Merkel acude a Grecia para bendecir las reformas de Tsipras

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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ARIS MESSINIS | AFP

La canciller alaba los recortes del líder ultraizquierdista

11 ene 2019 . Actualizado a las 08:18 h.

«Llega a una Grecia completamente distinta que ha crecido». Con esta frase recibía este jueves Alexis Tsipras a Angela Merkel en la que supone la primera visita oficial de la canciller alemana al país desde el 2014. No se equivocaba el primer ministro heleno. Muchas cosas han cambiado desde entonces. Sobre todo la relación entre ambos mandatarios, considerados enemigos acérrimos por la crisis de la deuda.

«Grecia puede ahora asumir un papel decisivo en el sureste de Europa», aseguró Merkel, que alabó los recortes implementados por el Ejecutivo heleno para cumplir con las exigencias de Alemania y el resto de los acreedores internacionales. Una austeridad que llevó al pueblo griego a detestar a la canciller durante los ocho años que ha durado el programa de ayuda financiera del que dependía Atenas para subsistir, y que concluyó en agosto. «Grecia es parte de la solución y no el problema», insistía un Tsipras exultante, tras recibir el espaldarazo de Merkel en un momento en que podría perder a su socio de coalición y con elecciones parlamentarias este año.

Pero muchos ciudadanos y políticos de la oposición le tachan de alumno ejemplar de Merkel y le acusan de haber arruinado al país con sus recortes. Entretanto, la canciller recibía un toque de atención desde casa. «A Grecia aún le queda mucho para superar la cuesta, por eso los regalos electorales se traducen en costes para el contribuyente germano», dijo el vicepresidente del FDP, Christian Dürr.

Las oenegés critican que, durante su viaje de dos días, la canciller no vaya a acercarse a los campos de refugiados. La visita de Merkel culmina este viernes, tras los encuentros previstos con el presidente heleno, Prokopis Pavlopoulos, y Kyriakos Mitsotakis, jefe del partido opositor Nueva Democracia. En ambas citas podrían surgir roces en cuanto a las reparaciones de guerra por valor de casi 300.000 millones de euros que Atenas le exige a Berlín, así como por el conflicto entre Grecia y su vecina Macedonia.