El Santander prepara un ERE que afectará en España a unos 3.000 empleos en las oficinas

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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Albert Gea | Reuters

El recorte se hará con prejubilaciones y bajas incentivadas

16 feb 2019 . Actualizado a las 09:16 h.

«La prioridad del Santander en España es la integración del Popular. Empezamos en septiembre y estamos acelerando el proceso para acabar en verano». En Galicia esa fase habrá llegado a su fin en marzo. Justo cuando, según fuentes sindicales, la entidad pretende iniciar las negociaciones de un nuevo expediente de regulación de empleo. Un ERE que, siempre según fuentes sindicales, iría dirigido a unos 3.000 empleados en España.

Se trata, en todo caso, de cifras iniciales, que la entidad financiera ni confirma ni desmiente. Prefiere no comentarlas.

La idea de los responsables del banco pasaría por iniciar las conversaciones con los representantes de los trabajadores durante las próximas semanas con el objetivo último de haber alcanzado un acuerdo a lo largo del mes de abril.

La reestructuración está directamente relacionada con la reducción del número de oficinas que quiere acometer el grupo que preside Ana Botín, a pocos meses de dar por finalizada la absorción del Popular, apenas dos años después de haberlo adquirido. Un ajuste que pasaría por echar el cierre a entre 1.000 y 1.200 sucursales en todo el país y en el que la proximidad entre oficinas será un factor determinante. El 30 % de las oficinas del Popular ya están integradas, en el marco de un proceso que avanza a un ritmo de entre 100 y 200 a la semana.

Este nuevo ajuste elevaría a 4.000 las bajas por la absorción del Popular En el seno de los sindicatos se espera que la propuesta que ponga el banco sobre la mesa sea similar a la del último ERE aplicado por la entidad. Fue hace ahora algo más de un año. En diciembre del 2017. Y supuso la salida de 1.100 empleados (aunque la primera cifra que se barajó fue de 1.500). En aquella ocasión, procedentes de los servicios centrales del grupo, donde se había integrado ya el personal procedente del Popular. El 90 % de las salidas se produjeron de manera voluntaria.

Prejubilaciones a partir de 50

Entonces el banco ofreció bajas incentivadas y un plan de prejubilaciones (primero a partir de los 55 años, cifra que luego fue rebajada a 50). Además, puso a disposición de los trabajadores afectados un plan de ayuda a la recolocación. Bastante efectivo, a la vista de los resultados: tres cuartas partes de quienes se fueron del banco y participaron en ese plan acabaron encontrando otro empleo.

Con todo, y si se confirman las cifras que manejan las organizaciones sindicales para este nuevo expediente de regulación de empleo, la absorción del Popular se habrá saldado, en términos de plantilla, con la salida de más de 400 personas del banco.

Ya en la presentación de los resultados del grupo a finales de enero, la presidenta, Ana Botín, dejó claro que, como en todos los ajustes de empleo realizados con anterioridad por el banco, este nuevo recorte, se hará «de forma pactada, sin forzar despidos», de modo «responsable» y viendo «caso a caso con los trabajadores».