios me pusieron su música, la televisión me mostró su propuesta’. Yo tengo cinco discos y dudo mucho que alguien que no me haya seguido se sepa una canción mía. Yo no he tenido la oportunidad, esa es la verdad. Pasé de un millón y medio de discos con UPA Dance, donde estaba en televisión, en radio y en todas partes, a mis cuatro discos siguientes, que en uno me fui a vivir a Francia y aquí ni siquiera se editó. Mi disco último se editó en Estados Unidos y Latinoamérica, y aquí nunca salió. Y con mis dos discos en España no tuve apoyo nada más que con Carrousel y Pretendo hablarte.

-La Vuelta Ciclista lo cambió todo.

-La Vuelta Ciclista fue una bendición, me apoyaron las radios y de una sola canción conseguimos disco de oro y que me diesen Premio Cadena Dial, Cadena Cien, los40... Me pasó todo lo que le puede pasar a una persona con un single nada más. Mucha gente no sabe lo que ha hecho esta chica hasta este momento.

-Tienes un carrerón.

-Pero sois vosotros, los medios, los que me ayudáis a contarlo. Yo no pongo en mis redes sociales que tengo ocho nominaciones a los Grammy, es que me da vergüenza. Yo me encuentro en el súper a una señora y me dice: ‘Ay, te vi en una entrevista y yo no sabía que hacías esto’. Y eso no lo pueden sustituir las redes sociales.

-Tu vida personal también es plena. Es increíble porque acertaste a la primera con Yotuel, él fue tu primer novio.

-Sí, pasaron quince años ya. Y no confiaba nadie en nosotros, la verdad.

-¿Y eso por qué?

-No sé, supongo que porque nos conocimos dentro del medio artístico, o porque teníamos edades diferentes. Que ahora no es mucho, porque nos llevamos seis años, pero entonces yo tenía 18 y Yotuel 24, y de una vida muy vivida, cosa que yo no. Yo era una chica que iba de mi clase de baile al teatro, del teatro al instituto... Yo nunca fui una chica muy adelantada en estos temas ni nada, así que realmente me pudo haber salido muy mal. Porque me enamoré y dije: ‘Uy, es el amor de mi vida’, desde el minuto uno. Lo di todo, y él también, porque además él es muy apasionado y muy latino, muy romántico. Podía haber salido supermal, yo por inexperiencia y él por carácter. Y de repente nos ha salido muy bien, y estoy muy contenta, sobre todo porque hemos crecido juntos y hemos pasado muchas cosas, como cambios de vivir en diferentes países sin nuestras familias, y eso une mucho. Luego nos dedicamos a lo mismo y él me respeta mucho en mis decisiones y yo a él en las suyas. Yo colaboro en el nuevo disco de Orishas que acaba de salir y él colabora en el mío, pero siempre nos respetamos mucho en los proyectos de cada uno.

-Al final es lo importante, además de quererse, respetarse.

-Sí, hay gente que por quererse y mantenerse unidos, uno se doblega ante el otro. En nuestro caso, ninguno ha tenido que doblegar absolutamente nada. Agarramos nuestras agendas y por ejemplo, esta semana que yo estoy viajando, él está en Madrid con nuestro niño, porque decidimos que siempre tiene que tener a uno de los dos. Es lo que nos hemos propuesto como familia y tenemos que hacerlo así. Tratamos más o menos de organizarnos de esa forma.

-Con dos años, ¿se entera mucho?

-Sí, sí que se entera. Ayer por ejemplo por la noche, que no podía dormir, me decía en el FaceTime: ‘Mamá, pelo’, porque me toca el pelo para dormir. Él sí se entera, lo que pasa es que los dos le transmitimos que esto es a lo que nos dedicamos, lo que sabemos hacer, y todo es por él, por nuestra familia. En todos los sentidos, no solamente en el económico, también en el emocional. Yo no sé lo que le voy a dejar a mi hijo a nivel financiero, lo que sí sé es que le voy a dejar la figura de una madre que luchó con todo por sus sueños y por lo que se planteó hacer en la vida, que me parece superimportante. Y que el día de mañana le pueda decir: ‘Mira, no, tú tienes que luchar por lo tuyo, a mí me costó, pero al final nunca me rendí y lo conseguí’. Ese es el mejor legado que le puedo dejar.

-Pues va a ser cierto que eres una #Guerreradelavida...

-¡Sí, soy una guerrera de la vida ja, ja, ja!