El Frontex prevé un número recórd de inmigrantes en España en el 2019

M. C. C. REDACCIÓN / LA VOZ

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Álex Zea - Europa Press

Estima que se superarán las 56.844 llegadas irregulares del pasado año

21 feb 2019 . Actualizado a las 19:51 h.

La llamada ruta del Mediterráneo occidental, la comprendida entre los apenas 14 kilómetros que separan las dos puntas del Estrecho de Gibraltar y los más de doscientos existentes entre Málaga y Melilla, se han convertido en la principal puerta de entrada de inmigrantes ilegales hacia Europa, desbancando a la del Mediterráneo central. Los últimos años han consolidado esta tendencia y en el que estamos se puede registrar nuevo récord de llegadas de migrantes, según las previsiones que maneja la agencia europea Frontex.

El crecimiento del número de personas llegadas a las costas fundamentalmente andaluzas y levantinas ha ido creciendo exponencialmente en los últimos años, hasta las 56.844 llegadas irregulares contrastadas el último año, el doble de las registradas en el 2017. Un hecho que ha convertido a España en el principal punto de entrada de migrantes a la Unión Europea. Ello se debe en gran medida a que la ruta del Mediterráneo central hacia Italia «se considera más lenta y peligrosa y, en definitiva, tiene menos oportunidades de éxito» para quienes intentan acceder por ella a Europa, señala el Frontex en su informe anual presentado este miércoles en Bruselas. «La habilidad de los migrantes subsaharianos para entrar legal o ilegalmente en los países vecinos es por lo tanto crítica para la futura presión migratoria en la ruta del Mediterráneo occidental», agrega la agencia en su informe, en el que ofrece una detalla estadística sobre las principales rutas del Mediterráneo. El importante aumento de la inmigración ilegal en aguas españolas ha supuesto una caída de la denominada ruta del Mediterráneo central, la que va desde Libia y Túnez a Italia, que con 23.276 entradas en el 2018 registró un descenso del 80 % respecto al 2017.

Además de las citadas rutas del Mediterráneo occidental y central, otros 55.878 migrantes llegaron por la oriental, especialmente sirios, afganos e iraquíes, lo que supone un aumento del 32 % respecto a las llegadas de 2017. Un total de 5.451 más lo hicieron a través de la de los Balcanes occidentales, menos de la mitad de los 12.179 del 2017, a los que se suman 4.327 (-30 %) por la ruta circular de Albania a Grecia, y otros 1.487 individuos a través de la de África occidental hacia las islas Canarias, cuyo volumen se multiplicó por 3,7 respecto a las 399 llegadas del 2017. Por último, 997 personas accedieron a través de las fronteras europeas del este (+33 %).

Un lucrativo negocio

Jugar con la vida de los más necesitados es un lucrativo negocio para mafias sin escrúpulos, que controlan un negocio que proporciona millones de euros. La presión policial, sobre todo en los países de origen, es una de las piezas clave para evitar que miles de personas sin nombre pierdan la vida en una travesía incierta en aguas del Mediterráneo. El pasado año, en el conjunto de la UE se detuvo a 10.642 individuos considerados «facilitadores» de la inmigración ilegal y se registraron 148.121 devoluciones de inmigrantes, agrega el informe de Frontex. El director ejecutivo de la oficina europea, Fabrice Laggeri, precisó que existe una «buena cooperación con Marruecos», que es un «socio cercano» tanto para España como para la UE y subrayó que el reino alauí tiene una «presión migratoria propia». Este es otro dato relevante del informe, ya que el país africano no solo se ha convertido en el principal punto de salida de inmigrantes hacia Europa, sino que la mayoría de los que embarcan en una patera con destino a España son, desde los últimos meses, marroquíes. «Se han convertirse en la primera nacionalidad», seguidos de guineanos, malienses y argelinos, reconoce el director del Frontex.

«No hay una crisis acuciante de migrantes irregulares» como en los picos registrados en el 2015 y el 2016 durante los años más duros de la guerra en Siria, pero «se puede ver que hay presión», concluyó Laggeri en la presentación del informe que reclamó que se aproveche este momento para «consolidar la gestión del control de fronteras de la UE».