Carmena se desmarca de Podemos y se niega a dialogar con Pablo Iglesias

Francisco Balado Fontenla
fran balado MADRID / LA VOZ

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J.J. Guillén | efe

Sectores del partido abogan ya por una lista propia para competir con la alcaldesa

16 nov 2018 . Actualizado a las 08:11 h.

La portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, confirmó ayer lo que hasta ahora era un secreto a voces: tanto ella como los otros cinco ediles de la corporación municipal que renunciaron a presentarse a las primarias de Podemos concurrirán en la lista que encabezará Manuela Carmena para revalidar el bastón de mando en la capital española. La decisión de los seis concejales de renunciar a medirse en este proceso interno abrió una nueva herida dentro de Podemos que, lejos de cerrarse, cada día que pasa sangra con más fuerza. La escalada de tensión ha llevado a entrar públicamente en el asunto a los máximos responsables de la disputa, quienes hasta ahora habían tratado de mantenerse en un segundo plano. Si el miércoles era Pablo Iglesias el que lamentaba la imagen que está transmitiendo su formación, ayer fue el turno para Carmena, que rechazó cualquier tipo de responsabilidad y marcó distancias con Podemos: «Creo que esto es un problema que surge en el partido de Podemos; yo no tengo nada que ver», manifestó la regidora desvinculándose totalmente de sus siglas.

Desde la dirección de Podemos señalan a la exjueza como la máxima responsable de que estallara este conflicto, al interpretar la renuncia de sus concejales a pasar por el aro de las primarias como un órdago. Pero ella ya transmitió en varias ocasiones que solo lideraría una lista en la que se rodease de nombres de su absoluta confianza, evitando así que en el siguiente mandato se reproduzcan algunos de los sonados escándalos protagonizados por varios de sus concejales. 

El número dos en la papeleta

El intento de orillar las primarias, obligadas por los estatutos de Podemos, ha centrado gran parte de las atenciones en este pulso que mantienen Iglesias y Carmena, pero existe otro gran asunto de fondo: el nombre que irá en la segunda posición de la lista electoral. A nadie se le escapa que Carmena no se ve con fuerzas para agotar otros cuatro años de mandato y que piensa en una transición ordenada a mitad de camino, por lo que el segundo escalafón de la papeleta adquiere mucha mayor importancia de lo habitual. El líder de Podemos aspira a situar ahí al exJemad Julio Rodríguez, que con absoluta seguridad se impondrá en las descafeinadas primarias de Podemos a Madrid. Pero Carmena no comulga con ello, y solo contempla que ese puesto sea para Marta Higueras, primera teniente de alcalde de la corporación y persona de su absoluta confianza. Higueras siempre se ha mantenido al margen de los focos, pero los que conocen bien el funcionamiento del gobierno municipal la señalan como su motor y mano derecha de la regidora.

Las conversaciones en privado para montar la coalición electoral no han llegado a buen puerto, y el asunto ha saltado a la esfera pública. En este tira y afloja entre Carmena e Iglesias, la alcaldesa sorprendió ayer al asegurar que no tenía ningún tipo de interés en sentarse a hablar con el secretario general de Podemos para buscar una solución: «No sé cómo deciros, no tengo una vinculación específica con él, ni necesidad de tener una conversación», respondió a la prensa a la conclusión de un acto de la Policía Municipal celebrado ayer en Madrid. La alcaldesa también fue cuestionada sobre si había conversado con Julio Rodríguez. «No, no tiene nada que ver conmigo. Es decir, son temas de un partido al que no pertenezco, como todos sabéis», aseveró, volviendo a desmarcarse de la formación morada y fijando su independencia.

A pesar de esta pérdida de influencia de Pablo Iglesias en Madrid, son muy pocos los que dudan de que finalmente Podemos acabará integrándose en la plataforma de la alcaldesa. Sin embargo, según informa Ramón Gorriarán, de Colpisa, la alternativa de una lista de Podemos que compita con Manuela Carmena tiene sus respaldos en el partido, aunque el secretario general ha abortado por el momento esa posibilidad. La idea de los partidarios de la lista propia es medir fuerzas en las urnas para pactar después.