Los guiños al secesionismo elevan la tensión

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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DARIO AYALA | reuters

Duras críticas del PP y C's al Gobierno, que ve «falta de empatía», habla de excarcelar a los políticos presos y de indultos y llega a decir que con Rajoy «el Estado se independizó de Cataluña»

24 sep 2018 . Actualizado a las 14:00 h.

La distancia entre el Gobierno y la oposición a propósito de Cataluña crece a medida que aumentan los gestos de distensión hacia los independentistas. El cruce de acusaciones llegó al extremo de que el ministro de Fomento, uno de los hombres fuertes del PSOE, José Luis Ábalos, cargó contra el PP y dijo que con el Gobierno de Mariano Rajoy «el Estado se independizó de Cataluña». Fue su manera de justificar la necesidad de apostar por el diálogo. O, dicho en palabras del propio presidente del Gobierno, de «dejar la vía judicial y empezar a hablar de política» para tratar de «tender puentes» con la Generalitat. Pedro Sánchez, de viaje en Canadá, no fue tan lejos como algunos miembros de su Gobierno, pero no desmintió ni desautorizó posicionamientos que han provocado airadas críticas del PP y de Ciudadanos por las cada día más indisimuladas declaraciones de miembros del Gobierno en favor de la excarcelación de los dirigentes independentistas en prisión por el desafío secesionista. La semana pasada fue el ministro Josep Borrell, siguió la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, que el sábado habló de indultos, y ayer lo hizo la vicepresidenta, Carmen Calvo. «Si se retrasara mucho en el tiempo [el juicio], sería alargar demasiado una situación de prisión preventiva; y parecería lógico que el juez, en el ámbito de sus competencias y con total independencia, sin presión de nadie, pudiera decidir que estuvieran en otras condiciones». Es decir, en libertad provisional, dijo la vicepresidenta en La Vanguardia

Abrir la puerta de la cárcel

La respuesta del PP no tardó en llegar, y lo hizo por boca de Javier Maroto, vicesecretario de organización del partido, en forma de pregunta a Pedro Sánchez. «Si ayer la delegada [por el sábado] pedía los indultos para los políticos presos y hoy la vicepresidenta está diciendo que llevan demasiado tiempo en la cárcel esos políticos, ¿qué va a pasar mañana, va a ir usted mismo a la puerta de la cárcel para abrirla?». Maroto señaló que «el PP quiere que esta hartura termine de una vez», y por ello apostó nuevamente por la aplicación del artículo 155 de la Constitución para, entre otras cosas, intervenir TV3.

También desde Ciudadanos criticaron los guiños del Gobierno al secesionismo, que en el partido de Albert Rivera consideran una grave equivocación. «Desde hace mucho tiempo se está confundiendo cuál es el deber y la responsabilidad de cada uno y yo creo que los políticos se tienen que dedicar a hacer política y los jueces a juzgar», declaró Begoña Villacís, secretaria de política municipal de Ciudadanos.

Los únicos apoyos le llegaron al Gobierno precisamente desde el bando independentista. Y, además, de uno de los dirigentes más beligerantes, Eduard Pujol, portavoz de Junts per Catalunya en el Parlamento autonómico. En su opinión, las palabras de Carmen Calvo son «la aproximación más valiente que se ha hecho hasta ahora». Y fue más allá: «Ojalá se alcen muchas voces que pidan que se ponga punto final a esta vergüenza democrática», añadió.

«Falta empatía»

Pedro Sánchez no quiso hablar de indultos, porque «el Gobierno no se pronuncia sobre hipótesis: el Gobierno se pronuncia sobre realidades», dijo en presencia del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien lo recibió en Montreal, capital de Quebec, la provincia mayoritariamente francófona que ha planteado más de una vez la independencia y que en más de una ocasión ha sido utilizada como modelo por los nacionalistas catalanes y vascos.

«La reflexión que trasladó la delegada del Gobierno y yo comparto es que falta empatía; ha habido durante demasiados años un lenguaje grueso de confrontación», dijo el jefe del Ejecutivo, según informa Paula de las Heras, que cubre para la agencia Colpisa la visita del presidente a Canadá. Sánchez subrayó que, «lógicamente, hay que reivindicar la legalidad», pero también argumentó que la prioridad de su Gobierno es la «convivencia» y dijo que para garantizarla hay que estar dispuesto a hacer política y no dejarlo todo en manos de los tribunales. El jefe del Ejecutivo -que adujo que esa es precisamente la lección que cabe sacar del caso de Canadá y del de Quebec, donde el apoyo a la independencia roza mínimos históricos- esgrimió que su actitud ya ha generado resultados con la vuelta de las reuniones bilaterales Generalitat-Estado. «El carril de la Justicia tiene su recorrido, pero la responsabilidad de este Gobierno es responder de manera política», reiteró tras reclamar la colaboración de la oposición.

«El Gobierno tiene una hoja de ruta clara que si tiene un objetivo es resolver desde la política un conflicto político, y que lo vamos a hacer desde la ley y el diálogo», insistió, aunque admitió que se trata de un problema que no se va a resolver a corto plazo.

Incumplimientos de Rajoy

La respuesta desde el Gobierno a las críticas de la oposición correspondió a José Luis Ábalos, quien cargó duramente contra el PP. En la celebración de los cuarenta años de la Fiesta de la Rosa, en Pineda de Gavá, el ministro de Fomento hizo una encendida apuesta por el diálogo, ya que en Cataluña hay muchas sensibilidades, dijo, por lo que es necesario partir del reconocimiento de la pluralidad. El Gobierno, añadió Ábalos, está haciendo un gran esfuerzo para intentar desencallar una situación de la que hizo corresponsable al Gobierno de Mariano Rajoy, quien prometió inversiones en Cataluña que nunca aplicó, por lo que durante su mandato «España se independizó de Cataluña». Y fue aún más allá: «La derecha se ha independizado de Cataluña hace tiempo», dijo, sin hacer ninguna alusión crítica a los independentistas.

El ataque a los nacionalistas le correspondió a Miquel Iceta, quien los instó a que hagan «menos romerías a Waterloo [para visitar a Puigdemont] y más Parlament, más presupuestos, más leyes y más cabeza, que es lo que no tienen».