Andreu Buenafuente y Silvia Abril: «Estamos a favor del cese de hostilidades en la fiesta de los Goya»

beatriz pallas REDACCIÓN / LA VOZ

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Ricardo Rubio - Europa Press

El presentador y la actriz, que conducirán la entrega de premios, apuestan por «relajar el ambiente» tras las críticas a la ceremonia en los últimos años

01 feb 2019 . Actualizado a las 17:41 h.

No importa que las redes sociales se hayan cebado en los últimos años con las críticas a los presentadores de la fiesta de los premios Goya. Andreu Buenafuente y Silvia Abril afrontan su papel al frente de la ceremonia de mañana con humor y ganas de desarmar a los preofendidos. Esta semana se han instalado en Sevilla para ensayar hasta el último detalle de una gala coproducida por la Academia de Cine y El Terrat que será retransmitida por La 1 a partir de las 22 horas y que contará con las actuaciones de Rosalía, James Rhodes y el trío formado por Rozalén, Amaia Romero y Judit Neddermann.

Pregunta. ¿Cómo van los preparativos?

Silvia Abril. Muy bien. Estamos muy excitados, con muchas ganas y mucha ilusión deseando que llegue ya el sábado.

P. ¿Presentar los Goya se ha convertido en los últimos años en una profesión de riesgo?

S. A. Debemos de ser una pareja de inconscientes, pero nos hace muchísima ilusión. Queremos intentar cambiar esa tendencia.

Andreu Buenafuente. Yo estoy por el cese de las hostilidades en torno al mundo este que nos hemos inventado del riesgo de los Goya. Es una gala con mucha audiencia, pero quizá hemos olvidado que es una fiesta del cine, que pasa su mejor momento, por cierto, con cómicos que van a intentar hacer pasar un buen rato. Solo veo argumentos a favor de relajar el ambiente y quitarle toda esa virulencia, que no ayuda demasiado.

P. Dani Rovira llegó a decir que no le había merecido la pena presentar los Goya. ¿Después de dos galas, cree usted que sigue compensando?

A. B. Yo sí. Creo que es una fiesta maravillosa y que la academia confíe en ti otra vez es algo que me enorgullece y me emociona mucho. Así que me lo tomo como un reto para ir a divertirme y este año, con Silvia, pues todavía más.

P. Las dos galas de los Goya que mayor audiencia han tenido han sido las dos que presentó usted, en el 2010 y 2011. ¿Qué hará para superarse a sí mismo?

S. A. ¡Qué reto, eh!

A. B. Pues lo que he hecho ha sido acompañarme de Silvia, que multiplica las posibilidades. Yo solo ya lo había hecho y había salido muy bien, así que ahora es casi un registro nuevo, un volver a empezar, pero con la experiencia de otras veces y con la incógnita positiva de ver cómo se van a multiplicar los registros. Creo que los dos damos muchas posibilidades para desarrollar la gala y voy a disfrutarlo mucho.

P. ¿Habrá intervenciones conjuntas similares a las de Late Motiv?

A. B. Bueno... no sé exactamente si va a ser eso, porque, siendo nosotros mismos, hemos hecho algo a medida del acto. Se entregan muchos premios, que son el corazón de la gala, y tenemos unas incursiones que tienen que ser muy específicas, muy medidas en cuanto a duración, no es esa cosa inabarcable que te da un programa diario. Pero estamos nosotros y no vamos a cambiar en una semana. No creo que Silvia de repente se ponga como Nuria Espert. Me darías un susto que me muero...

S. A. No, no, puedes estar tranquilo, Andreu.

P. ¿Cómo se vacuna uno para leer las redes sociales al día siguiente?

S. A. No me voy a vacunar porque no las voy a ver, fíjate lo que te digo. Es que hace dos años que no las veo y no lo voy a hacer el día después de los Goya como comprenderás. Andreu, yo no sé tú, porque tú eres más usuario...

A. B. Yo le he dicho a un amigo que esté pendiente y que si ve que tengo que abandonar el país que me lo diga para comprar los billetes. Y que, si todo va según lo previsto, no me diga nada. Así va a ser el día siguiente. Me gustará desayunar fuerte el domingo.

P. ¿Se puede vivir al margen de las redes sociales siendo famoso?

S. A. Yo llevo dos años viviendo al margen y de maravilla. Claro que se puede...

A. B. Se nos olvida que la mayoría de la gente vive sin redes sociales. Es un tema muy goloso para los medios, pero no abarca ni mucho menos a la mayoría de la sociedad. Pero parece que si dices esto eres un antievolución. No sé. Me gusta más pensar en la calle, en el bar, en la cara del que se cruza contigo y te dice esto sí, esto no, en el cuerpo a cuerpo, que es donde siempre he trabajado.

«El humor ha sobrevivido a todo y también lo hará ahora»

Desde una cama, a lo John Lennon y Yoko Ono, Silvia Abril y Andreu Buenafuente grabaron vídeos promocionales de los Goya para reivindicar la risa y conjurar la tentación contemporánea de sentirse ofendido por todo.

P. ¿Son buenos tiempos para el humor?

S. A. Quiero creer que sí son buenos tiempos para el humor a pesar de que parece que hay una piel mucho más fina en según qué sectores. Yo voy a hacer caso omiso. Llámame naíf, llámame inconsciente, pero como esos tiros no me interesan, no los compro, prefiero omitirlos.

A. B. Creo que el humor ha sobrevivido a todo en la historia, a las dictaduras, a las posguerras, a las épocas de crispación, al falso bienestar, a todo. Y también va a sobrevivir ahora. El humor es inabarcable, es como el aire, se escapa entre los dedos. Es tan emocional, que va a sobrevivir también a esta época, por suerte.

P. En los vídeos de presentación parodian muchas cosas, entre ellas el lenguaje inclusivo. ¿Hay un exceso de corrección política?

S. A. Creo que sí. Nos reímos precisamente de eso, de que hemos llegado a un punto en el que es casi ridículo. Hay cosas más serias y profundas que el hecho de cada vez que hablas de una palabra en masculino tener que hacer el paso al femenino constantemente. No hay que perder el sentido común, hay que cambiar cosas mucho más profundas.

P. ¿Cómo llevan trabajar en familia?

S. A. Llevamos muchísimos años haciéndolo. De hecho nos conocimos trabajando. Formamos un equipo con una maquinaria que funciona muy bien junta y creo que esto va a sumar, incluso a multiplicar, en el caso de la gala.

A. B. Trabajamos más, pero como hay tanta complicidad ni nos damos cuenta. A mí al menos no me genera ninguna incomodidad. El trabajo y el ocio se mezclan, siempre se mezclaron, porque tenemos la bendición de que este trabajo nos encanta, es divertidísimo y es muy difícil ponerle puertas. A veces quieres irte a cenar y hablar de otra cosa, pero nos encanta lo que hacemos.