May monta un grupo afín para negociar el «brexit» y saltarse a sus ministros

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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GLYN KIRK | AFP

La primera ministra crea un gabinete formado por secretarios de Estado para sellar el divorcio con la UE y fija la votación del acuerdo en los Comunes para el 15 de enero

08 ene 2019 . Actualizado a las 08:07 h.

Theresa May no se rinde. Pese a que la opinión pública le exige de forma cada vez más ruidosa una nueva votación sobre el brexit y que no dispone de los apoyos suficientes para sacar en el Parlamento su plan de divorcio con la UE, la primera ministra aumenta la presión sobre los miembros del Partido Conservador y sus aliados para conseguir sacar adelante su propuesta.

Ayer, May dio un nuevo golpe sobre la mesa. A primera hora de la mañana, anunciaba la puesta en marcha de la operación Yellowhammer (martillo amarillo) para completar a tiempo el divorcio con Bruselas. En sí, el movimiento estratégico parece menor. Se trata de concentrar todas las negociaciones en un gabinete de 21 miembros compuesto por los secretarios de Estado. Pero la maniobra va más allá. May liderará personalmente ese equipo, eliminando las disfunciones de los últimos meses con los ministros encargados del brexit. Estos encarnaban la facción más dura de los conservadores, lo que complicaba el avance de las negociaciones con la UE.

Además, May, en su afán por convencer de forma personal a todos sus compañeros de partido y a sus aliados norirlandeses, mantiene las rondas de contactos individuales. Y ayer anunció además que la votación de su propuesta en el Parlamento tendrá lugar el 15 de enero, en lugar del 14, como estaba previsto.

La tarea de sumar aliados no será sencilla. Lord Patten, histórico líder conservador y exgobernador de Hong Kong, dio voz a muchos de sus compañeros y pidió un nuevo referendo sobre la ruptura.

El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, interpeló al Gobierno en los Comunes sobre los avances en las negociaciones del brexit durante las Navidades. La respuesta le llegó no de Downing Street, que apeló a los tradicionales circunloquios políticos, sino de Bruselas. «El acuerdo sobre la mesa es el mejor y el único acuerdo posible», reiteró ayer en rueda de prensa el principal portavoz del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas. «No hay negociaciones porque todo lo que tenemos sobre la mesa es lo que consideramos concluido y aprobado», zanjó Schinas antes de reafirmar que no hay contacto alguno entre los equipos negociadores.

 Lío con la sanidad

Mientras, la premier viajó a Liverpool para visitar el hospital Alder Hey y allí insistió en que «en los próximos días, no miraremos solo a la UE sino también a lo que podemos hacer a nivel nacional: así estableceremos medidas específicas para Irlanda del Norte y haremos propuestas para incrementar el rol del Parlamento en las negociaciones».

Antes, provocó otro pequeño incendio al hacer suyo uno de los lemas de los brexiters, que aseguraban que la salida de la UE aumentaría los fondos de la sanidad pública. Dos diputados, uno conservador y otro laborista, le tuvieron que recordar que uno de cada seis trabajadores sanitarios del Reino Unido procede de los países de la UE y que el hospital que visitaba se había financiado con un crédito de 56 millones de libras del Banco Europeo de Inversiones.

La votación en Westminster será el 15 de enero y la líder «tory» sigue buscando apoyos

Los proeuropeos se rearman en Westminster

En uno de los últimos cartuchos, casi a la desesperada, más de doscientos diputados británicos firmaron una carta donde piden a Theresa May que descarte un brexit sin acuerdo el próximo 29 de marzo, anunciaron los promotores de la misiva. La parlamentaria conservadora Caroline Spelman, que reunió las firmas junto con su colega laborista Jack Dromey, reveló además que May les ha invitado a una reunión hoy mismo para abordar sus inquietudes.

«Salir de la Unión Europea sin un acuerdo causará la pérdida de empleos y frenará el resurgimiento del sector manufacturero que hemos visto en regiones como la mía, en West Midlands (centro inglés)», declaró.

La antigua ministra propone que la Cámara de los Comunes pueda votar una moción en la que se rechace la opción de salir de la UE sin un tratado negociado con Bruselas. Spelman aseguró que May «entiende» su preocupación y se mostró confiada en que será fructífera la reunión de mañana, que precede a la reanudación el miércoles del debate parlamentario sobre el pacto propuesto por el Gobierno.

Por su parte, el exministro de Asuntos Exteriores Boris Johnson, que dimitió el pasado julio por desacuerdos con May, sostuvo hoy que una ruptura radical es la opción que «más se acerca» a lo que la gente quería cuando votó por salir de la UE en el referendo del 2016.

Independentistas escoceses

Pero Johnson retrocede cada día en apoyos. Los sondeos revelan el incremento de los británicos favorables a un segundo referendo. Algunos, como la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, recuerdan que los diputados de la Cámara de los Comunes tienen «el deber» de proponer una alternativa al acuerdo del brexit presentado por el Gobierno británico, ante el alto riesgo de que el plan sea derrotado por el Parlamento. En declaraciones a la BBC, la dirigente escocesa afirmó que los parlamentarios tienen «el deber de decidir qué quieren hacer» si optan por no apoyar el acuerdo para la retirada británica de la Unión Europea (UE) que propone la primera ministra, Theresa May, de modo que se evite una salida no negociada. «No es suficiente que los parlamentarios digan que están en contra del acuerdo de retirada. Los parlamentarios también tienen el deber de decidir qué quieren hacer en su lugar», señaló Nicola Sturgeon.