Los futuros electores son tradicionalmente afines al PP y Ciudadanos o abstencionistas; enfadados con Cataluña, católicos y contrarios a la inmigración

Nunca hasta este domingo se había reflejado la magnitud de la irrupción de Vox. La encuesta de Sondaxe para La Voz situó a la ultraderecha como tercera fuerza en el Congreso, superando a Ciudadanos y relegando a Unidos Podemos al quinto puesto del panorama político que está por configurarse a partir del 28 de abril. La proyección del 14,2 % de los votos podrían otorgarle hasta 51 diputados, cerca de los más de 60 que perdería el Partido Popular. Y ahí tiene Vox su granero de votos.

Uno de los vídeos de la precampaña electoral se hizo viral la semana pasada, cuando un joven del Frente Obrero increpó a Íñigo Errejón, candidato de Más Madrid para las elecciones autonómicas del 26 de mayo en la comunidad, tras un acto en el distrito de Hortaleza. El diálogo entre ambos, que tornó en monólogo del primero, recriminaba al exdiputado de Podemos que la formación morada fuese culpable del auge de «partidos fascistas». «Los obreros votan a Vox por algo», añadió.

El último barómetro del CIS con estimación de voto para los próximos comicios generales, previo al anuncio de adelanto electoral, contradice la reflexión de este miembro del Frente Obrero. Entre las respuestas de los cerca de 3.000 entrevistados por el instituto sociológico hay algo menos de 150 personas que tienen intención de depositar la papeleta del partido de Santiago Abascal en unas elecciones. El análisis a estas variables, realizado de manera cruda -es decir, recogiendo los resultados individuales de cada encuestado sin tener en cuenta la posterior interpretación del CIS- ofrece un perfil del votante tipo de Vox. 

Una inmensa grieta en el PP

Muchos analistas han querido ver en Vox un reflejo del Frente Nacional en versión cañí. Son muchas las similitudes entre los líderes de ambos movimientos; nacionalistas y con un discurso muy duro en política migratoria. Pero hasta ahí. Si bien Marine Le Pen supo conectar con sectores obreros, descontentos con la deriva de las opciones de izquierda a las que siempre fueron fieles, Abascal vendría a absorber a personas tradicionalmente afines al centroderecha español.

Más de la mitad votaron al Partido Popular en las generales del 2016 que mantuvieron a Mariano Rajoy como presidente, mientras que un 20,15 % apostaron por Ciudadanos. La tercera opción más común entre los futuros electores de Abascal no fueron a votar. Es decir, Vox se nutre, principalmente, de los partidos a la derecha del PSOE y de abstencionistas.

Para las generales de abril, el 65,7 % tienen su voto ya claro, veinte puntos más que la media de respuestas del resto de encuestados por el CIS. Un 15,67 % duda entre varios partidos y la opción de Podemos ni se contempla. Solo uno de los 140 entrevistados que votarán a Vox se planteó la formación de Pablo Iglesias como segunda opción.

«Vox no es un partido de extrema derecha, es de extrema necesidad», reiteró Santiago Abascal cada vez que fue preguntado sobre la ubicación ideológica de su partido. Mientras los dirigentes niegan su posición, los votantes parecen tenerlo claro. En una escala del 1 al 10, de izquierda a derecha, un 29,1 % de los futuros electores de Vox lo sitúan en la zona más radical del espectro conservador. Los encuestados, entre tanto, se ven en el eje de la derecha, pero con matices repartidos entre el 5 y el 10.

El 37,31 % afirma sentirse conservador, por un 14,18 % liberal. Les siguen los democristianos (un 8,96 %) y un 6,7 % que, como primera opción ideológica, se autodefinen nacionalistas.

Los votantes de Vox muestran también unas preocupaciones diferentes sobre la situación del país. Si bien comparten con el resto de encuestados del CIS que el paro es el principal problema, los futuros apoyos de Abascal ven en la inmigración la tercera debilidad en España. Hasta un 11,48 % respondieron así, frente a un 7 % del conjunto del barómetro.

«Mano dura» con Cataluña

La gestión de los gobiernos de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez frente al desafío secesionista planteado desde Cataluña ha irritado a esta parte del electorado. En el voto del próximo 28 de abril hay un fuerte componente de castigo dirigido en esa dirección. No quieren diálogo con Cataluña, es más, prefieren la «mano dura». Así lo reconocieron en la encuesta del CIS, solo el 3 % piden «diálogo y negociación». La mayoría de los cerca de 3.000 entrevistados por el instituto presidido por José Félix Tezanos apostaron por un camino que «combine el diálogo con el cumplimiento de la ley» (un 36,9 %).

Con la opción preferida por los votantes de Vox solo coincidieron un 21,7 % del total. La situación de Cataluña no afectará «en nada» al 33,2 % de los entrevistados por el CIS. La cosa cambia entre los que apoyarán a Abascal: la política con Cataluña depende «mucho» para la mitad y «bastante» para el 26,12 % restante. Seis de cada diez afirman que votarán a «partidos que plantean opciones más radicales y duras».

Y, en esto, Vox lo tiene claro. Abascal ya ha comunicado este martes que su primera medida en caso de llegar al Gobierno será detener al presidente de la Generalitat, Quim Torra. En numerosas ocasiones ha demandado la suspensión de la autonomía de Cataluña, situación que quiere extender, a la larga, al resto del territorio español. Su partido quiere una España con una estructura territorial mucho más centralizada, tal y como refleja el deseo de sus votantes.

Hombre, católico y con pocos ingresos mensuales

Volviendo a la teoría del joven crítico con Íñigo Errejón, sí es cierto que el principal sector al que pertenecen los futuros votantes de Vox es el de los servicios: camareros, peluqueros, cuidadores o comerciantes. Más de la mitad trabajan, por un 16,42 % de desempleados. La mayoría han llegado a la secundaria y dos de cada diez terminaron el Bachillerato.

El 43 % reconoce que su situación financiera es «regular», y es que tres de cada diez de los hogares susceptibles de apoyar a Vox no llegan a los 1.200 euros al mes. Sin embargo, el perfil se parte aquí en dos, ya que hay un alto porcentaje de familias que superan los 1.800 euros mensuales.

Son mucho más religiosos que la media. Un 77,61 % se declaran católicos y solo un 6,6 % aseguran no creer en nada. Según el CIS, el porcentaje de católicos entre todos los encuestados no llega al 67 % y el de no creyentes supera el 16,5 %.

Si bien la encuesta recoge un número prácticamente similar de hombres y mujeres, el equilibrio se descompensa en el caso de Vox. El 65 % son varones, con una edad media que supera los 47 años.

Metodología

Para el análisis se han recogido las 3.237 encuestas del CIS de enero. Se toma este mes, y no el de febrero, porque es el último que pone a disposición de los usuarios el fichero de microdatos con respuestas. Se han escogido las valoraciones de los encuestados que confirmaron la opción Vox en la pregunta «Voto+simpatía en supuestas elecciones generales».