Santiago Muñoz Machado, un jurista y ensayista que ya ha sido secretario de la RAE

x. f. REDACCIÓN / LA VOZ

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Mariscal | Efe

El nuevo director rompe la tradición no escrita de que sea un filólogo quien dirija la Academia

21 dic 2018 . Actualizado a las 08:13 h.

La extensa trayectoria de Santiago Muñoz Machado (Pozoblanco, Córdoba, 1949) como ensayista ha sido uno de los factores que ha jugado a su favor en su elección como nuevo director de la Academia, al igual que su experiencia interna de la entidad, de la que fue secretario entre los años 2015 y 2017. Este mismo año fue distinguido con el Premio Nacional de Historia por su Hablamos la misma lengua. Historia política del español en América, un galardón que se suma al de la modalidad de ensayo que ya había recibido en el 2003 por Informe sobre España. Repensar el Estado o destruirlo. Ambos títulos son testimonio de las inquietudes de un académico que sintoniza con la institución a la hora de plantear cuestiones que considera esenciales: una mirada tanto hacia el interior de las fronteras nacionales como otra que se proyecta a la esfera global donde se habla español, América en especial.

En este sentido, Muñoz Machado también ha sido el coordinador de otro proyecto panhispánico, en concreto el Diccionario del español jurídico (también es autor del Libro de estilo de la Justicia). Por tanto, conoce bien el funcionamiento de las distintas academias americanas y el trabajo de coordinación que suponen las obras de referencia que vertebran las publicaciones de la RAE, con la vista puesta en su estrella, la próxima edición del Diccionario.

A este conocimiento de los mecanismos de la institución -es académico desde el 2012 y ocupa la silla r- se suman su experiencia como docente universitario y, de forma especial, en el ejercicio de la abogacía. Su dominio del derecho constitucional -participó en la elaboración del proyecto de la Constitución- y sus relaciones con los ámbitos gubernamentales y políticos lo capacitan para unas relaciones institucionales que la RAE necesita, como nunca, traducir en apoyos económicos.

Por tanto, la gestión interna, la lengua y la búsqueda de apoyos externos que palíen la merma presupuestaria que ha traído la crisis en los últimos años son, a priori, los principales valores que sus colegas han visto en Muñoz Machado, con un perfil más amable que el de su competidor directo, Juan Luis Cebrián, bregado también en labores de gestión como empresario de la comunicación, pero, precisamente también por ello, con peores relaciones en diversos ámbitos.

Muñoz Machado rompe así la tradición no escrita de que sea un filólogo quien dirija la Academia, aunque José Antonio Pascual, lingüista de formación y especialista en lexicografía y la historia del idioma, figuraba en la última ronda de votaciones.