Los lazos amarillos ponen todo el foco de la campaña del 28A en Cataluña

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

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Toni Albir | efe

Torra, dispuesto a desobedecer a la JEC, responderá de forma «combativa» y seguirá tensando la cuerda para el 28A

15 mar 2019 . Actualizado a las 10:27 h.

La cuestión catalana contamina el debate político en el resto del Estado desde muy atrás, pero lo hace especialmente desde el punto de no retorno que significó la declaración de independencia de otoño del 2017. Por supuesto, las elecciones del 28 de abril no serán ajenas, y todos y cada uno de los partidos que concurren a las urnas son conscientes de que su mensaje para Cataluña jugará un papel determinante.

La influencia de Cataluña en el 28A quedó patente desde su misma convocatoria. Sánchez se vio forzado a fijar el adelanto electoral ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con las fuerzas secesionistas que le permitieran sacar adelante los Presupuestos. A lo largo de toda la extensa precampaña, la cuestión catalana también lo ha impregnado y lo seguirá impregnando todo. Siempre presente, como el perejil de todas las salsas: que si Arrimadas se va a Waterloo a hacerse la foto, que si Casado pide un 155 sine die, que si Sánchez volvería a sentarse en la mesa con los independentistas, o que si Pablo Iglesias ya no sabe ni qué decir ni qué callar para dejar de peder votantes. Todo, mientras Santiago Abascal lidera la acusación particular contra los secesionistas en el Supremo.

En las últimas horas ha vuelto a dispararse la tensión con Cataluña a consecuencia de la petición formalizada por la Junta Electoral Central al presidente de la Generalitat, Quim Torra, de que retire los lazos amarillos y las banderas esteladas de los edificios oficiales, por no estar autorizada la simbología partidista en época electoral.

La desobediencia de Torra

La respuesta de Barcelona llegó de inmediato. Y como era de esperar, Torra, por cuya boca habla Puigdemont, lejos de acatar el mandato del organismo que vela en España por un democrático desarrollo de los procesos electorales, se muestra dispuesto a desafiarlo. En JxCat son conscientes de que cuanto más se tense la cuerda más facilidad tendrán para movilizar a su electorado y arrebatarle el protagonismo a ERC, la otra gran fuerza secesionista.

Por ello, tan pronto como reconoció la resolución de la Junta Electoral, el presidente catalán, que se enfrenta a una multa de 3.000 euros, manifestó: «Estoy desligado de todos los compromisos menos del de servir a mi tierra como pueda y como sepa», toda una declaración de intenciones. Para corroborarlo, este martes salió la consejera de la Presidencia, Elsa Artadi, para tildar la resolución de la Junta de «ridícula» y anunciar que el Govern ya trabaja con sus servicios jurídicos para presentar una respuesta «claramente combativa». ERC y la CUP también han manifestado su disconformidad. Y Podemos, que una vez más vuelve a alinearse con el bloque independentista, aseguró mediante su coportavoz de la Ejecutiva, Noelia Vera, que cosas como la orden de la JEC «no ayudan». Mientras, en el Gobierno esperan a que se agote el plazo de 48 horas sin avanzar cómo actuarán en caso de desobediencia.

El presidente catalán, Quim Torra, ha insistido este jueves a la Junta Electoral Central (JEC) en la «imposibilidad» de cumplir su orden sobre la retirada de esteladas y lazos amarillos de los edificios públicos dependientes de la Generalitat.

Lejos de atisbarse una solución, el asunto catalán promete enquistarse todavía más tras la celebración de las elecciones, ya que Joan Tardà y Carles Campuzano, las dos caras más amables y dialogantes del secesionismo en el Congreso, ya no estarán en la próxima legislaltura. El primero, histórico portavoz de ERC en la Cámara Baja, renuncia por cuestiones personales. Mientras, Campuzano, portavoz del PDECat en el Congreso, tampoco renovará en la Carrera de San Jerónimo debido al veto de Puigdemont.

En esa estrategia de tensionar cada vez más todos los escenarios, las fuerzas independentistas han preferido que el cabeza de lista de Erc para el Congreso sea Oriol Junqueras, que podrá obtener un permiso penitenciario para recoger el acta, pero, ateniéndose a las ultimas resoluciones del Supremo, no podrá participar ni en las votaciones ni en los debates de la Cámara, por lo que a la hora de la verdad sería casi como tirar un escaño, muy reivindicativo, pero sin posibilidad de sumar.

Por la otra corriente, el expresidente catalán continúa empeñado en seguir laminado el PDECat, un partido del que apenas queda ni rastro. El prófugo de la Justicia española se ha impuesto y ha fulminado a uno de los parlamentarios mejor valorados por su capacidad negociadora y su tono siempre educado desde la tribuna de oradores. Campuzano fue uno de los grandes fontaneros que, junto al PNV, logró que prosperase la moción de censura de Sánchez, algo que Puigdemont no quería.

C's pide a la JEC que traslade a la Fiscalía la posible responsabilidad penal de Torra

Ciudadanos ha presentado un escrito en la Junta Electoral Central (JEC) en el que solicita que se dé la orden a Interior y a los Mossos para que retiren los símbolos «separatistas» de la Generalitat y que, además, traslade el caso a Fiscalía por una posible «responsabilidad penal» del presidente catalán, Quim Torra.

Así lo ha avanzado en declaraciones a los medios recogidas por Europa Press el responsable del área constitucional de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, después de que Torra «haya incumplido» la resolución de la JEC de retirar los lazos amarillos y las esteladas del Palau y de otros edificios dependientes de la Generalitat.

Torra, ha respondido pidiéndole a C's este miércoles que haga política en vez de lo que considera crispar y denunciar: «Se pasa la vida presentando querellas. Y esto no es hacer política». Lo ha declarado a los periodistas al visitar el Puerto de Tarragona y un día después de decidir mantener los lazos amarillos y las esteladas en edificios públicos pese a la orden de la Junta Electoral Central (JEC) de retirarlos raíz de una petición de C's. «Le pedimos que haga política, que debata, que presente sus propuestas en el Parlament y, si cree que hay el consenso suficiente para ganarlas, pues lo veremos», ha reclamado al partido.

Con ello, ha querido dejar claro que el Parlament ya votó que la estelada era un símbolo que representaba un anhelo de libertad, y que también lo hizo en contra de retirar los lazos amarillos de los edificios públicos: «Esto a mí me parece esencial». «Si C's cree que esto no es correcto, que presente una resolución en el Parlament de Cataluña, a ver si consigue que la cámara catalana, por mayoría absoluta, esté en contra de los lazos amarillos», ha añadido.

 Por otro lado, también ha lamentado los hechos ocurridos la madrugada de este jueves en la plaza Sant Jaume de Barcelona, donde un grupo de personas, algunas encapuchadas, ha descolgado el lazo amarillo de la fachada del Ayuntamiento. «Lo lamento muchísimo porque este país ha hecho de los valores de la democracia, de los valores de la justicia y del valor de la no violencia su razón de ser», ha razonado.

Bou dice que él arrancaría el lazo y pondría una imagen del Rey

Bou (PP) dice que si es alcalde arrancará el lazo amarillo y pondrá una imagen del Rey. Al parecer de Bou, el hecho de que el Ayuntamiento de Barcelona haya vuelto a colgar el lazo amarillo es un error de Ada Colau, dado que la pancarta es «una coacción al poder judicial». «El lazo no es representativo de los barceloneses, hay muy pocos lazos por la calle», ha aseverado Bou, que ha apuntado que es un símbolo sectario y una ofensa, según él, porque cuestiona el estado de derecho.