Merkel recorta en Desarrollo, Defensa y Migración para mantener el déficit cero

PATRICIA BAELO BERLÍN / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

EVA PLEVIER | Reuters

El embajador de Estados Unidos considera «inquietante» que el Ejecutivo alemán se esfuerce por reducir su nivel «ya inaceptable» de gasto militar

25 mar 2019 . Actualizado a las 07:58 h.

Déficit cero, un mantra que la primera potencia europea está decidida a mantener a toda costa. También en sus presupuestos para el 2020, como anunció esta semana el titular germano de Finanzas. Unas cuentas que descartan generar más endeudamiento, pese a elevar el gasto del Gobierno federal hasta los 362.600 millones de euros, un 1,7 % más que este 2019, así como las ayudas sociales y a la innovación. Sin embargo, el plan del socialdemócrata Olaf Scholz ha provocado una avalancha de críticas, y amenaza con tensar aún más la relación entre Alemania y EE.UU.

«Luces y sombras». Así lo describió la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, cuya cartera recibirá 6.000 millones más en el 2020, unos fondos que serán insuficientes para renovar la anticuada flota de aviones, que no deja de protagonizar episodios vergonzosos, y alejan al país del objetivo de destinar el 2 % de su PIB a gasto militar en el 2024, como exigen la OTAN y EE.UU. Berlín se comprometió a alcanzar el 1,5 % en el 2025, pero por lo pronto se conforma el año que viene con el 1,37 %, porcentaje que previsiblemente caerá hasta el 1,25 % en el 2023.

Recorte «inaceptable»

Días antes, el embajador de Estados Unidos, Richard Grenell, desató la polémica, al considerar «inquietante» que el Ejecutivo de la gran coalición se esfuerce por reducir su nivel «ya inaceptable» de gasto militar. Aunque Angela Merkel ha insistido en que no cederá a las amenazas, la paciencia del presidente Trump empieza a agotarse, y crece el temor a una menor aportación de EE.UU., principal contribuyente, a la OTAN, lo que preocupa cada vez más. «Si seguimos rebajado el gasto en Defensa pareceremos inverosímiles ante la comunidad internacional», dijo el diputado de la CDU Eckhardt Rehberg.

Otro titular conservador, el socialcristiano bávaro Gerd Müller, encargado de Desarrollo, escribió una carta de protesta tras conocer los presupuestos en la que lamenta que Scholz haya congelado sus fondos para el 2020, manteniéndolos en 10.200 millones, e incluso los haya recortado entre 500 y 800 anuales a partir del siguiente ejercicio. Eso supone que Alemania no destinará el 0,7 % de su PIB a los países subdesarrollados, la cuota llamada AOD que dicta la OCDE para las naciones industrializadas, y que Berlín solo respetó en el 2016.

«No podemos costear todo lo que deseamos, pero sí mucho», alegó el ministro de Finanzas, quien dice que priorizó las promesas ciudadanas, como incrementar las ayudas a las familias de ingresos medios y bajos para la adquisición de vivienda y el aporte incondicional por hijo. El objetivo es lograr «cohesión social», dice el también vicecanciller. Berlín invertirá mucho más en innovación y futuro, con una inyección récord de 38.900 millones. La idea es impulsar la ampliación de la banda ancha y los proyectos relacionados con la inteligencia artificial, una asignatura pendiente en Alemania.

A cambio Scholz ha recortado el presupuesto a los Gobiernos regionales y municipales para la partida de refugiados, que si el Bundestag da el visto bueno en verano, pasará de los actuales 4.700 millones a 1.300 en el 2022, con la excusa de que ha disminuido la cifra de inmigrantes. Ello ha despertado indignación incluso entre sus correligionarios.