Una milicia que se dedicaba a cazar inmigrantes también se entrenaba para asesinar a Obama

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Larry Hopkins, en la fotografía policial tomada tras su detención
Larry Hopkins, en la fotografía policial tomada tras su detención

Larry Mitchell Hopkins fue detenido tras publicar en las redes sociales un vídeo con la captura a punta de pistola de más de 200 simpapeles, entre ellos mujeres y niños, en la frontera

24 abr 2019 . Actualizado a las 07:47 h.

Larry Mitchell Hopkins, líder de una milicia de civiles que se dedicaba a cazar inmigrantes en la frontera con México, ha confesado al FBI que se entrenaba para asesinar al expresidente Barack Obama, tras ser detenido el pasado sábado en Sunland Park (Nuevo México) por ser un delincuente convicto y estar en posesión de armas de fuego y munición. Su detención se produjo días después de que la milicia divulgara en un vídeo en las redes sociales cómo capturaban a punta de pistola a más de 200 inmigrantes, entre ellos mujeres y niños, que habían cruzado a  Estados Unidos, y les obligaban a sentarse en el suelo mientras llegaban agentes de la Patrulla Fronteriza. El grupo estableció su campamento cerca de la valla fronteriza y Hopkins había indicado a medios locales esta semana que EE.UU. se ha construido sobre tres pilares: «Dios, armas y agallas».

Hopkins, de 69 años, aseguró a los agentes federales que llevan su caso que el grupo de vigilantes del que es comandante, conocido como Los Patriotas Constitucionales de EE.UU., había estado entrenado para matar a Obama, a la excandidata presidencial demócrata HillaryClinton y al multimillonario y filántropo GeorgeSoros. 

El lunes, Hopkins compareció ante el juez instructor de su causa y se declaró no culpable de los cargos a los que se enfrenta por portar armas, alegando que estaba ejerciendo sus «derechos como estadounidense» para ayudar al país. La demanda que llevó a Hopkins, también conocido como Johny Horton Jr., ante los tribunales argumenta que durante una registro en su domicilio, en el año 2017, se descubrieron nueve armas de fuego cargadas. En caso de ser hallado culpable, Hopkins podría enfrentarse a diez años tras las rejas, más 3 años de libertad condicional y hasta 250.000 dólares en multas.

Hopkins fue condenado previamente en Oregón en el 2006 por posesión de un arma de fuego y hacerse pasar por un agente del orden y en Michigan diez años antes por portar un arma cargada. «Este es un delincuente peligroso que no debe tener armas cerca de niños y familias», dijo el fiscal general de Nuevo México, Héctor Balderas, en un comunicado tras su detención. Su arresto, declaró Balderas, «indica claramente que el Estado de derecho debe estar en manos de oficiales de policía entrenados y no de vigilantes armados».

El FBI indicó recientemente en su cuenta oficial de Twitter que «no respalda ni aprueba» la acción de grupos u organizaciones privadas que «interfieren» en la aplicación de la ley, lo que podría tener «consecuencias legales» para los implicados.

La semana pasada, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) había pedido a la gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, que se investigasen las «detenciones ilegales» de personas indocumentadas en la frontera sur de este estado hechas por grupos civiles armados. Por medio de una carta enviada con copia a Balderas, ACLU indicaba que el pasado 16 de abril esta «organización de milicias fascistas y armadas» había retenido en Sunland Park a casi trescientas personas, incluidos menores.