La fuga del exjefe del Sebin complica la relación entre Maduro y Cabello

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

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La oposición cree que el todopoderoso militar se halla huido o en la clandestinidad para salvar su vida

01 nov 2018 . Actualizado a las 08:47 h.

Fue durante cuatro años uno de los hombres más temidos de Venezuela: una orden suya valía más que una sentencia de un tribunal y, a su antojo, dispuso prisiones, torturas y probablemente incluso asesinatos. Pero la salida de Gustavo González López de la dirección de la tenebrosa policía política venezolana, el Sebin, se hizo con tal discreción que la Gaceta Oficial del Gobierno de Nicolás Maduro solo anunció su sustitución, nunca que haya sido destituido.

La salida de González -general del Ejército, como su sucesor, Manuel Cristopher Figuera; y como este, acusado ante el Tribunal de La Haya por violación masiva de derechos humanos- «prueba que Fernando Albán fue asesinado», según un comunicado del partido opositor Primero Justicia.

Pero su reemplazo, que se produjo mientras Maduro se encontraba en La Habana, viaje que se realizó en absoluto secreto, reafirma, según fuentes políticas, el poder del presidente, en detrimento del poder de Diosdado Cabello, número dos del chavismo, de quien González era una ficha evidente y que se había convertido en un suprapoder tan grande que ni siquiera respetaba decisiones judiciales, lo que ponía en duda la «institucionalidad del país», según Didalco Bolívar, dirigente del Partido Socialista Unido (PSUV) muy cercano a Maduro.

Un roce en la autopista

La versión oficiosa de su despido dice que obedece a un supuesto roce el jueves entre la caravana de Maduro (en la que no iría él) y una comisión del Sebin en una autopista de Caracas. Pero no hay ninguna explicación oficial sobre la salida de uno de los militares que habían acumulado más poder dentro del chavismo.

Curiosamente, a González no se le ha ofrecido un nuevo cargo en el Gobierno y, según la oposición, habría o bien salido del país o se encontraría en la clandestinidad dentro de Venezuela, donde gozaría de relativa protección.

Durante las últimas semanas se había hablado, incluso, de la eliminación del Sebin, en un intento por rebajar el inmenso rechazo que causó la muerte de Albán, el 8 de octubre, en lo que oficialmente es un suicidio, pero que en Venezuela se ha tomado como un asesinato político mientras el concejal caraqueño estaba bajo custodia del Sebin.

Ha habido también denuncias, nunca hechas oficiales, de que en la propia sede del organismo secuestraban personas y les cobraban un rescate por su libertad, así como del poder de un narcotraficante, Walid Makled, en el manejo de El Helicoide, la sede del cuerpo en Caracas en la que este hombre deportado desde Colombia está recluido.

Pocas perspectivas de cambio

En todo caso, la situación no parece que fuera a mejorar con el cambio por Figuera, quien también ha sido denunciado ante La Haya por Tamara Suju, abogada venezolana que hace dos años recibió la nacionalidad española por causa de honor. Un cambio que según Andrés Colmenares, director de la oenegé Funpaz, denota que la prioridad del Gobierno de Maduro no es el respeto de los derechos humanos.