Javier Díaz Giménez: «Un impuesto a la banca para las pensiones es un disparate»

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

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PACO RODRÍGUEZ

El experto del IESE advierte que no serviría para recaudar, porque las transacciones se irían hacia otro país

09 mar 2019 . Actualizado a las 09:36 h.

Doctor en Económicas por la Universidad de Minnesota, exasesor de la Oficina Económica del presidente del Gobierno en el 2004 y profesor del IESE, Javier Díaz Giménez es una de las voces más reputadas del país a la hora de analizar la salud del sistema público de pensiones, aunque en su reciente visita a Santiago habló sobre los riesgos a los que se enfrenta la economía mundial por las dos principales amenazas: la guerra comercial entre EE. UU. y China y el brexit.

-Seguimos a vueltas con el debate sobre el modelo de pensiones...

-Y a este paso, seguiremos hasta el 2060. Nos quedan 40 años, que es lo que dura todo en este país [risas].

-¿Cree posible algún tipo de acuerdo político?

-No, no lo veo. Es un escenario que se encuentra muy alejado del discurso y la dinámica en la que estamos.

-¿Por qué?

-Por la inoperancia del Pacto de Toledo y la incapacidad que tienen las fuerzas políticas para ponerse de acuerdo en algo. El modelo del ocultismo, de sacar las pensiones del debate político, es una muy mala idea.

-¿Es por tacticismo electoral?

-No, es porque las ventajas de acertar son muy pequeñas y los costes de equivocarse resultan brutales, y eso lleva al bloqueo y al inmovilismo. Y cuando el inmovilismo es colectivo, porque integra a todo el mundo, nadie asume ningún coste político.

-¿Considera que está en riesgo la viabilidad del sistema público de pensiones?

-Si la cuestión va dirigida a preguntarme si se podrán pagar las pensiones con cargo a la recaudación de cotizaciones, la respuesta es no. Si la pregunta es si el Estado va a poder pagar las pensiones, la respuesta es sí. Están garantizadas y se pagarán con créditos del sector público.

-¿Por qué todas las reformas emprendidas hasta ahora solo actúan sobre la vía de recortar el gasto y no se plantea también cómo aumentar los ingresos?

-No creo que estemos ante un problema de gastos contra ingresos. En realidad, el Estado tiene ingresos suficientes para pagar las pensiones, incluyendo la recaudación general del Estado, es decir, contando los impuestos. Hay una ficción contable de que tenemos dos cajas: la de la Seguridad Social y la de la Administración General. Es más sensato pensar en términos globales.

-¿A qué se refiere?

-Cuando la Seguridad Social era excedentaria se invertía en deuda pública. Esos recursos iban al Estado y este los invertía en pagar a funcionarios o en financiar carreteras. No había doble caja. A la UE no le importa si el déficit es de los ayuntamientos, de las comunidades o de la Seguridad Social. Por tanto, se pueden atender los desajustes que haya en el sistema de pensiones con la recaudación general.

-¿Haría falta entonces un impuesto para financiar las pensiones?

-No, se trata de hacer un ejercicio que nosotros llamamos imposición óptima. Lo mejor que podría hacer España para incrementar su recaudación es subir el IVA, sobre todo los tipos reducidos. El tipo efectivo es el más bajo de la eurozona. ¿Qué quiero decir? El debate no sería tanto crear un nuevo impuesto, sino optimizar mejor los existentes.

-Concluyo que usted rechaza de plano un impuesto sobre la banca, como se ha propuesto...

-Totalmente, es un disparate. Como todos odiamos a la banca, pues nos parece una idea magnífica a nivel conceptual. Pero no recaudaría, porque las transacciones se irían hacia otro país donde no exista esa figura tributaria. Tendría que ser un impuesto a la banca a nivel mundial. Si no, no serviría de nada.

-¿Qué opina de los planes privados de pensiones?

-Pues no me parece una figura recomendable, sobre todo por cómo están diseñados fiscalmente. Aplican una rebaja en la aportación, y luego penalizan cuando se hace la retirada. Su fiscalidad es muy poco favorable. Ahora mismo, si alguien quiere ahorrar, resulta mucho más atractivo colocar el dinero en un fondo de inversión.