Globos de Oro: «Green Book», «Bohemian Rhapsody» y «Roma» se reparten la gloria

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

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Uno de los premios más reñidos de la velada, el de mejor actriz de drama, fue a parar a Glenn Close por «La buena esposa», que superó así a Lady Gaga («Ha nacido una estrella»)

13 ene 2019 . Actualizado a las 16:52 h.

Green Book, con tres premios, y Bohemian Rhapsody y Roma, con dos, se repartieron la gloria en la 76 edición de los Globos de Oro, una ceremonia que sorprendió por el escaso impacto de Ha nacido una estrella a pesar de sus cinco nominaciones.

Green Book, de Peter Farrelly, se llevó el galardón a la mejor película de comedia o musical, así como los trofeos al mejor actor de reparto (Mahershala Ali) y mejor guion (Nick Vallelonga, Brian Currie y el propio Farrelly).

Por su parte, Bohemian Rhapsody sorprendió a propios y extraños alzándose con la estatuilla a la mejor película de drama, mientras que Rami Malek consiguió el reconocimiento como mejor actor por su retrato del difunto Freddie Mercury.

Otros dos premios cosechó Roma, los de mejor película extranjera y mejor director, para el mexicano Alfonso Cuarón. Roma se convierte así en la segunda película mexicana en llevarse el premio en esta categoría tras Tizoc (Amor Indio), en 1958. Además, Cuarón repite victoria como mejor director después de la obtenida como por Gravity.

Solo otros dos cineastas latinos han obtenido el trofeo al mejor director con anterioridad: Guillermo del Toro (La forma del agua) y Alejandro González Iñárritu (El renacido). «Gracias a Netflix por conseguir que esta película tan improbable haya conseguido repercusión global», dijo Cuarón sobre el escenario del hotel Beverly Hilton, de Los Ángeles (California), antes de asegurar que está «eternamente agradecido» a sus actrices Yalitza Aparicio y Marina de Tavira. Instantes después, agregó: «Siento que esta película la dirigió Libo (la mujer que lo crió), mi madre, mi familia... Esta película no habría sido posible sin los colores específicos que hicieron quien soy. Gracias familia, gracias México».

Uno de los premios más reñidos de la velada, el de mejor actriz de drama, fue a parar a Glenn Close por La buena esposa, que superó así a Lady Gaga (Ha nacido una estrella); Nicole Kidman (Destroyer); Melissa McCarthy (¿Podrás perdonarme algún día?) y Rosamund Pike (A Private War).

Close, llorando, recordó a su madre, quien le reconoció al final de su vida que siempre se había sentido eclipsada por su marido. «Las mujeres somos personas que cuidamos y criamos a los demás, pero al mismo tiempo tenemos que perseguir nuestra realización personal y perseguir nuestros sueños. Lo deberíamos hacer y nos lo deberían permitir», declaró, provocando una gran ovación en la sala.

Por otra parte, El vicio del poder, la máxima nominada con seis candidaturas, logró el premio al mejor actor de comedia o musical para Christian Bale, quien encarna en la cinta al ex vicepresidente estadounidense Dick Cheney. «Gracias a Satán por servirme de inspiración», dijo el actor galés.

Asimismo, Olivia Colman ganó el trofeo a la mejor actriz de comedia o musical por La favorita y se lo dedicó a sus «brujillas», en referencia a sus compañeras de reparto Emma Stone y Rachel Weisz. «Me lo pasé bomba con vosotras», aseguró.

Uno de los momentos más reivindicativos llegó con la victoria de Regina King como mejor actriz de reparto por El blues de Beale StreetKing, apostando por la ansiada paridad en la industria, dijo que todos los proyectos que produzca en los próximos dos años contarán con un 50 por ciento de mujeres en los equipos de trabajo. «Reto a la gente con poder en la industria a solidarizarse y hacer lo mismo», manifestó.

La noche se completó con el premio a la mejor canción original para Shallow (de Ha nacido una estrella), que fue a parar a Lady Gaga, Mark Ronson, Anthony Rossomando y Andrew Wyatt. «Como mujer en la industria musical, es realmente duro que te tomen en serio como artista y compositora, y estos tres hombres me han llevado en volandas y apoyado», indicó Gaga.

