Alemania se adelanta y lanza a Weber como candidato a la Comisión Europea

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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Michaela Rehle | reuters

Berlín aspira a controlar los puestos decisivos de las instituciones europeas

06 sep 2018 . Actualizado a las 08:27 h.

¿Tiene opciones de ser elegido? Sí. ¿Será su partido el vencedor de las elecciones europeas del 2019? Probablemente. ¿Puede contar con el respaldo de la Eurocámara? También.

Manfred Weber (Baviera, 1972) tiene el camino abierto para suceder al actual presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Jean Claude Juncker. El alemán anunció ayer que se postulará para abanderar al Partido Popular Europeo en los comicios del año próximo con la promesa de liderar un proyecto europeo «ambicioso» y renovado. «Europa está en un punto de no retorno. Creo que puedo ayudar a crear una nueva era. Necesitamos nuevas ideas», sostuvo durante su breve presentación en la que trató de convencer a sus colegas europeos de que su voto no caerá en saco roto si le apoyan en el congreso que celebrará la formación el 7 de noviembre en Helsinki.

Sus defensores ensalzan el extenso currículo europeo del alemán, quien lleva 14 años trabajando en la Eurocámara y lidera, a sus 46 años, la principal familia política del hemiciclo. También alardean de sus avales: los compañeros bávaros de la CSU y la canciller alemana, Angela Merkel (CDU). A su favor juega que, en la historia de la institución, solo un alemán, Walter Hallstein (1958-1967), logró hacerse con el timón del Ejecutivo europeo. Sus detractores apuntan a su talón de Aquiles: es alemán. Y eso genera recelo en algunas delegaciones europeas donde creen que la sombra de Berlín se está agrandando en el complejo y oscuro entramado institucional de la UE.

Muchos temen que su mano, más conservadora que la de Juncker, modele una legislatura marcada por la ortodoxia y la rigidez fiscal. Otra de las críticas que le han lanzado tienen que ver con su escasa experiencia política en altos cargos ejecutivos. Weber nunca ha ejercido como primer ministro, como sí hizo uno de sus rivales potenciales: Alex Stubb. El ex primer ministro finlandés hoy ocupa la vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), un cargo que le sabe a poco. En la contienda también podría personarse el actual negociador del brexit, Michel Barnier. El francés estuvo a cargo de varios ministerios en Francia y ocupó las carteras de Política Regional (1999-2004) y Mercado Interior (2010-2014) en la Comisión Europea.

Una garantía para Berlín

Con este primer paso de Weber, los populares y Alemania toman la delantera en la carrera por hacerse con el cargo institucional más importante de la UE. Berlín ya controla la Secretaría General de la Comisión Europea y no tiene intención de renunciar a tomar el timón del Banco Central Europeo (BCE) cuando el italiano Mario Draghi diga adiós. También controla la presidencia de la Junta Única de Resolución (JUR), en manos de Elke König, y del BEI, presidido por Werner Hoyer. ¿Qué supondría para Alemania la presidencia de la Comisión? Un garantía de contención presupuestaria, un seguro para afianzar las reformas estructurales emprendidas en la última década y una oportunidad para impulsar su visión particular del proyecto europeo.

Pero nada está escrito. Hoy se abre oficialmente el período para presentar candidaturas en el PPE. Donde todavía no se ha dado el pistoletazo de salida es en las filas liberales. En Marche!, la agrupación liderada por el presidente francés, Emmanuel Macron, rechaza el sistema del spitzenkandidat, por el que el candidato de la formación más votada en las elecciones europeas pasaría a ocupar la presidencia de la Comisión de forma automática: «Es una anomalía democrática», critican. Ese mecanismo dilapidaría sus posibilidades ya que la probabilidad de que se conviertan en la principal fuerza política en la Eurocámara es escasa.