Un estudio que ha secuenciado el genoma de la especie extinguida hace 25.000 años revela que parte de su ADN ha sobrevivido
29 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La extinción de una especie no tiene por qué ser definitiva, o al menos no tiene que ser completa. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio dirigido por la Universidad de Potsdam (Alemania), que concluye que parte del genoma del oso cavernario permanece en el oso pardo actual. Por tanto, y a pesar de que la especie como tal de ha extinguido, su carga genética todavía pervive.
«El artículo desvela que parte del genoma del oso cavernario permanece en el oso pardo actual como resultado de la hibridación de ambas especies en la antigüedad. De este modo, una especie como esta no está completamente extinta, pues su genoma permanece, al menos en parte, en los osos actuales», explica a la agencia Sinc la aurora María Grandal D'Anglade, investigadora de la Universidad da Coruña y coautora del estudio. En el trabajo han participado, además, otras dos investigadoras españolas: Ana García-Vázquez, también de la Universidad da Coruña y Gloria González-Fortes, que actualmente trabaja en la Universidad de Ferrara (Italia).
Los científicos estudiaron el genoma del oso de las cavernas extinto, pariente cercano del oso pardo y del oso polar. «Los osos de las cavernas probablemente se parecían a un oso pardo muy grande y torpe y se alimentaban principalmente de plantas. Se extinguieron hace unos 25.000 años, de la cual el hombre probablemente no era del todo inocente», explican.
El estudio, publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, se ha llevado a cabo a partir del genoma completo de cuatro osos pardos de diferentes regiones de Europa, desde España hasta el Cáucaso.
Para los científicos, «claramente, los osos pardos y de las cavernas produjeron ocasionalmente descendientes comunes, los llamados híbridos, hace al menos 25.000 años, y estos híbridos también deben haber sido fértiles, de modo que el material genético del oso de las cavernas llega a la reserva genética del oso pardo y se ha conservado allí hasta el día de hoy». «Nuestra participación ha sido la selección y estudio de los ejemplares de la península ibérica, tanto oso pardo cantábrico actual como oso cavernario fósil, concretamente procedente de Cova Eirós (Triacastela, Galicia), de unos 35.000 años de edad», añade Grandal D'Anglade.
De manera individual los osos pardos actuales solo poseen entre el 1% y 2% del genoma del oso de las cavernas, ya que los diferentes osos pardos tienen diferentes áreas del genoma del oso de las cavernas. Sin embargo, globalmente una parte significativa del genoma cavernario todavía podría estar presente en los osos pardos actuales. «Los resultados muestran que las especies que ya están extintas a nivel genético pueden seguir participando en la evolución durante decenas de miles de años», concluyen.