Vox se cuela a debatir con los grandes

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado LA VOZ / MADRID

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Kiko Huesca | EFE

La irrupción del partido de ultraderecha en las últimas encuestas le abre las puertas para participar en un debate a cinco en la recta final de campaña

26 feb 2019 . Actualizado a las 07:59 h.

La irrupción de Vox de cara a las próximas generales del 28 de abril a la que apuntan todas las encuestas, entre las que destaca la elaborada por Sondaxe publicada el pasado domingo en La Voz y que sitúa a la formación de ultraderecha como tercera fuerza más votada hasta alcanzar los 51 escaños, ha significado un antes y un después en la precampaña.

Hasta el punto de que a pesar de que no cuentan con representación parlamentaria, los de Santiago Abascal han recibido una invitación de Atresmedia para participar en un debate junto a los otros cuatro candidatos de los grandes partidos. El grupo televisivo pretende reunir en la misma mesa a Pedro Sánchez, Pablo Casado, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Santiago Abascal en un debate televisivo que se celebraría el 23 de abril, a tan solo cinco días de que los españoles acudan a las urnas. Y de momento parece que el asunto va cogiendo forma.

En el PSOE todavía no confirman a Pedro Sánchez a la espera de determinar la agenda de campaña del presidente del Gobierno y a que se conozcan todos los detalles del formato, pero el secretario de organización del partido, José Luis Ábalos, avanzó este lunes que no pondrán ningún «veto», por lo que la presencia de Vox no resultará problema alguno. Más bien al contrario. Los socialistas confían en que los representantes de los tres partidos de derechas disparen continuamente contra su secretario general, reforzando la tesis de que la foto de Colón no fue ninguna casualidad y tratando de evidenciar que Sánchez es la única alternativa a que la extrema derecha acabe teniendo influencia en el palacio de la Moncloa.

Este hiperliderazgo de Sánchez en la izquierda es posible gracias a las horas bajas por las que atraviesa Podemos, que día a día asiste a cómo las disputas internas y la pérdida de credibilidad de su discurso lo debilitan. En la formación morada tampoco acaban de confirmar la presencia de Pablo Iglesias, que se encuentra de baja por paternidad y no se reincorporará al trabajo hasta que esté a punto de comenzar la campaña, pero confían en las habilidades televisivas de su secretario general como una buena oportunidad para remontar el vuelo.

En el otro bloque, Ciudadanos tampoco ha rechazado la invitación. Su líder en Cataluña, Inés Arrimadas, que en los próximos meses dará el salto a la política nacional encabezando la lista por Barcelona, se mostró «encantada» de que existan debates con sus adversarios políticos: «Allí donde podamos estar, estaremos», garantizó tras la reunión de la ejecutiva de este lunes en Madrid, incapaz de confirmar si Albert Rivera sería el encargado de acudir al plató. 

El PP exige un cara a cara

Mientras tanto, en Génova se hacen los duros. El vicesecretario Javier Maroto anunció en su comparecencia de este lunes tras la reunión del comité de dirección que antes de hablar de una debate a cinco, quieren tener confirmado un cara a cara entre Sánchez y Casado. «Una de esas dos personas será el próximo presidente del Gobierno», apuntó el dirigente popular. El PP pelea por demostrar que lideran la alternativa al actual jefe del Ejecutivo, y pocas formas mejores que ese mano a mano retransmitido por televisión. Solo una vez que tengan la garantía de que los líderes de las dos principales fuerzas políticas del país se verán las caras, confirmarán su presencia en la mesa a cinco. No obstante, fuentes del partido avanzan que «Casado nunca deja una silla vacía», dando a entender que está convencido de acudir al plató.

Por último, Vox ha manifestado en público su predisposición a participar en un debate cuyo representante sería su presidente, Santiago Abascal, «siempre que el resto de las formaciones intervengan con sus candidatos a la Presidencia».