Bolsonaro dará impunidad a los policías que maten delincuentes

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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Violencia en la localidad de O Povo, en Ceara
Violencia en la localidad de O Povo, en Ceara ALEX GOMES | afp

Envía a 300 soldados a frenar la violencia en el estado de Ceará

06 ene 2019 . Actualizado a las 08:49 h.

En su primera semana en el poder de Brasil, el presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro afronta la primera prueba de sus políticas de seguridad ante el brote de violencia que vive el estado de Ceará a manos de bandas criminales que operan desde las prisiones, en represalia por el anunciado endurecimiento del régimen carcelario. Las medidas pasan por el despliegue especial de tropas federales en Fortaleza, capital del estado, e impulsar leyes que otorguen impunidad a los policías que maten delincuentes.

Para cuando termine el fin de semana, unos 300 soldados del Fuerza Nacional de Seguridad Pública deben estar patrullando la turística ciudad de Fortaleza y otras localidades del estado para buscar poner fin a los actos vandálicos, dijo el secretario de Seguridad Nacional, Guilherme Teophilo, según la estatal Agencia Brasil. Unos cincuenta sospechosos ya fueron arrestados el viernes y se informó de la muerte de una persona en un enfrentamiento con la policía.

Los atacantes incendiaron en estos últimos días una veintena de autobuses y camiones, prendieron fuego a gasolineras, dispararon contra agencias bancarias, además de saquear edificios e instalaciones públicas. Muchos de los comercios de la región han permanecido cerrados y los residentes se han visto obligados a quedarse en sus hogares. El último ataque fue ayer contra un centro comercial en Fortaleza.

Régimen carcelario

Los incidentes se desataron después del anuncio de medidas de endurecimiento del control de las cárceles, desde las cuales operan jefes de varias organizaciones de narcotraficantes. Los cambios incluyen el bloqueo de las señales de telefonía celular y la decisión de poner fin a la separación de reclusos por facciones que controlan los presidios.

Dos pandillas criminales han dejado a un lado su rivalidad para enfrentarse a las autoridades, según reportó el sitio web de noticias G1 citando a oficiales de seguridad.

En su campaña electoral, Bolsonaro tuvo entre sus principales banderas el endurecimiento del combate al crimen, que en Brasil causa anualmente unas 60.000 muertes. Entre las medidas que quieren impulsar para acabar con la creciente criminalidad está el ofrecimiento de inmunidad a soldados y policías que usen la violencia en ciertas circunstancias, y el relajamiento de las leyes sobre la posesión de armas para que los «buenos» ciudadanos puedan enfrentar a los delincuentes armados. El pasado año, Fortaleza vivió una guerra de mafias carcelarias rivales que dejó más de un centenar de muertos en las prisiones.