El CIS prevé un triunfo claro de Susana Díaz y un batacazo del PP en Andalucía

T. N. REDACCIÓN / LA VOZ

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Jesús Prieto | Europa Press

La campaña electoral del 2D arranca con las tres fuerzas de la oposición empatadas

14 nov 2018 . Actualizado a las 23:19 h.

Pase lo que pase el 2 de diciembre, las elecciones andaluzas son «la primera vuelta de las elecciones municipales y la primera vuelta de las nacionales, se convoquen cuando se convoquen». Estas declaraciones de Pablo Casado, realizadas el martes, indignaron a los candidatos andaluces, que lo acusaron de despreciar los comicios autonómicos. Pero lo peor es que esa «piedra de toque» de cara a las generales puede hundir al líder del PP en su primera cita a las urnas si se confirman los pronósticos del CIS. El instituto demoscópico publicó ayer una encuesta en la que desdice a su presidente, José Félix Tezanos, y vuelve a cocinar los datos brutos del sondeo.

Según sus proyecciones, los populares serían los principales derrotados en los comicios del 2 de diciembre, cuya campaña comienza la próxima medianoche. No solo podrían perder un tercio de los escaños que tenían hasta ahora, sino que incluso podrían ser superados por Ciudadanos y quedar como última de las cuatro grandes fuerzas políticas en la comunidad autónoma más poblada de España. Todo un toque de atención de cara a los procesos electores que se avecinan para el próximo año, o año y medio como mucho, según cuánto alargue Pedro Sánchez la legislatura.

El PSOE se refuerza

Lo que está fuera de toda duda, según el CIS, es la victoria de Susana Díaz, que no solo mantendría a su partido, el PSOE, como primera fuerza en la comunidad, sino que incluso aumentaría su respaldo electoral en dos puntos porcentuales, aunque es posible que pierda dos escaños. Sea como sea, la relación de los socialistas con Andalucía no admite comparación, porque es prácticamente imposible encontrar otro lugar en el mundo en el que un mismo partido haya ganado sistemáticamente todas las elecciones a lo largo de 40 años. E incluso reforzando su posición.

La oposición se aferra al caso de los ERE para atribuir este hecho a la fortaleza y extensión de las redes clientelares desarrolladas por los socialistas en Andalucía. Podría ser, pero difícilmente debe entenderse como la única causa, la única explicación. Porque otros partidos también han creado lazos clientelares en otras zonas y eso no les ha evitado alguna derrota electoral. E incluso en Andalucía misma los populares han estado próximos al sorpasso y, sin embargo, han vuelto a retroceder. De hecho, Susana Díaz, si la realidad confirma el pronóstico del CIS, conseguirá el 2D que el PSOE sea el partido más votado en las ocho provincias andaluzas (en el 2015, el PP ganó en Almería) y mejorará sus resultados de hace tres años en siete provincias. Solo retrocederá en Granada, curiosamente la circunscripción en la que solo avanzan las fuerzas emergentes, es decir Ciudadanos y Podemos.

La oposición, en un pañuelo

Al margen de la segura victoria de Susana Díaz, lo más reseñable de las previsiones es que las otras tres candidaturas se disputan la segunda plaza en un apretado cuerpo a cuerpo que solo se resolverá en el esprint final. Según el CIS, entre las tres fuerzas de la oposición solo hay una diferencia de 1,2 puntos. Dicho de otra forma, arrancan la campaña electoral en situación de empate técnico, por lo que es posible cualquier combinación de posiciones el día 2. Y aunque el CIS coloca en segundo lugar a la coalición de Podemos e Izquierda Unida, encabezada por Teresa Rodríguez bajo el nombre de Adelante Andalucía, lo cierto es que la suma de las dos referencias a la izquierda del PSOE retroceden respecto a los resultados del 2015. Podemos fue entonces tercera con un 14,84 % de los votos e Izquierda Unida, quinta con un 6,89 %. La coalición sumaría el 2D un 19,34 % de las papeletas, es decir 2,4 puntos menos que hace tres años. Eso sí, mantendrían los veinte escaños de la pasada legislatura. Pero la suma de Podemos e Izquierda Unida solo sirve para mejorar sus resultados en dos provincias (Almería y Granada), lo que alimentará las críticas de quienes cuestionan la alianza electoral.

Además de la batalla por el segundo puesto, queda abierta otra quizás más importante: quién ganará la carrera entre las dos fuerzas situadas a la derecha, Ciudadanos o Partido Popular. Que es la que tiene más proyección política fuera de Andalucía. Y no solo porque se trata de la primera cita con las urnas del PP liderado por Pablo Casado, sino por los efectos que pudiera tener que el partido de Albert Rivera volviera a ponerse por delante de los populares, como ya ocurrió hace casi un año en Cataluña. De entrada, Ciudadanos es el partido con mayor crecimiento. Es lógico, porque también es el que parte de una posición más retrasada. En el 2015, fue cuarto con un 9,28 % de los votos. Ahora, según el CIS, obtendría un 18,55 %, casi diez puntos más. Los andaluces parecen premiar de esta forma el pacto de legislatura de Ciudadanos con los socialistas, que permitió la investidura de Susana Díaz.

Los pactos

La presidenta andaluza, pese a quedar lejos de la mayoría absoluta, tiene todas las papeletas para repetir, e incluso podría llegar a hacerlo sin un pacto permanente, aunque ciertamente en una situación de mayor inestabilidad, sometida al riesgo de una improbable, pero no imposible en momentos concretos, entente de toda la oposición. También podría buscar un acercamiento a Teresa Rodríguez, harto difícil, o volver a intentarlo con Ciudadanos. Pero esto dependerá de la posición en que acabe el partido, obviamente, pero también, y como derivada, de la estrategia de Rivera para el resto de España.

La escalada de C’s es especialmente dañina para el PP, que pierde seis puntos y retrocede en todas las provincias, e incluso cae a la última posición en tres. En Almería, la única en la que fue la primera fuerza en el 2015, su retroceso se debe en buena medida a la irrupción de Vox, que lograría aquí un escaño, el primero en un parlamento autonómico del partido de extrema derecha.