Sánchez se queda solo en su propuesta de reforma exprés de la Constitución

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo BAreño MADRID / LA VOZ

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Mariscal | EFE

Casado advierte que no morderá el «anzuelo» y los secesionistas la ven insuficiente

19 sep 2018 . Actualizado a las 07:34 h.

«España no está para reformas constitucionales con los interlocutores políticos que tenemos. No hay mimbres ni interlocutores para hacer una reforma constitucional». El presidente del PP, Pablo Casado, cerró así ayer la puerta a cualquier posibilidad de que prospere la reforma exprés de la Constitución para limitar los aforamientos que plantea el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Esa negativa, sumada al rechazo de los grupos nacionalistas y de Unidos Podemos, que consideran insuficiente la reforma planteada hacen que Sánchez se quede solo en su primer gran proyecto como presidente.

«Ya adelanto que el PP no está en disposición de abrir en canal la Constitución», señaló Casado, consciente de que otros grupos pretenden aprovechar la propuesta del jefe del Gobierno para introducir otro tipo de reformas en la Carta Magna. Casado, que está pendiente de que el Tribunal Supremo lo impute o no por su polémico máster, consideró que lo que hace el Gobierno es «lanzar un anzuelo para que el PP pique», pero garantizó que no lo harán. Los populares advierten además deficiencias en la fórmula que plantea Sánchez, porque los políticos solo representan un 12 % de los 250.000 aforados que hay en España.

El PP, primer partido en escaños, y cuyo voto a favor sería imprescindible para cualquier reforma constitucional, acusó además al jefe del Ejecutivo de «convertir una buena idea en una ocurrencia» y consideró «una frivolidad» que se plantee «reformar la Constitución de forma exprés» para una cuestión que requiere «diálogo, consenso y rigor». Lejos de la premura que quiere imprimir Sánchez, el PP plantea que el Congreso solicite informes previos al Consejo de Estado, a la Comisión General de Codificación y al Consejo General del Poder Judicial.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, acusó también al Gobierno de intentar «engañar» a los españoles ya que, según dijo, pretende «blindar» a los cargos públicos que cometan delitos de corrupción, ya que se mantendría el aforamiento para diputados, senadores y miembros del Gobierno en delitos relacionados con el ejercicio de su cargo. Entonces, «¿de qué estamos hablando?», se preguntó Rivera, que calificó la propuesta de Sánchez de «tomadura de pelo».

Pero el rechazo al proyecto del Gobierno llega también, por distintos motivos, desde sus propios socios en la moción de censura. Tanto el PDECat como ERC reclaman que la reforma de la Constitución sirva para buscar una solución política para Cataluña. «Nos parece indigno que no haya dicho nada del problema político catalán, que es el principal problema político en Europa», señaló el presidente del PDECat, David Bonvehí, quien recordó que Sánchez llegó a la Moncloa gracias en parte a los «votos independentistas».

Inviolabilidad del rey

También ERC plantea que si se reforma la Constitución se aproveche para incluir en ella la posibilidad de que «las naciones que integran el Estado puedan ejercer el derecho de autodeterminación». Y para el PNV y Unidos Podemos la prioridad para apoyar la supresión de aforamientos es que se eliminen todos «sin excepción» incluyendo la inviolabilidad» del rey.

Desde el PSOE dejaron claro que no se plantean retirar la inviolabilidad del jefe del Estado, entre otras cuestiones porque ello podría dilatar el tiempo para consumar la reforma, que Sánchez cifró en 60 días. Quitar la protección al rey supondría cambiar el artículo 56 de la Constitución y, por tanto, tendría que tramitarse por la forma agravada, a través del artículo 168, que requiere dos tercios de cada Cámara y la disolución de las Cortes, en lugar de la vía a rápida que hace posible el artículo 167.

El Congreso insta a limitar los aforados en un debate que muestra grandes discrepancias

La propuesta de reforma constitucional lanzada por Pedro Sánchez coincidió ayer, no por casualidad, con el debate en el Congreso de una moción presentada por Ciudadanos para eliminar el aforamiento de diputados, senadores y miembros del Gobierno por medio también de una reforma constitucional, en este caso con un plazo de tres meses. Pese a que la propuesta salió adelante apoyada por PSOE y el PP, ese resultado resulta engañoso, dado que lo que dejó ver el debate son las profundas diferencias que mantienen todos los grupos a la hora de abordar una reforma que tiene poco visos de prosperar. El PP introdujo una enmienda que planteaba que antes de ello se recaben informes del Consejo de Estado y de Consejo General del Poder Judicial, además de dejar claro que en ningún caso apoyaría la retirada dela inviolabilidad del rey. El PDECat, y ERC pusieron el acento, por el contrario en el hecho de que se pretenda decir a los Parlamentos autonómicos lo que deben hacer y por ello se abstuvieron. El PNV presentó una enmienda para que se incluya la re la retirada de la inviolabilidad del rey, así como el aforamiento del rey emérito. También el portavoz de Compromís exigió levantar la inviolabilidad del rey. Y Unidos Podemos la consideró también insuficiente y reclamó la apertura de un nuevo «proyecto constituyente». Unidos Podemos exigirá además que cualquier reforma se someta a referendo. Ciudadanos rechazó las dos enmiendas a su moción y por ello la propuesta se votó en sus términos originales y fue aprobada por 253 votos a favor y 87 abstenciones.