Ofensiva del PP para convertir el Senado en la Cámara de oposición al Gobierno

Francisco Balado Fontenla
fran balado MADRID / LA VOZ

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Kiko Huesca | Efe

Pedro Sánchez comparecerá el día 23 por su tesis, y después lo harán Ábalos y Díaz

04 oct 2018 . Actualizado a las 07:40 h.

Cuando más se estaba cuestionando el papel del Senado, con muchas voces que planteaban su reformulación, e incluso su cierre, con el inicio de la legislatura la Cámara Alta pasó de la absoluta irrelevancia a erigirse en una plaza clave del juego político.

Los resultados de las elecciones generales de junio del 2016 le otorgaron al PP un dominio casi tiránico que trata de rentabilizar desde entonces. Primero con la creación de una comisión de investigación sobre la financiación irregular de los partidos, tratando de contrarrestar así la impulsada por el PSOE, Ciudadanos y Podemos en el Congreso, que investiga la supuesta financiación ilegal de los populares. Por ella han hecho desfilar a representantes de todas las formaciones políticas rivales para cuestionar sus prácticas recaudatorias. Fue precisamente en la plaza de la Marina Española en donde un exsocio de Pablo Iglesias acusó al secretario general de Podemos de haber creado el partido con fondos procedentes de Irán y Venezuela y en donde se destapó una supuesta subasta pública con la que Ciudadanos ordenaba las listas para los comicios municipales en función del mejor postor. También en donde han tenido que rendir cuentas varios de los implicados en el escándalo de los ERE falsos.

Pero los senadores más veteranos recuerdan que nunca se habían sentido tan protagonistas como el pasado 27 de octubre, cuando, a petición del Gobierno, la Cámara Alta aprobó la aplicación del 155 en Cataluña como respuesta al desafío secesionista.

El inesperado relevo en Génova con Pablo Casado tomando el testigo de Rajoy no ha hecho más que intensificar la utilización del Senado por los populares como ariete contra sus adversarios, y también como la mejor herramienta para fiscalizar al Gobierno. A su holgada mayoría absoluta hay que añadir el papel testimonial de Ciudadanos, con tan solo dos senadores frente a los 130 del PP, por lo que no existe un terreno de juego más favorable.

Sánchez, tesis y migración

Pedro Sánchez está citado el próximo martes 23 de octubre a un pleno extraordinario y monográfico en el que tendrá que someterse a un bombardeo de preguntas de los senadores populares acerca de las irregularidades que planean sobre su tesis en Economía. Solo falta que la Moncloa confirme la disponibilidad horaria del presidente del Gobierno para esa fecha. Esta comparecencia forzada por Génova se acumula a otra petición anterior para que el jefe del Ejecutivo tendrá dé cuenta de las políticas migratorias de su Gobierno. Aunque esta última se esperará en la cola, ya que, tal y como explicó el portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, en un reciente encuentro informal con periodistas, entienden que el asunto de la tesis tiene mayor urgencia.

Siguiendo con esta idea de convertir el Senado en el mejor escenario para ejercer la oposición al Gobierno, el grupo popular registró ayer la solicitud de comparecencia del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, para que explique la decisión del Ejecutivo relacionada con las licencias de vehículos con conductor (VTC).

Otro de los pesos pesados del PSOE que tendrá que comparecer en breve es la presidenta andaluza, Susana Díaz. Todavía no hay una fecha cerrada, pero a buen seguro coincidirá muy próxima al inicio de campaña, ya que dentro de poco expira el plazo para la convocatoria electoral.

Y a medida que el Senado adquiere protagonismo los populares están decididos a arañar una cuota de pantalla todavía mayor. A partir de ahora podrán formular nueve preguntas al Ejecutivo durante las sesiones de control, dos más de las que disponían. Será en detrimento del PSOE, que pasará de siete cuestiones a cinco debido a la decisión adoptada ayer por el presidente de la Cámara, Pío García Escudero, tras las discrepancias de los representantes de ambas formaciones en la reunión de la Mesa. El PP solicitaba todavía una bala más para tirar contra el Gobierno en las sesiones de los martes apoyado en que así le corresponde, por su representación y por estar en la oposición. El PSOE quería limitarlas a ocho. Los representantes del Grupo Mixto seguirán repartiéndose nueve preguntas entre sus cinco miembros.