Una española denuncia la retención de su hijo de tres años en Egipto a manos de su padre
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«Me ha robado a mi hijo bajo amenazas de muerte: "O vuelves o en una caja de pino" fueron sus palabras». Así arranca un vídeo colgado en Facebook en el que la madre del pequeño, desolada desde El Cairo, relata su pesadilla
29 ene 2019 . Actualizado a las 16:11 h.Farah Mohamed, natural de Torrefarrera (Lérida), viajó a El Cairo en diciembre con su hijo de 3 años con la intención de formalizar la separación de su marido, pero todo se torció de forma inesperada al constatar que su pareja, de nacionalidad egipcia, estaba reteniendo al niño. Farah ha denunciado los hechos ante las autoridades policiales y judiciales egipcias y se ha puesto en contacto con la senadora de Unidos Podemos Sara Vilà. También está recurriendo a las redes sociales para denunciar el caso, que le ha obligado a quedarse desde principios de enero en El Cairo, ciudad donde está retenido el pequeño.
La Embajada de España en Egipto ha instado a las autoridades egipcias a dar una «rápida respuesta» a este asunto y les ha pedido que «velen en todo momento por la integridad del menor español». La Fiscalía egipcia ha emitido una orden de atribución de la custodia del niño a favor de su madre, informa Europa Press. El Ministerio de Asuntos Exteriores celebra la orden, pero explica que está pendiente de ejecución por parte de las autoridades de este país «en el marco de su propio ordenamiento jurídico y procedimiento judicial, cuya integridad e independencia el Gobierno de España respeta absolutamente».
Exteriores ha explicado que, desde que tuvo conocimiento del caso, el pasado 5 de enero, la Embajada ha prestado protección y asistencia a la española, «respetando el principio de no injerencia en los asuntos internos de Egipto», y ha velado por la integridad del niño. Los funcionarios de la Embajada acudieron, en una primera actuación, al domicilio conyugal a evacuar a la ciudadana española ante un posible riesgo para su integridad física.
Ayuda económica y alojamiento para la madre
Exteriores le ha concedido una ayuda económica de carácter extraordinario y un alojamiento a la ciudadana española, para que pueda hacer frente a su «situación de desamparo», una posibilidad que está prevista legalmente para atender casos de españoles en necesidad en el exterior. En la Embajada española en Egipto se ha creado una célula de seguimiento permanente del caso, que asesora y orienta a la madre del niño, junto a su letrado, sobre el marco jurídico, procesal e institucional al que se enfrentan.
Por otra parte, respondiendo al interés mostrado por la senadora Sara Vilà, que se ha desplazado a El Cairo, la Embajada ha organizado encuentros con distintas instituciones de este país involucradas en materia de protección del menor y de la mujer. Exteriores informa que se seguirá prestando asistencia y protección consular en este caso y aprovecha «para agradecer a las autoridades egipcias competentes la total colaboración mostrada hasta ahora».
Una madre desolada
«Hola, me llamo Farah. Soy española y madre de un niño maravilloso de tres años. Estoy en Egipto, en El Cairo. Entré en este país engañada por mi marido el 20 de diciembre. Supuestamente veníamos a formalizar nuestra separación, nuestro divorcio de mutuo acuerdo, pero no ha sido así». Con estas palabras arranca un vídeo en el que Farah Mohamed relata desolada su historia.
Con tono bajo, casi susurrando, Farah prosigue: «Me ha robado a mi hijo y lo ha hecho bajo amenazas de muerte. O vuelves sola o en una caja de pino. Esas fueron sus palabras. Ha conseguido un documento legal que me impide salir de este país con mi hijo de vuelta a nuestra casa. Y todo esto lo ha hecho bajo maltratos físicos y psicológicos constantes».
En la parte final del vídeo Farah, entre sollozos, dice que contactó con una amiga suya, la senadora de Unidos Podemos Sara Vilà y agradece la ayuda de las autoridades consulares españolas. «Ese hombre ayer me iba a matar. Que te roben un hijo y que lo haga su propio padre es la peor cosa que le puede pasar a una madre», concluye.