El emocionante rescate de un zorro en Picos de Europa

La Voz

ACTUALIDAD

Flor Irina Amonsky

Un grupo de senderistas recogió al animal, malherido y en estado de hipotermia, y caminó con él en brazos durante cinco kilómetros a través de la nieve

06 nov 2018 . Actualizado a las 16:46 h.

Esta es una historia de amor por los animales. Sus protagonistas, un zorro malherido y un grupo de senderistas portugueses y argentinos que aprovecharon el puente para recorrer los Picos de Europa y se convirtieron, sin pretenderlo, en sus ángeles de la guarda.

Flor Irina Amonsky

A dos kilómetros de Vega de Ario, y en medio de la ruta, se encontraron con el animal, cuenta Flor Irina Amonski, una de las integrantes del equipo de rescatadores. Tenía heridas en una pata y en la barriga. «Estaba babeando. Me acerqué para ver si estaba vivo, si respiraba. Convulsionaba». Su compañera Anabela lo envolvió en una manta térmica y se lo llevaron montaña abajo. «Con muchas dificultades porque había zonas donde la nieve nos llegaba hasta la rodilla». Ignacio y Carlota, del refugio, acudieron en su apoyo. «Ellos venían con raquetas y esquís y avanzaban más rápido que nosotros», cuenta Irina. 

Flor Irina Amonsky

Cinco kilómetros de caminata después, en el restaurante María Rosa, a orillas del lago Ercina, en plenos lagos de Covadonga, su entrada acaparó todas las miradas. El local estaba lleno pero enseguida despejaron una mesa para poder atender la urgencia. Allí esperaron hasta que guardas del Parque Nacional Picos de Europa se hicieron cargo del animal. «Lloré cuando se lo llevaron», confiesa Flor Irina. «Hasta me abrazó gente que había en el bar de tan emocionada que me vieron». 

Flor Irina Amonsky

Los portugueses Antonio Franco, Anabel Jorge, Marco Silva, Mafalda Faria y la argentina Flor Irina son amigos y compañeros del club de trail running Salamandrecos. «Este puente hicimos rutas los 4 días. El domingo era nuestra última jornada en España. De noche nos volvimos a casa». Con un sabor agridulce, entre la alegría por haber podido dar una segunda oportunidad al zorro y la pena por la incertidumbre sobre su estado. «No puedo dormir pensando en el bichito», confiesa Irina.

El zorro se recupera de sus heridas en el Centro de Fauna Silvestre de Infiesto, en Piloña.