Disney compra de 21st Century Fox y se convierte en la mayor compañía de entretenimiento de la historia

iker cortés MADRID / COLPISA

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Los estudios Fox en Los Ángeles, California
Los estudios Fox en Los Ángeles, California BARBARA DAVIDSON

La factoría de animación cerró por 63.000 millones una operación que la refuerza para el lanzamiento de un servicio de «streaming» que competirá con Netflix

21 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Del vasto y complejo universo que atesora Marvel aún quedaban superhéroes y antihéroes que no habían cruzado sus caminos. Con el paso de la 21st Century Fox a manos de Disney tras desembolsar la astronómica cifra de 62.840 millones de euros, solo es cuestión de tiempo que las historias de personajes deslenguados y violentos como Deadpool o mutantes justicieros como los X-Men acaben convergiendo con las de las decenas de personajes que la compañía de Mickey Mouse tenía ya bajo su ala.

Porque sí, la adquisición de Marvel por parte de Disney, hace ya diez años, no trajo consigo a todos los superhéroes de la llamada Casa de las Maravillas. Con una Hollywood ávida de poderes fantásticos y taquillazos palomiteros, Marvel vendió los derechos de cómics como Los 4 fantásticos antes de que la idea de configurar un universo cinematográfico propio tomara fuerza.

Lo cierto es que poco se sabe del destino que aguarda a estos personajes que, después de unos años fuera, regresan a casa.

Pero la compra de Fox por parte de Disney va más allá de hacerse con los personajes de moda. No se trata solo de que una familia como la de Los Simpson pertenezca ya al gigante del ratón animado o de que franquicias como La jungla de cristal, Avatar, Bohemian Rhapsody -ojo a esto- o El planeta de los simios pertenezcan ya a Disney. El plan de expansión de la casa de animación dio sus primeros pasos en el 2006 con la adquisición de Pixar, y continuó con la compra de Marvel y Lucasfilm, responsable de la saga de Star Wars. Ahora, con la absorción de la Fox, se convierte en la mayor compañía de entretenimiento de la historia.

Y la razón parece clara. Disney necesita contenidos propios porque ultima la puesta a punto de Disney+, un servicio de vídeo bajo demanda similar a Netflix, al que pretende plantar cara. Y no solo eso, ha adquirido también Hulu, otra plataforma de contenidos por streaming que hasta el momento solo operaba en Estados Unidos, pero que desembarcará próximamente en Europa.

La fusión, por otro lado, no esta exenta de inconvenientes. Según apuntaba The Hollywod Reporter, la compañía pretende ahorrar cerca de 2.000 millones de dólares (1.747 millones de euros), lo que significa que podrían desaparecer alrededor de 4.000 empleos.