Julian Assange: el soplón que puso en ridículo a la Inteligencia de EE.UU.

Juan Alonso LONDRES / E. LA VOZ

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Stringer | Efe

El fundador de Wikileaks reveló miles de archivos clasificados que le suministraron delatores como el soldado Bradley Manning, hoy Chelsea Manning

12 abr 2019 . Actualizado a las 16:35 h.

«Porque entre el cielo y la tierra no hay nada oculto». Esta frase inspirada en el Evangelio de San Lucas parece ser el mantra de Julian Assange, el hacker australiano que puso en ridículo a la Inteligencia y a la diplomacia estadounidenses al revelar miles de archivos clasificados que le suministraron delatores como el soldado Bradley Manning, hoy Chelsea Manning.

Nacido en Townsville en 1971, el fundador de Wikileaks asistió a decenas de colegios en su infancia debido a que su madre, la artista Christine Ann, cambiaba constantemente de residencia escapando del padre de su hermano menor, de quien reclamaba la custodia. Assange tuvo una crianza al estilo hippie, que lo marcó y lo convirtió en un antisistema. Estuvo casado y tiene un hijo que se dedica a la programación informática.

Desde muy joven mostró interés en desvelar secretos y en los años 90 formó parte de un grupo de piratas informáticos que logró infiltrarse en las redes informáticas de varias dependencias y empresas privadas australianas, pues consideraba que así lograría lo que no pudo la generación de sus padres: «Romper los patrones del poder y la corrupción que perpetuaban la injusticia del mundo». Sin embargo, esta primera aventura lo llevó a la cárcel y al banquillo de los acusados. Al declararse culpable solo le cayó una multa.

Estudió Físicas y Matemáticas en la Universidad de Melbourne, pero no llegó a graduarse. Se lo impidió su activismo por la transparencia y la libertad de información, que practicó mientras se ganaba la vida como programador de software libre. En el 2006 fundó Wikileaks, la web que se convirtió en un paraíso para medios de buena parte del mundo por la cantidad de filtraciones que publicaba. Todo un dolor de cabeza para los Gobiernos, que vieron cómo sus miserias salían a la luz.

La publicación de los correos de la candidata demócrata Hillary Clinton en la campaña a las presidenciales del 2016 o los cables sobre el ataque al consulado de EE.UU. en Bengasi (Libia), que salpicaban también a Clinton, fueron algunas de las revelaciones más importantes.

Los colaboradores de Assange lo describen como un trabajador compulsivo capaz de pasar horas frente a su ordenador sin asearse, comer o dormir, según publicó The Huffington Post.