«Nunca recomendaría el parto en casa, pero hay que regularlo»

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

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M. MORALEJO

El ginecólogo Carlos López Ramón y Cajal dice que en todas las decisiones siempre hay que tener en cuenta al segundo paciente: el bebé

09 mar 2019 . Actualizado a las 22:30 h.

Hace tres meses, un bebé murió en Vigo durante un parto en casa. El suceso causó conmoción, sobre todo entre los ginecólogos y matronas del Hospital Álvaro Cunqueiro, donde habían seguido el embarazo de la mujer. El jefe de servicio de ginecología, Carlos López Ramón y Cajal (Zaragoza, 1960), cree que se deber regular esto cuanto antes.

-Parto en casa: ¿sí o no?

-Desde el punto de vista médico, el parto en casa es un riesgo. Nosotros tenemos gestaciones que van muy bien y de pronto encontramos problemas. Hay una corriente de mujeres en todo el mundo que quieren parir en casa, y nosotros decimos que no. Pero como esa corriente no desaparece, Galicia debe regular este fenómeno... y no lo hace.

-¿Por qué es más seguro el hospital?

-En los hospitales somos un equipo, no somos una sola persona. Una vez, en el antiguo Hospital Xeral, tenía la puerta del despacho abierta y entró una madre con un bebé morado, diciéndome que no respiraba. Lo cogí como una pelota de rugbi y subí una planta corriendo. Entré en neonatos gritando. Al momento, intervinieron seis personas. El niño se salvó. Yo podía haber intentado reanimarlo en el despacho, pero seguro que me equivocaba. Eso es un equipo. En un parto en casa no se podría hacer.

-Aunque en el hospital también hay muertes.

-Pero se cuentan en casos por cien mil habitantes. La mortalidad materna o de niños sanos en un parto hospitalario ha pasado a ser una excepción.

-¿Con regular se refiere a una guía clínica o a un texto legal?

-A hacer un protocolo.

-¿Qué es lo que hay que regular?

-Para empezar, dónde se informan las mujeres. No hay ninguna institución que les informo, solo lo hacen los grupos que defienden esta práctica.

-¿Qué requisitos debe tener un parto en casa?

-No quiero entrar en eso porque yo defiendo el parto hospitalario. Si el Sergas abre ese debate, entonces estoy dispuesto.

-¿Pero al menos recomienda que lo asista una matrona?

-Es que se debe establecer quién puede hacerlo y qué requisitos debe cumplir, con qué formación. En Inglaterra, por ejemplo, hay una web que publica una lista de las matronas validadas para esto.

-Hay guías, por ejemplo una catalana, que establecen unos requisitos: embarazo normal, en posición cefálica, un solo feto...

-Todas las guías coinciden en cosas: que todo vaya perfectamente, con exploraciones y analíticas previas, en un sitio cercano al hospital, asistido por alguien que pueda detectar situaciones de riesgo... Yo nunca recomendaría el parto en casa. Pero debe regularse. La ciencia no puede cerrarse a lo que no está prohibido.

-¿Y si la mujer elige parir en casa? Porque tiene derecho...

-Para nosotros el feto es un paciente, aunque no haya nacido. Tenemos dos pacientes y tomamos las decisiones pensando en ambos. Entiendo que se diga que el parto en casa es un derecho de la mujer, pero no se debe olvidar al segundo paciente.

-A los ginecólogos se les acusa a veces de practicar eso que se llama violencia obstétrica.

-El concepto violencia obstétrica no existe. Es una ofensa contra un colectivo que intentamos ayudar a la gente. Sí creo es que se debe hacer es humanizar las maternidades.

-¿Cómo?

-La maternidad no puede ser una uci. Debe haber un control médico, pero que todo sea más natural. Hay que humanizar más la asistencia.

«En la muerte fetal ofrecemos una caja de recuerdos»

El Sergas está preparando un protocolo unificado para atender a la muerte perinatal, aquella que se produce antes del alumbramiento. El jefe de servicio explica el protocolo que ya tiene el Hospital Álvaro Cunqueiro.

-Ustedes hicieron un protocolo en el antiguo Hospital Xeral.

-Sí, hace diez años que lo tenemos. Somos sensibles a estas situaciones los médicos, las matronas, las auxiliares... todos. Una muerte fetal la llevamos muy mal, porque se nos ha muerto un paciente. Las pacientes deben llevarlo con la mayor ayuda posible.

-¿En qué consiste esa ayuda?

-A las pacientes las tenemos aparte del resto de la maternidad. Ellas tienen libertad para gestionar el proceso como prefieran. Se les ofrece conservar una caja de recuerdos. El duelo, tanto en la muerte fetal como en el aborto tardío, cada pareja tiene derecho a asumirlo de la forma que decidan. Tenemos que ayudar y respetar, sabiendo que no existe una forma común de soportarlo.

-¿Qué pueden hacer ustedes?

-Lo fundamental es la empatía. Pero es muy difícil que la persona perciba emocionalmente todas las conversaciones como empáticas en una situación así.

-Además de la caja de recuerdos, permiten a las familias hacerse fotos...

-Se pueden hacer fotos si quieren. También pueden estar con ellos una o dos horas. La premisa es ayudar a cada uno a llevar el duelo. Ese protocolo no lo tienen muchos centros del país. Nosotros, como por los hospitales pasa mucha gente, intentamos incorporarlo a la cultura del hospital.

-Creo que también ponen indicaciones en la puerta de la habitación, para evitar situaciones desagradables.

-Sí. Tenemos códigos, señales para que el personal sanitario y no sanitario sepa qué ocurre sin tener que preguntar, para evitar conversaciones no empáticas.

-¿Qué opina de que se vaya a llevar a todos los hospitales gallegos?

-Debe existir una forma de trabajar para estas situaciones. Hemos pasado de una sociedad en la que el ginecólogo preguntaba a la madre cuántos hijos tenía en casa y cuántos había parido en el hospital a que en España tengamos una seguridad excelente, así que esto se convierte en una excepción y, por tanto, en una catástrofe. Y hay que saber llevarlo.