México celebra sin excesivo alborozo la condena del Chapo

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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La esposa del Chapo, a su salida del juzgado donde se leyó la sentencia contra el narco
La esposa del Chapo, a su salida del juzgado donde se leyó la sentencia contra el narco KEVIN HAGEN | EFE

«Que sirva de ejemplo», clama López Obrador, uno de los pocos que festejó el veredicto

14 feb 2019 . Actualizado a las 08:07 h.

México se despertó este miércoles sin el baño de sangre que muchos temían por si Joaquín el Chapo Guzmán, el temible capo de la droga de las últimas dos décadas era declarado culpable y su futuro pasa por estar el resto de su vida entre rejas. Los doce miembros del jurado no buscaron la sorpresa y condenaron al Chapo, de cuya violencia hay sobrados rastros en los testimonios exhibidos en el juicio.

Pero poco queda ya de su poderoso ejército personal y nadie reivindica, al menos por ahora, el legado del capo. El cambio político en México le ha privado también de sus conexiones con el Gobierno. Aunque durante sus declaraciones llegó a declarar haber sobornado a al menos dos de los últimos presidentes de su país, el actual titular, Andrés López Obrador, fue de los pocos que se atrevió a exteriorizar su alegría por el veredicto contra el símbolo del narcotráfico en su país. «Que sirva de enseñanza y que sea una lección», apuntó el líder izquierdista. «La felicidad verdadera no es el dinero, lo material, no es el lujo barato, no es la fama, la verdadera felicidad es estar bien con uno mismo», esgrimió.

De manera aleccionadora, instó a los criminales a pensar que la libertad es un «don muy preciado» y a que no se debe «causar daño» al prójimo ni a los familiares, porque la vida en la delincuencia genera «sufrimientos».

Poder dividido

Si Guzmán volviera a su pueblo natal, Badiraguato, en el norteño estado mexicano de Sinaloa, habría fiesta. El hijo pródigo, fundador del poderoso cartel de drogas que lleva el nombre del estado, volvería y sería encumbrado de nuevo por los vecinos que lo describen cual si fuera una deidad.

El Chapo fue declarado culpable en Nueva York de los 10 delitos de los que era acusado por liderar un imperio criminal que traficó toneladas de drogas a Estados Unidos durante 25 años. Pero en Badiraguato, la historia es otra. Se le rinde culto con narcocorridos y también con fotografías y frases que citan al famoso capo de 61 años.

Nueve de cada 10 personas que residen en Badiraguato viven en condiciones de pobreza o pobreza extrema, según datos del Gobierno mexicano. Es el municipio con más carencias sociales y económicas de Sinaloa.

En su pueblo se le sigue rindiendo culto con fotografías y narcocorridos La captura de Guzmán suscitó una guerra intestina con la que el cartel redefinió liderazgos. El territorio de siembra fue peleado por distintos grupos, uno liderado por Aureliano Guzmán, hermano del Chapo, otro por sus hijos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, y uno más por un hombre llamado Héctor Román. Las disputas ocasionaron durante el 2018 el desplazamiento de 295 familias. Más de dos años después, el reacomodo se consolidó dejando fuera al antiguo líder, y sin visos de nuevos brotes de violencia, estima Castañeda. «Se está continuando con la tendencia a la baja en los diferentes índices delictivos», afirma un representante del Gobierno.

Condena en Filipinas

A modo de anécdota, la condena a Guzmán no llegó sola. Un tribunal filipino condenó a cadena perpetua por tráfico de drogas al mexicano Horacio Hernández Herrera, presunto cabecilla del cartel de Sinaloa en Filipinas, detenido en el país asiático hace cuatro años. Las autoridades consideran que Herrera ocupaba el tercer o cuarto puesto en la jerarquía de la banda del Chapo.