Corbyn exige un nuevo «brexit» a May

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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HENRY NICHOLLS | Reuters

El 88 % de los militantes laboristas demandan un nuevo referendo sobre la relación con la UE, aunque el líder de la oposición solo quiere rechazar el actual acuerdo

03 ene 2019 . Actualizado a las 07:55 h.

Westminster es una caldera en ebullición donde nadie sabe a ciencia cierta qué puede pasar con el brexit. Lo único cierto es que la fecha del divorcio, 24 de marzo, se acerca inexorablemente, pero los líderes políticos no acaban de hallar el camino de salida del laberinto abierto por David Cameron con su referendo en el 2016.

La primera ministra conservadora, Theresa May, regresó ayer al 10 de Downing Street con su agenda liberada de compromisos públicos con una única finalidad: convencer a las distintas familias de los tories de que el actual acuerdo de salida negociado con Bruselas «es el único posible» y que deben apoyarlo tal y como está en el Parlamento la próxima semana para evitar males mayores.

El problema es que ni la propia May cree demasiado en un pacto que no resuelve muchos de los principales problemas del país. May, que empezó defendiendo la continuidad en la Unión Europea, pero que ha tenido que virar y aplicar el mandato del leave salido de las urnas en el 2016, lidia con las presiones de los sectores económicos, más proclives a mantener una relación directa con Bruselas, incluso rompiendo el acuerdo del brexit, y con el ala más ultra de su partido, empeñada en romper amarras con el continente como sea y de la forma más abrupta posible.

«La primera ministra solo está intentando ganar tiempo y debería avergonzarse», cree

Enfrente, los laboristas solo tienen claro que el actual pacto de salida es inviable. Ayer, su líder, Jeremy Corbyn, euroescéptico convencido, instó a May a retirar el actual pacto y a renegociarlo cuanto antes con Bruselas.

«Lo que haremos es votar en contra de no tener acuerdo, votaremos en contra del acuerdo de Theresa May, que debería volver a Bruselas y decir que esto no es aceptable para Gran Bretaña y renegociar una unión aduanera que garantice nuestra relación comercial», afirmó.

Firmeza impuesta

A Corbyn, esa firmeza le llega impuesta desde las bases de su partido. A pesar de la equidistancia impuesta por sus líderes, las bases laboristas son las más entusiasmadas con la posibilidad de celebrar un segundo referendo sobre el brexit. Ayer, The Guardian se hacía eco de una encuesta en la que el 92 % de los afiliados al partido opositor se declaraba partidario de una nueva cita con las urnas para intentar evitar el traumático divorcio.

El sondeo, que forma parte de un estudio académico del profesor Tim Bale para la Queen Mary University, señala que el 88 % de los simpatizantes laboristas apostarían por quedarse en la UE si se produjera una nueva consulta a la población. Y que un porcentaje similar considera imprescindible que sea su líder el que impulse el nuevo referendo para evitar que se consume el brexit.

Ambigüedad

«Si Corbyn sigue con su ambigüedad sobre este tema por considerarlo lo más astuto, es probable que muchos simpatizantes laboristas busquen otras opciones en las próximas elecciones, lo que le daría una ventaja adicional a los conservadores», alertó el propio Tim Bale al analizar las conclusiones de su sondeo.

La cúpula laborista afirma que todas las opciones están abiertas, pero se mantiene cauta Pero los datos de la apabullante mayoría a favor de una nueva votación no acaban de entusiasmar en la sede del Partido Laborista. Un portavoz de la formación se limitó a contemporizar al señalar que «como se dijo por unanimidad en la convención de nuestro partido, si el acuerdo planteado por Theresa May es rechazado por el Parlamento, será obligado convocar nuevas elecciones generales. Si May se niega, entonces mantendremos todas las opciones sobre la mesa, incluida la de forzar una segunda votación sobre el brexit».

Corbyn señaló que en la reunión de ayer de su comité directivo, «el nuevo referendo estuvo sobre la mesa, pero lo que realmente nos preocupa es que el Gobierno aún no ha llevado el acuerdo de salida al Parlamento y que debería avergonzarse de ello, ya que solo está tratando de ganar tiempo y crear una falsa sensación de temor».

La actividad fabril repunta por primera vez desde junio

La actividad del sector manufacturero del Reino Unido experimentó en diciembre un aumento hasta máximos de los últimos seis meses por el miedo a que se produzca una interrupción de las cadenas de suministro tras el brexit, según refleja el Índice de Gerentes de Compras (PMI, por sus siglas en inglés) elaborado de forma conjunta por IHS Markit y CIPS, que cerró 2018 en los 54,2 puntos, frente a los 53,6 de noviembre.

El Reino Unido experimentó una mejora «modesta» en las condiciones de negocio en el 2018 debido al incremento en los stocks de compras, lo que refleja la «preparación para el brexit» tanto por los manufactureros como por sus clientes.

Los fabricantes consultados por IHS Markit y CIPS observaron que los incrementos tanto en la demanda doméstica como internacional se debió que a sus clientes aumentaron su nivel de compras para «construir excedentes de seguridad» con el objetivo de «mitigar una potencial interrupción debida al brexit».

El miedo a las consecuencias de una salida abrupta del Reino Unido de la Unión Europea provocó que en diciembre se registrara el segundo mayor aumento de stocks de bienes finales desde 1992, cuando comenzó a realizarse la encuesta.

Modelo Singapur

Pese a los datos, el ministro de Asuntos Exteriores, Jeremy Hunt, defendió la posibilidad de aplicar un modelo económico similar al de Singapur. «En términos de modelo económico, hay algunas cosas que podemos aprender», afirmó en una entrevista con la cadena BBC Radio 4 el ministro conservador, que puntualizó que no quiere «emular el modelo social o político» del país asiático.

El jefe de la diplomacia británica subrayó también que cree en un sistema sanitario «gratuito» y que fijarse en el modelo económico del país asiático es «muy diferente» a emular sus servicios sociales, aunque insistió en que su país «tiene en Singapur un ejemplo en el que mirarse en algunos otros temas».