Las tecnológicas crean controles de tiempo para frenar la adicción

mateo casal / b.p. REDACCIÓN / LA VOZ

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Dado Ruvic | reuters

Facebook, Instagram y Apple desarrollan herramientas de restricción, pero los expertos no ven que esta sea la solución

20 sep 2018 . Actualizado a las 10:21 h.

Facebook e Instagram incorporaron a sus sistemas una herramienta para controlar el tiempo que los usuarios emplean en sus redes sociales. La restricción consiste en un recordatorio a modo de alerta que salta cuando se supera el límite diario establecido por cada usuario. El aviso se puede modificar o anular en cualquier momento y, al estar autogestionado, ¿ejerce realmente un control para evitar la dependencia del móvil? El nuevo iPhone presentado por Apple también se ofrece a ayudar a los clientes a pasar menos tiempo ante la pantalla y más en la vida real.

Para el director de la asociación educativa Atlantics, Santiago Rey, estos sistemas de control del tiempo constituyen un parche más al problema. «El consumo desmesurado no se arregla con estas herramientas, porque si tengo que poner el despertador y cuando suena digo cinco minutos más y cinco más, acabo llegando tarde», afirma el responsable de la asociación sobre uso seguro y responsable de las TIC.

Concuerda con él el psicólogo Manuel Fernández: «Es un autoengaño. Si realmente algo es adictivo, la pulsión se acaba saltando a la prohibición. Cuando ya hay un problema estos mecanismos no son eficaces».

Algunos creen que se puede sacar algo positivo de estos nuevos instrumentos que las tecnológicas habilitan. Es el caso de Carlos Parada, especialista en eLearning e innovación educativa. Entiende que el sistema permitirá al usuario ser consciente de cómo el móvil lo acompaña a lo largo de todo el día: «Es útil para que las personas tengan un conocimiento del tiempo que están en la red. Es información para que luego cada uno tome sus decisiones». También encuentra una utilidad en la herramienta Mar Castro, consultora en redes sociales: «Para cambiar un hábito primero tienes que conocer y luego que reconocer. La gente conoce cuántas horas pasa pero no lo reconoce y esta herramienta puede ayudar».

Sin embargo, para Manuel Fernández, los que están enganchados no van a mejorar con esta técnica. Lo compara con lo que ocurre con las bebidas alcohólicas o el tabaco. «Ponen en sus etiquetas que debemos tener un consumo moderado. Evidentemente es algo que está bien como recordatorio para quien no tiene un comportamiento adictivo, pero el que es alcohólico esa etiqueta no le dice nada», comenta el psicólogo.

Las dos plataformas dirigidas por Mark Zuckerberg se unen con esta herramienta a una tendencia iniciada por Google en la versión beta de su nuevo sistema operativo. También Apple anunció la semana pasada al presentar su nuevo iPhone su nueva herramienta Screen Time, que enviará notificaciones para que el usuario sepa cuántas veces ha cogido el iPhone o el iPad y durante cuánto tiempo ha utilizado determinadas aplicaciones y webs. De este modo, los usuarios podrán limitar el tiempo y los padres podrán «espiar» las actividades en línea de los niños, así como imponer períodos de descanso.

Estrategia de márketing

Los expertos coinciden en que estas iniciativas tienen una clara orientación empresarial. Para el director de la asociación educativa Atlantics, las redes sociales, al vivir de la publicidad, están diseñadas para que estemos constantemente en ellas. «Son herramientas que buscan provocar una buena imagen de la empresa. Tienen que hacer algo para que parezca que están cumpliendo con objetivos más allá de los productivos», afirma. Concuerda Carlos Parada, que entiende que este «lavado de cara» proviene de las acusaciones a Facebook por generar contenido para estar más tiempo en su espacio. Y del mismo modo lo analiza Mar Castro: «Una capita de barniz más. Están alarmados de la dependencia que generan, pero nos van a seguir poniendo la golosina para seguir conectados».

La hiperconectividad genera individuos más estresados y con problemas de concentración, especialmente en adolescentes y niños. Además, las relaciones personales han cambiado y muchos prefieren las virtuales al trato cara a cara. Los especialistas conciben la educación como la base para cambiar esta tendencia. Las charlas en los colegios e institutos son importantes, pero inciden en el ámbito familiar. «En casa tenemos cuchillos y hemos tenido que enseñar a nuestros hijos dónde están y para qué sirven, evitando el uso inadecuado. Con los móviles pasa exactamente lo mismo», relata Carlos Parada. Iniciar en edades tempranas puede ser un error, y sobre todo según Santiago Rey, cuando no se alerta del uso inadecuado de las redes sociales. «Si le damos a un chaval con 12 años un móvil, es como cuando nuestros padres o abuelos nos decían: ‘Échale un vino al niño para que se haga un hombre’. No somos conscientes de las consecuencias. Las reacciones que produce nuestro cerebro al recibir un like son las mismas que cuando bebemos, fumamos o jugamos», comenta Rey.

También son importantes los pequeños gestos personales. Comprar un despertador y no usar el teléfono como alarma. De esta forma muchos jóvenes dormirán la noche del tirón, algo que a veces no sucede y que repercute en el ámbito académico. Cuando la dependencia se agrava, Rey entiende que lo primero es «reconocer que tienes un problema» y decírselo todo el mundo, porque así te verás arropado. Para el psicólogo Manuel Fernández, la terapia es la solución: «Cuando eso puede más que yo y no se controla, no hay aplicación que valga. Con una adicción solo vale acudir a un especialista».