La era pos-Merkel arranca con el pie derecho para Karrembauer

PATRICIA BAELO

ACTUALIDAD

JOHN MACDOUGALL | AFP

La estrategia no está exenta de riesgos y solo el tiempo dirá si la nueva líder cristianodemócrata es capaz de detener la fuga de votos que sufre la formación desde hace tres años

09 dic 2018 . Actualizado a las 08:44 h.

«El regalo de despedida para Angela Merkel». Así se refería la prensa a la elección de Annegret Kramp-Karrenbauer, aliada de la canciller alemana, como su sucesora al frente de la Unión Cristianodemócrata (CDU). Gracias a la conocida como AKK, la mandataria, que ha dejado la presidencia del partido conservador tras 18 años, se asegura de que al menos por el momento podrá cumplir su objetivo de seguir a cargo del Ejecutivo hasta agotar la legislatura en eñl 2021.

La estrategia no está exenta de riesgos y solo el tiempo dirá si la nueva líder cristianodemócrata es capaz de detener la fuga de votos que sufre la formación desde hace tres años. Sobre todo por el flanco derecho, representado por el ultra AfD, que, tras capitalizar el creciente rechazo de la población a la llegada de refugiados al país, quedó tercero en las generales del 2017 y se ha colado en todas las Cámaras regionales.

Por tanto no es de extrañar que AKK, la más moderada de los aspirantes a relevar a Merkel, iniciara su mandato con el pie derecho. Solo un día después de ser elegida, apostó por que la CDU adquiera un sello más conservador de la mano de Paul Ziemiak, hasta ayer jefe de las juventudes cristianodemócratas, como nuevo secretario general. Un puesto clave para redefinir el rumbo de la formación.

«Debemos ser el partido del Estado de derecho», declaró Ziemiak desde Hamburgo justo después de recibir el visto bueno del 62,8 % de los 1.001 delegados del congreso federal de la CDU. Un resultado muy pobre frente al 99 % que obtuvo la propia AKK al ocupar la secretaría general el pasado marzo a petición de la canciller, y que refleja una vez más la polarización entre los que debaten entre mantenerse en el centro o virar a la derecha.

Ziemiak, de 33 años, es íntimo del ministro de Sanidad, Jens Spahn, y representante, al igual que él y que Friedrich Merz, los candidatos que se disputaron la presidencia de la CDU con AKK, del ala más conservadora de la formación. Con su nombramiento, Kramp-Karrenbauer busca conciliar las dos líneas que reinan en sus filas, la de que aquellos que critican a Merkel por haber abierto la frontera a los inmigrantes y la de los que la defienden.

La nueva líder sabe que el viernes se impuso a sus rivales con un estrechísimo margen del 52 %, frente al 48 % de los sufragios que consiguió Merz en la segunda vuelta. «Oferta de paz», tituló Der Spiegel sobre la maniobra de AKK, que insiste en defender que «el partido no está dividido».

Apoyo al pacto migratorio

«Una presidencia no puede actuar sola, necesita un fuerte equipo», argumentó Kramp-Karrenbauer entre críticas que le recuerdan que la crisis del bipartidismo alemán no solo se evidencia en el trasvase de apoyos hacia la ultraderecha, sino también hacia Los Verdes, formación minoritaria que ocupa el segundo puesto en intención de voto por detrás de la CDU.

Por lo pronto, la europeísta AKK ya ha logrado su primer objetivo, con la aprobación por clara mayoría del Pacto Mundial para la Migración de la ONU, pese al escepticismo de los delegados derechistas. El broche con el que concluía ayer un congreso conservador que despedía a Merkel hablando del mismo tema que ha motivado su retirada: la avanzada ultra dentro y fuera de sus fronteras.