Temer afrontará tres imputaciones por corrupción al dejar la presidencia

Miguel Piñeiro Rodríguez
MIGUEL PIÑEIRO BRASILIA / CORRESPONSAL

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El brasileño perderá su aforamiento el 1 de enero y deberá aclarar presuntos sobornos

21 dic 2018 . Actualizado a las 08:07 h.

En la última reunión de su equipo de Gobierno antes de las vacaciones navideñas, y, por tanto, de su legislatura, el aún presidente de Brasil, Michel Temer, hizo un pequeño balance de su gris etapa y se permitió una broma: «Voy a echar de menos el grito de ‘‘¡fuera, Temer!’’». Quizás no tanto, porque, desde el 1 de enero, el veterano político y abogado pasará a ser un ciudadano raso, perdiendo el aforamiento. Y, a partir de entonces, va a tener que enfrentar tres denuncias por corrupción que estaban en stand by por su condición de presidente.

La última de las demandas, presentada este jueves por la fiscal general de la República, Raquel Dodge, considera a Michel Temer como una pieza clave de una trama de tratos de favor en varios puertos del país, especialmente al de Santos, uno de los mayores de América Latina.

Dodge argumenta que está probada «la existencia de un pernicioso y perenne esquema de intercambio de favores cuyo epicentro es Michel Temer, configurando de esa forma un sistema institucionalizado de corrupción» que habría movido, aproximadamente, unos nueve millones de euros en contratos en distintos puertos de Brasil. La fiscal le atribuye al presidente saliente delitos de corrupción activa y pasiva, así como también el de lavado de dinero. Junto a Temer también ha sido acusado su íntimo colaborador Rodrigo Rocha Loures, famoso ya en los ámbitos judiciales por haber sido pillado con una maleta de 150.000 euros que en teoría iba destinada al propio Michel Temer.  

Procesos abiertos

Eso forma parte de la instrucción de otras de las denuncias contra Temer, que, ahora que el presidente está a punto de añadir el ex a su cargo, pueden avanzar en la justicia después de que el Congreso de los Diputados las frenase en su momento en votaciones caras en prebendas y ayudas para los parlamentarios que evitaron su caída.

Temer está acusado de mover y recibir sobornos de la cárnica JBS, y también de ser el jefe de la llamada Cuadrilla del MDB (su partido) en el Congreso, una organización para dar contratos a dedos en empresas públicas a cambio de propinas ilegales. Ninguna mayor que la que encontró la policía en casa del exministro Geddel Vieira, con 11 millones de euros en cajas y maletas y que aún se investiga si tienen algún tipo de relación con Temer.

El expresidente también espera el desarrollo de otra instrucción: la que relata cómo en su residencia oficial como entonces vicepresidente negoció un soborno de alrededor de dos millones y medio de euros procedentes de los fondos opacos de la constructora Odebrecht. Esta empresa está implicada en una ola de escándalos que salpica a los presidentes y expresidentes de numerosos países de América Latina, entre ellos al propio Lula da Silva, en la cárcel por el regalo de un tríplex de lujo en São Paulo a cambio de adjudicaciones de obra pública.