Merkel arremete contra la ultraderecha en el 80 aniversario de la noche de los cristales rotos

patricia baelo BERLÍN / E. LA VOZ

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TOBIAS SCHWARZ

10 nov 2018 . Actualizado a las 08:43 h.

«¿Qué hemos aprendido del pasado? Una de las lecciones es que cada ser humano es único. El Estado debe actuar con firmeza contra la denigración, la exclusión, el antisemitismo, el racismo y el radicalismo de derechas». Así se expresaba Angela Merkel ayer durante la conmemoración de la efeméride más fatídica de la historia de Alemania: el 9 de noviembre de 1938, que marcó el inició de la sistemática persecución de judíos y supuso la antesala del Holocausto que acabó con la vida de seis millones de personas.

«Trabajaremos juntos para que algo como lo que ocurrió no se repita nunca más», prometió vestida de negro riguroso. En un momento en que la ultraderecha experimenta un auge sin precedentes en todo el mundo, Merkel llamó a recordar a las víctimas del genocidio nazi en un acto en la sinagoga de la berlinesa Rykestrasse, que quedó reducida a cenizas tras los disturbios antisemitas organizados hace 80 años por el régimen de Adolf Hilter.

«El mal del nacionalsocialismo no se produjo de la noche a la mañana», sino que fue la culminación de un proceso que se incubó mucho antes, subrayó la canciller antes de citar el asesinato del ministro de Exteriores judíoalemán Walter Rathenau en 1922 y los progromos de Hamburgo en 1923 entre los detonantes.

Es un escándalo que cada dos semanas una sinagoga o una mezquita sean atacadas o amanezcan con eslóganes de odio, criticó el presidente del Consejo Central de los Judíos. Josef Schuster calificó de «incendiarios de espíritu» a los miembros del partido ultra AfD. «Alimentan el miedo contra los refugiados», advirtió.

Horas antes en el Bundestag, el presidente alentaba a «no apartar la vista del abismo que supuso el Holocausto» y a denunciar el «embellecimiento del pasado al que acostumbran los nacionalistas». Frank-Walter Steinmeier se refirió a la tradición germana de libertad y democracia, que paradójicamente también data de esa fecha. El 9 de noviembre de 1918 los alemanes celebran la proclamación de la república de Weimar, que dio lugar a una Constitución y sentó las bases del estado social moderno. La casualidad quiso que el mismo día, pero 51 años después, cayera el Muro de Berlín.