Alice Guy, ¿el cine antes de Méliès?

MIGUEL ANXO FERNÁNDEZ

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El documental «Be Natural» intenta rescatar del injusto olvido a la pionera realizadora francesa como la autora de la primera obra cinematográfica de ficción de la historia

21 ene 2019 . Actualizado a las 08:13 h.

El documental que dirige Pamela B. Green Be Natural: The Untold Story of Alice Guy-Blaché es al tiempo un homenaje y un recorrido por las circunstancias que hicieron que la memoria de esta artista extraordinaria se desvaneciese de la memoria. El filme reivindica su rol de pionera en la historia del cine, a lo que ya contribuyó en el 2002 la también documentalista e investigadora Alison McMahan con la publicación de su proyecto de tesis en torno a Alice Guy-Blaché (en castellano, en Plot, 2006), que le ocupó un decenio y le permitió reconstruir la casi totalidad de su producción, además de rescatar buena parte de los 111 filmes que actualmente se conservan, de los aproximadamente mil que dirigió. McMahan participa en la película con su testimonio junto a más de setenta profesionales, con guionistas, directoras y actrices como Jodie Foster, Geena Davis, Janeane Garofalo, Anne Fletcher y Gilliam Armstrong, además de Michel Hazanavicius, Peter Farrelly, Ben Kingsley o incluso el historiador Kevin Brownlow.

En sus 103 minutos el documental especula sobre la posibilidad de que Alice Guy (Saint-Mandé, Francia, 1873-Wayne, Nueva Jersey, EE.UU., 1968) haya escrito, producido y dirigido la primera ficción cinematográfica, La fée aux choux (El hada de los repollos), antes de mayo de 1896, aunque la propia Guy había dicho que la primera fue L’arroseur arrosé (El regador regado), de los hermanos Lumière. Fue en el mismo año en que Georges Méliès iniciaba su carrera cinematográfica. En todo caso, McMahan afirma que Guy «aprendió a hacer cine rehaciendo un gran número de las ficciones de los Lumière», incluida la citada cinta. Conviene considerar la estrecha amistad entre los inventores de Lyon y el propio Léon Gaumont -para el que ella trabajó desde 1894 a 1910- para entender cómo Guy creó después su propia productora, Solax. La cineasta asistió decepcionada en sus últimos años a cómo su obra desaparecía de las antologías pese a su relación con el cronófono, con el que realizó centenares de fonoescenas (películas con grabaciones de sonidos sincronizados), algunas en España.

Historiadores misóginos

McMahan recoge en su libro «la certidumbre de que los historiadores misóginos masculinos no han reconocido que Guy dirigió la primera película de ficción al ir de la mano de la pregunta histórica de cómo y cuándo empezó el cine». Fue así que en 1947 Guy comenzó a escribir sus memorias, mientras iniciaba una infructuosa búsqueda de sus películas. Será en 1954 cuando su figura aflora al fin en una conferencia de Louis Gaumont, hijo de su antiguo patrón, que la reivindica como «la primera mujer cineasta», al tiempo que historiadores como Jean Mitry y Georges Sadoul empiezan a mencionarla.

Al año siguiente recibe la Legión de Honor y, dos años después, el exigente Henri Langlois, que hasta entonces la había ignorado, la homenajea en la Cinémathèque Française, algo «que pasa desapercibido para la prensa», según McMahan. Desde entonces vendrían años de plomo, hasta que en 1976 aparecen publicadas sus memorias en Francia, en 1986 en inglés y en el 2008 en Italia -en España continúan inéditas-. El recorrido de Be Natural desde su estreno en la pasada edición de Cannes por numerosos festivales -llega al de Göteborg el viernes 26 de enero- ha contribuido a asentar al fin la figura de una pionera que estuvo en «la vanguardia de los cambios tecnológicos, industriales y culturales […], desde el cronógrafo de Gaumont, el sistema de sonido sincronizado», tal como recordaba la Filmoteca de Bolonia en el homenaje que le tributó en el 2011.