Asesinado a tiros en Venezuela un empresario de Burgos al que asaltaron cuatro encapuchados

La Voz REDACCIÓN

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Intentaron robarle el coche y también hirieron a su chófer en el municipio Simón Bolívar

14 feb 2019 . Actualizado a las 15:14 h.

El empresario burgalés Sergio Santamaría falleció el pasado domingo a causa de los disparos de cuatro encapuchados que intentaron robarle el coche y que también hirieron a su chófer en el municipio Simón Bolívar de Venezuela. El suceso se produjo el pasado viernes en una carretera de esa localidad venezolana por la que circulaban el empresario, de 79 años y natural de Celadilla-Sotobrín (Burgos), y su chófer cuando fueron asaltados por cuatro encapuchados para robarles el vehículo y sus pertenencias, según adelanta hoy el Diario de Burgos y ha confirmado a Efe el alcalde de esta pequeña localidad, José Luis Riocerezo.

Cuando el conductor intentó zafarse de los asaltantes, éstos les dispararon y tanto Sergio como su chófer resultaron heridos, aunque lograron llegar al hospital más cercano para ser atendidos, según ha explicado a Efe su sobrino Carlos, que reside en Celadilla-Sotobrín. El empresario burgalés fue operado, pero el domingo falleció al no poder superar las heridas.

Carlos ha explicado a Efe que los restos de su tío fueron incinerados el lunes, tras un oficio religioso en la localidad donde residía, Ciudad Ojeda, «donde era una persona muy conocida y querida». Sergio Santamaría estaba casado con una ciudadana chilena, tenía tres hijos, y llevaba varios años viviendo en Venezuela. Dos de sus hijos viven en Venezuela y el tercero en Estados Unidos.

Sergio se fue de su pueblo a los 16 años, primero a Chile y después a Venezuela, donde su sobrino ha explicado que regentaba dos librerías, una de ellas la librería «San Agustín», la más grande de Ciudad Ojeda, donde es el lugar de referencia para buscar libros difíciles de encontrar. Carlos ha recordado que su tío visitó Celadilla-Sotobrín el pasado verano y permaneció en el pueblo durante los meses de junio y julio.

«Era un enamorado del pueblo donde nació, aunque su situación familiar hacía imposible que regresara de manera definitiva», ha explicado. El fallecido era el quinto de siete hermanos, de los que solo viven ya cuatro, uno de ellos un religioso que también reside en Venezuela, en una localidad próxima a Ciudad Ojeda.