Torra acepta retirar los lazos amarillos de los edificios públicos

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El titular de la Generalitat acepta la recomendación del Síndic de Greuges, pero colocará una pancarta

20 mar 2019 . Actualizado a las 21:55 h.

Rafael Ribó, el Síndic de Greuges, una figura muy similar a la del Valedor do Pobo, recomendó este miércoles al presidente de la Generalitat, Quim Torra, que sigguiera las indicaciones de la Junta Electoral Central y que ordene la retirada de los lazos amarillos y las banderas esteladas de los edificios públicos catalanes. Finalmente, el presidente de la Generalitat aceptó la recomendación, pero podría poner en su lugar una pancarta que podría volver a chocar con las directrices de la Junta Electoral.

Ribó elaboró un informe a petición del presidente de la Generalitat para que valorase el requerimiento de la JEC de retirar toda la simbología partidista durante el período electoral. 

El síndic desveló en la rueda de prensa que ofreció este miércoles que el informe que presentó ya estaba redactado desde finales de la pasada semana, y que el presidente catalán ya estaba al tanto de su contenido a través de una conversación telefónica. Ribó no lo hizo público en su momento a petición de Torra, que le solicitó que incorporara al mismo una serie de «clarificaciones». De esta forma, Ribó viene a confirmar que la desobediencia manifestada por Torra este lunes, asegurando que dejaba su decisión en manos del Sìndic, no era más que una pose para tratar de vender ante los secesionistas que ya no obedece a las instituciones españolas y solo responde ante las instituciones catalanas, en lo que parece una clara estrategia de cara a las elecciones del próximo 28 de abril. 

El presidente catalán se enfrenta a una multa de 3.000 euros y a una inhabilitación para ejercer cualquier cargo público por delito de desobediencia. Este jueves a partir de las 17.00 la Junta Electoral volverá a reunirse. La portavoz del Govern, Elsa Artadi, avanzó ayer que no tenía pensado retirar ni los lazos ni las banderas que ondean en las fachadas de las principales instituciones públicas, porque de hacer lo contrario, irían contra la libertad de expresión. Ahora lo hará, pero sustituirá el lazo amarillo de la sede del Palau de la Generalitat por otra pancarta alternativa.