Deja a su perra en una perrera tres días y le devuelven los restos envueltos en cinta aislante

C. Aldegunde REDACCIÓN / LA VOZ

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Una mujer denuncia la negligencia cometida por los cuidadores de su mascota mientras se fue de vacaciones

25 abr 2019 . Actualizado a las 18:37 h.

Fueron las vacaciones de su vida, aunque mientras estaba disfrutándolas nunca pensó en cómo terminarían. Kirsten Kinch, una mujer de Dublín, se marchó unos días de visita a Islandia y dejó a su perra, una hembra de husky siberiano en un hotel para perros llamado P&E Boarding Kennels and Cattery. Pero no imaginó lo que ocurriría al regresar de ellas. Su mascota, Nova, tenía colitis crónica y estaba tomando un tratamiento que le estaba siendo efectivo, según relata el DailyMail

A la vuelta de sus días de descanso, Kirsten Kinch acudió a la perrera donde había dejado a Nova, pensando que en las mejores manos, pero se encontró a su amada perrita envuelta en cinta aislante. Horrorizada preguntó qué había pasado, y le explicaron que el animal había muerto por una hemorragia interna. «La encontramos envuelta en su propia sangre», le dijeron los cuidadores. Ante semejante noticia, Kirsten Kinch incluso llegó a pensar que se trataba de una broma macabra. «Habíamos dejado un perro sano para que lo cuidaran tres días antes», recuerda. 

«Me llevaron a ver a mi precioso perro que había sido envuelto, en lo que sólo puedo describir como una pelota, en una bolsa negra que estaba cubierta con cinta adhesiva», recuerda aún conmocionada la dueña de Nova. «No hay palabras para describir lo perturbador y traumático que fue llevarla al coche y llevarla a casa de una manera que parecía completamente inhumana», prosigue para añadir que incluso llevó a la perra a un veterinario para que comprobase a través del chip que efectivamente se trataba de Nova. 

La versión de Paddy Cullen, responsable de la perrera en la que murió la perra, es completamente opuesta. Asegura que hallaron al animal muerto y que, por recomendación de un veterinario, lo envolvieron y precintaron para evitar el contagio a otras mascotas que compartían techo con ella, según recoge Metro.co.uk. «¿De qué otra manera podríamos haberlo hecho? Nos preocupaba la propagación del virus parvo. Nos dijeron que selláramos la bolsa para que no se escapara nada», tras descartar meterlo en el congelador por su gran tamaño. Los dueños de la perrera denuncian amenazas dede que Kirsten Kinch hizo público lo sucedido, y la joven está recogiendo firmas pidiendo su cierre.