Hunt, ministro de Exteriores, reconoce afirma que la legislación para el divorcio no estará lista para el 29 de marzo
01 feb 2019 . Actualizado a las 07:59 h.El ministro de Asuntos Exteriores británico, Jeremy Hunt, reconoció este miércoles que se puede necesitar «tiempo adicional» para finalizar la legislación del brexit, más allá del plazo del 29 de marzo a las once de la noche. Downing Street respondió que se estaban tomando todas las medidas para evitar demoras y desmintió con tibieza a su ministro. Pero Hunt explicó que cualquier progreso en las negociaciones con Bruselas «no va a ocurrir en los próximos días»; y que si Londres termina finalmente aprobando el acuerdo en los días anteriores al 29 de marzo, entonces se necesitaría «un poco más de tiempo para aprobar una legislación crítica». El Instituto de Gobernanza británico confirmó que «es imposible tener todo listo a tiempo».
Theresa May busca «acuerdos alternativos» , pero la UE insiste en que no volverá a negociar el asunto. Mientras tanto, el parón de febrero en la Cámara de los Comunes fue cancelado y May se prepara para atraer a los parlamentarios laboristas para que apoyen su acuerdo. Sería a través de una inyección de dinero en regiones desfavorecidas que apoyan la campaña a favor de la salida de la UE, incluidas las antiguas zonas mineras.
Los aliados de la primera ministra calculan que, incluso si logra el apoyo de sus socios de Gobierno del Partido Unionista Democrático (DUP), aún sigue necesitando el respaldo de unos 20 laboristas para conseguir sacar adelante el tratado final del brexit y poder compensar con ellos el número de rebeldes tories.
Los laboristas susceptibles de modificar su postura tienen sobre la mesa la promesa de recibir inversión para proyectos locales. «Se trata de permitir que los parlamentarios que representan a las comunidades del brexit demuestren que han extraído algo tangible a cambio de su voto», dijo una fuente gubernamental.
Falta de alimentos en colegios
Entre los problemas que traería una salida sin acuerdo estaría que el Gobierno británico no podrá garantizar la cadena de suministro de alimentos que provengan de la UE ante la la posibilidad de que se impogan controles fronterizos en lugares como Calais y Dunkirk. Así se desprende de un aviso emitido por el Departamento de Educación, alarmado porque esa situación podría afectar a los menús escolares.
Por eso, el Gobierno dejó la puerta abierta a que las escuelas sean «flexibles» con las comidas que sirvan a los niños si hay escasez de alimentos debido al brexit. Hasta ahora, las pautas dicen que las escuelas deben proporcionar carne, pollo o pescado grasos, frutas y verduras de alta calidad, así como pan, otros cereales y patatas.
