Argentina desempolva las cacerolas

m. mora REDACCIÓN / LA VOZ

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JUAN MABROMATA | afp

Manifestaciones y saqueos recorren el país, en plena negociación con el Fondo Monetario

05 sep 2018 . Actualizado a las 07:29 h.

Hace ya algunos meses que la fortaleza del dólar se convirtió en un quebradero de cabeza para las llamadas economías emergentes. Y, desde entonces, las cosas en Argentina no han hecho otra cosa que empeorar. Basta con echarle un vistazo a la cotización del peso para hacerse una idea de la gravedad de la situación. Desde que comenzó el año, la moneda argentina ha perdido la mitad de su valor frente a la estadounidense.

Una «situación de emergencia», en palabras del presidente del país austral, Mauricio Macri, que ha llevado al Gobierno a llamar desesperado a las puertas del FMI. Hasta en dos ocasiones en pocas semanas. Primero, en junio pasado, para solicitar un rescate. Y hace apenas diez días, para pedirle al organismo que dirige Christine Lagarde que adelante la entrega de los desembolsos previstos. Una decisión que debiera haber calmado a los mercados y que, sin embargo, estos interpretaron como una señal de que las finanzas argentinas estaban peor de lo esperado, enfangando todavía más las cosas.

Y mientras el ministro de Hacienda de Macri, Nicolás Dujovne, partía hacía Washington, para presentarle a Lagarde el duro ajuste fiscal ideado por su equipo para reducir a cero el déficit ya el año que viene, el descontento y la tensión iban en aumento en las calles argentinas. El lunes, el día en que Macri anunció las medidas, en Chaco, una de las provincias más pobres del país, en el nordeste, un adolescente moría de un disparo en el pecho cuando un grupo de personas intentaban saquear un supermercado y fuero repelidas por la policía, informa AFP. No es el primer incidente de este tipo que se registra en los últimos días. Ya la semana pasada fueron asaltados algunos establecimientos en la capital.

Además, en Buenos Aires, y coincidiendo también con el anuncio del presidente, cientos de personas se manifestaban, cacerola en mano, contra el despido de funcionarios y las medidas anticrisis. Y eso que para paliar sus efectos en las clases más vulnerables el Ejecutivo elevará el gasto en programas sociales un 0,3 % en el 2019 y ampliará el programa oficial de control de precios de bienes básicos que heredó de los Kirchner.