El galardón a la mejor película de animación fue para Spider-Man: Un nuevo universo y el de mejor banda sonora se lo llevó Justin Horowitz (First Man - El primer hombre). 

Más allá de los premios

 Sandra Oh y Andy Samberg
Sandra Oh y Andy Samberg HANDOUT

Los premios honoríficos a dos leyendas como Carol Burnett y Jeff Bridges iluminaron la 76 edición de los Globos de Oro, una gala sosa e irregular lastrada por las inocuas aportaciones de sus presentadores, Andy Sandberg y Sandra Oh.

El monólogo inicial de la pareja, habitualmente el plato fuerte para los conductores de la ceremonia, quedó frío y palideció frente a los afilados coloquios de Ricky Gervais o los del tándem formado por Tina Fey y Amy Poehler.

Eso sí, arrancó las risas a los invitados al reconocer que habían conseguido el trabajo ya que eran «las dos únicas personas que quedan en Hollywood» que no han «ofendido todavía a nadie», en alusión a la renuncia de Kevin Hart como presentador de los Óscar.

Sandberg y Oh, que optaron por ignorar por completo al presidente de EEUU, Donald Trump, también bromearon con una de las frases más repetidas por parte de Lady Gaga en la temporada de premios para justificar su presencia sobre el escenario.

«Puede haber 100 personas en una sala y 99 no creen en ti, pero solo necesitas a una que sí lo haga», comentaron con ironía.

Otra nota destacada fue la mención de Oh al cambiante panorama que se respira en Hollywood en relación a su apuesta por la diversidad.

«Acepté esto por el miedo de estar en este escenario hoy, quería mirar al público, ser testigo de este momento de cambio y verlo con mis propios ojos», afirmó. «Puede que el año que viene sea diferente, probablemente lo sea, pero ahora mismo, este momento es real», agregó la artista canadiense de origen asiático.

La presencia de ambos, no obstante, se fue difuminando con el paso de los minutos y los grandes nombres llegaron para tomar el testigo y presentar los premios más relevantes.

Así aparecieron Halle Berry, Harrison Ford, Dick Van Dyke, Jamie Lee Curtis, Idris Elba, Michael B. Jordan, Lupita Nyong'o, Gary Oldman, Saoirse Ronan, Octavia Spencer, Ben Stiller, Catherine Zeta-Jones, Antonio Banderas, Emily Blunt, Bradley Cooper, Lady Gaga, Richard Gere, Nicole Kidman o Emma Stone, entre otros.

Pero los momentos más celebrados -mucho más que las vacunas contra la gripe que se quisieron repartir- los protagonizaron Burnett y Bridges.

Burnett, una leyenda de la pequeña pantalla en EEUU, recibió de manos de Steve Carell el primer premio honorífico a toda una carrera en televisión que entrega la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA), la organización que entrega los Globos de Oro.

La actriz, comediante y cantante, de 85 años, se hizo especialmente popular con el programa de variedades «The Carol Burnnett Show», que se mantuvo en antena durante una década entre los años sesenta y setenta.

Un programa que medio siglo después «sigue llegando a la gente», lo que le hace sentir «muy orgullosa», señaló Burnett, quien aseguró que hoy no podría hacerse algo similar, pues «el coste sería prohibitivo».

Vestida de negro con una chaqueta en tono tierra con brillos y vivos en las mangas y el cuello en marrones y negros, Burnnett hizo hincapié en su amor por la televisión.

Cuando era pequeña le fascinaba que «las estrellas de la pantalla podían hacer que la gente riera o llorara o ambas cosas» y ella soñaba con que «quizás un día pudiera hacer lo mismo y esos sueños se hicieran realidad».

Bridges, por su parte, recibió el premio entusiasmado y acabó su largo discurso con una celebración de la vida (¡«Estamos vivos!») y un mensaje optimista respecto al futuro de la sociedad.

«Podemos marcar la diferencia. Podemos cambiar el rumbo a este barco y llevarlo en la dirección que queremos, camino hacia el amor y hacia la construcción de un planeta sano para todos», declaró con gran alegría. 

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