Bernardo Hernández: «Pese a los cambios que ha habido, aún es el principio de la revolución digital»

Montse García Iglesias
Montse García SANTIAGO / LA VOZ

ACTUALIDAD

PACO RODRÍGUEZ

El experto en nuevas tecnologías, emprendedor e inversor cree que va a crecer extraordinariamente el comercio por Internet y variará la gestión del dinero y la movilidad

13 ene 2019 . Actualizado a las 17:09 h.

Ocupó el cargo de director de productos emergentes de Google, fue CEO de Flickr, fundador del Idealista y en su extenso currículo figuran también Tuenti, Glovo y Wallapop, entre otras empresas. Es Bernardo Hernández (Salamanca, 1970), que impartió en el Feuga la conferencia La revolución digital y los nuevos modelos de negocio.

-¿Qué cambios ha precipitado la revolución digital a la hora de emprender?

-Las nuevas tecnologías han cambiado fundamentalmente la forma de emprender porque es posible crear productos y servicios, y modelos de negocios sobre ellos, que se hagan extraordinariamente grandes con muy poco y en espacios de tiempo muy cortos. Esto es muy distinto a lo que había pasado tradicionalmente, donde para poder montar un negocio necesitabas una capacidad de inversión muy grande. Este cambio radical hace que se democratice el acceso a una oportunidad de inversión y que realmente esté al alcance de cualquiera el crear productos y servicios revolucionarios.

-¿Nos arrollan los cambios y no queda más remedio que subirse o logramos comprenderlos?

-Nada en la historia se entiende de forma apriorística, ni en el Imperio Romano. Aquí sucede algo parecido y con el condicionante de que todo sucede muy rápido. Solemos entender todo lo que pasa a posteriori, pero, además, ahora nos cuesta más porque está pasando muy rápido. Entonces, entender el origen de estos cambios, cómo nos afectan y sus consecuencias está siendo cada vez más difícil porque suceden cada vez más rápido y en volúmenes y en dimensiones cada vez más importantes. Esto está haciendo que todo quede condenado a variar. Ningún sector ni ninguna actividad van a quedar inmunes a todos estos cambios, porque tienen que ver con algo muy intrínseco al ser humano, que es nuestra forma de entender la realidad. Esta revolución digital se diferencia de todos los cambios tecnológicos de la historia del hombre en que tiene que ver con su mente. Las máquinas por primera vez están ayudando al hombre a pensar mejor y más rápido. Esta transformación ha sido muy importante, sigue siéndolo y va a seguir siendo muy relevante porque acompañará al hombre a partir de ahora en toda su historia. Creo que estamos al inicio de todos los cambios; por muy grandes que parezcan los que han pasado, estamos al principio de la revolución digital.

-Empezamos ya a tener recelos con redes sociales.

-De repente nos hemos dados cuenta cómo funcionan Facebook y todos estos productos. Me gustaría romper una lanza por Facebook. Ha hecho lo de siempre y lo que siempre ha dicho que hacía. Te da un producto de mucho valor añadido y, a cambio, te muestra publicidad segmentada y relevante, que procesa usando los datos que tú libremente le das. Lo que no podemos pretender es que estas empresas nos den un servicio y productos de valor añadido a cambio de nada.

-¿Uno de los retos principales está en controlar las «fake news»?

-Cuando los padres de Internet la crean no intuyen su éxito y tienen dos errores de diseño. Uno tiene que ver con la gestión de la identidad, lo fácil que es esconderte detrás del anonimato, y el otro con la garantía de la propiedad intelectual de la información. La herramienta no gestiona bien estos dos elementos. El tema de las fake news es una derivación de esto. Es un reto importante para todas estas plataformas establecer mecanismos que compensen ese pecado original de la herramienta en la que todos nos convertimos en periodistas. Eso es complicado porque Google, Facebook o Twitter se tienen que convertir en juez y parte. Son parte porque distribuyen la información y jueces porque tienen que establecer mecanismos de control riguroso de la veracidad de la información para poder estar en un entorno similar al que estábamos con medios de comunicación tradicionales.

«Me motiva crear cosas que puedan alterar la forma en la que vivimos»

En el 2000, Bernardo Hernández realizó su primera inversión: 6.000 euros en el Idealista. ¿Qué queda de aquel joven? «La misma capacidad de ilusión por lo nuevo y por la tecnología, la misma ambición de crear cosas importantes, el mismo miedo ante los posibles fracasos. ¡6.000 euros! Invertí todo lo que tenía; eran todos mis ahorros», asegura.

-Google, Yahoo, Tuenti, el Idealista... ¿En qué se fija para apostar por un nuevo proyecto?

-Cuando veo un desafío nuevo y distinto me sigue motivando. Ahora estoy con un proyecto que tiene que ver con la forma en la que gestionamos los pagos y el movimiento del dinero y, otro, con la última milla del comercio electrónico. En el fondo me motiva el crear cosas que puedan cambiar la forma en la que vivimos, el tener un impacto real y directo sobre la realidad.

-¿Qué nos aguarda en estos cambios tan rápidos?

-No me gusta hacer de gurú y me parece una palabra horrible. Pero sí puedo decir las tendencias que observo y no solo de negocio. Entre estas últimas, se va a producir un desarrollo extraordinario de lo que tiene que ver con el e-commerce, vamos a comprar cada vez más a través de Internet. También cambiarán la forma captación y gestión de dinero, así como los temas de movilidad, bicicletas, patinetes, drones... Como común denominador a todo ello se está produciendo un cambio estructural en la forma en la que trabajan los ordenadores porque empiezan a utilizar un tipo de algoritmos que son muy parecidos a la forma que tiene que pensar el ser humano. Entonces, un montón de tareas que hasta ahora hicieron las personas podrán hacerlas las máquinas sin problema. Respecto a las tendencias de sistema, hay que prestar mucha atención a los temas de ciberseguridad, de la protección de la información y de infraestructuras de los sistemas.