El Aquarius pone fin al rescate de inmigrantes por el acoso de Italia

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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MATTHEW MIRABELLI | AFP

Las presiones diplomática provocaron que este año el Aquarius cambiara dos veces de pabellón, primero el de Gibraltar y luego el panameño.

08 dic 2018 . Actualizado a las 08:50 h.

El Aquarius, el barco símbolo del rescate de inmigrantes en aguas del Mediterráneo, deja de navegar ante el acoso y derribo de Italia. SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras (MSF) denuncian que «el fin de la misión es el resultado de una campaña del Gobierno italiano, respaldada por estados de la Unión Europea, para deslegitimar, desacreditar y obstaculizar las operaciones de búsqueda y rescate». «En los últimos 18 meses, los ataques de los estados de la UE a las operaciones de búsqueda y rescate se han basado en tácticas utilizadas por algunas de las naciones más represivas del mundo», añaden.

Pero las dos oenegés dejaron claro ayer que no bajan los brazos. «Naturalmente que para nosotros el Aquarius fue un gran símbolo. Pero al final solo es un barco y los barcos se pueden reemplazar», dijo Verena Papke, directora de SOS Méditerranée en Alemania. «El equipo continúa, la estructura permanece, solo necesitamos un barco y podremos seguir». La organización ya está hablando con varias navieras y espera tener un nuevo buque el próximo año.

SOS Méditerranée es la responsable del flete del navío, de su navegación y de la búsqueda y salvamento de embarcaciones en peligro, mientras que MSF se encarga de la acogida y de los cuidados a los rescatados a bordo y participa en su financiación.

Las presiones diplomática provocaron que este año el Aquarius cambiara dos veces de pabellón, primero el de Gibraltar y luego el panameño. Lleva dos meses anclado en el puerto de Marsella y a finales de noviembre la Justicia italiana solicitó el embargo del navío por un caso de tratamiento ilegal de residuos. Desde el inicio de sus operaciones en el 2016, el barco ha prestado asistencia a cerca de 30.000 personas. El pasado junio, se convirtió en un símbolo de la crisis diplomática sobre la acogida de migrante, después de haber navegado a la deriva durante una semana en el Mediterráneo con 630 rescatados a bordo. Tras el rechazo de Italia y Malta, finalmente el Gobierno español le dio permiso para desembarcar a los migrantes en Valencia. Para MSF, su retirada solo traerá «más sufrimiento y más mortalidad» al Mediterráneo. Las agencias de la ONU ara derechos humanos y refugiados lamentaron el fin del barco Aquarius.