Ciudadanos busca fijar el foco en el avispero catalán

f. b. MADRID / LA VOZ

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David Arquimbau | efe

El centroderecha utiliza el desafío secesionista para presionar a Pedro Sánchez

21 ago 2018 . Actualizado a las 08:03 h.

 El avispero catalán continúa siendo el gran punto caliente de la política española. Sin duda, es el preferido por C's, que no desaprovecha la oportunidad de apedrearlo cada vez que se pone a tiro. Allí nació y allí se fogueó como respuesta a los excesos del nacionalismo. Todavía contaba con pocos años de vida cuando detectó la posibilidad de dar el salto a Madrid y aprovecharse de la crisis del bipartidismo. Desde entonces, sus picos siempre han coincidido con las etapas más convulsas del desafío secesionista, hasta el punto de que tras la declaración de independencia se erigieron en las encuestas como la fuerza con mayor intención de voto. Rivera sabe que el viento les suele soplar a favor mientras el debate está en clave catalana, por lo que intentan fijar ahí el foco. Cuando se cambia de tercio tienen una cierta tendencia a desorientarse. Especialmente desde la llegada de Pablo Casado, que en estos dos meses en la cúspide del PP se muestra dispuesto a llevar de vuelta a Génova la bandera de España, arrebatada por los naranjas durante el tramo final del mandato de Rajoy.

El nuevo presidente del PP todavía no se ha manifestado de forma clara con el 155, pero sí de la necesidad de acabar con los continuos desplantes del nacionalismo. Mediante cualquier vía legal. Ayer no fue la primera vez en la que le ofreció a Sánchez el Senado para, si este lo considera oportuno, volver a intervenir las instituciones catalanas. Como si fuera consciente de que sería como acabar moscas a cañonazos, pero dejando claro que lo primordial es acabar con ellas. Su campaña en las primarias fue muy clara, y además de la bandera española, tratará de que regresen muchos votantes que se fueron con ella.

Muy poco probable

Un inmediato 155 parece poco probable por ahora. Tal y como admitieron en su momento los padres de la Constitución, se trata de un artículo redactado de manera que da pie a la interpretación, para conceder un as al Gobierno en caso de emergencia, y aunque la situación en Cataluña no está normalizada, no serán las palabras de Torra las que vuelvan a encender la mecha. Rajoy esperó hasta que el Parlamento catalán declaró la independencia.