París se harta y acusa a Trump de falta de decencia

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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Vincent Kessler | reuters

Los mensajes del presidente estadounidense colman la paciencia del Elíseo

15 nov 2018 . Actualizado a las 08:00 h.

La amistad que compartían Donald Trump y Emmanuel Macron parece haberse volatilizado tras la andanada de tuits del estadounidense lanzados contra su par francés en los últimos días. La primera reacción del Elíseo fue aplacar el sábado la ira de Trump para no ensombrecer el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial. El martes optó por callar ante otra serie de tuits críticos y sarcásticos. Pero ayer la paciencia gala se acabó. El portavoz del Gobierno consideró una falta de la «más elemental decencia» por parte del inquilino de la Casa Blanca al enviar los mensajes críticos durante el tercer aniversario de los ataques yihadistas que ensangrentaron París. «Ayer, fue el 13 de noviembre, conmemorábamos el asesinato de 130 ciudadanos en París y el estadio de Saint-Denis. Por eso voy a responder en inglés: un poco de common decency habría sido deseable», declaró Benjamin Griveaux al finalizar el Consejo de Ministros, utilizando el término del escritor británico George Orwell para describir la moral y decencia de la gente normal. 

«Los aliados se deben respeto mutuo», dijo Macron a bordo del portaviones Charles de Gaulle, después de declinar responder a las críticas. «Todo eso no tiene ninguna importancia. No voy a debatir con el presidente de EE.UU. a través de tuits», agregó.

Para aplacar el enfado del estadounidense por su defensa de un ejercito europeo se reunió con él en el Elíseo antes de los actos por el centenario del armisticio. A su regreso a Washington, Trump volvió a la carga y está vez incluso se burló de la baja popularidad de su homólogo francés. En una referencia muy poco diplomática a la ocupación nazi de Francia, afirmó en un tuit que entonces «los franceses empezaban a aprender alemán hasta que llegó Estados Unidos», antes de quejarse por la imposición de aranceles por parte del Gobierno de París a los vinos estadounidenses. Los besos y abrazos con los que se prodigaron Trump y Macron tanto en París como en la Casa Blanca quedan muy atrás.